Subí al elevador cuando este abrió sus puertas, Denver acababa de comunicarse conmigo para que fuera a llevarle papel al baño por lo que debía ir a la segunda planta antes de tomar mí descanso.
—Kioto, ¿ya casi llegas? —Denver habló por la radio.
—Vuelves a preguntarme una vez más y no te llevó nada —amenacé.
—Vale, vale, vale, ya entendí, calladito cagando hasta que llegues —respondió haciéndome soltar una carcajada, estuve por responderle cuando las puertas del elevador se abrieron dejando a la vista a Tokio con una botella de champaña en la mano.
—Hola —Alargó la última vocal al hablar por lo que supuse estaba borracha.
—¿Estás borracha? —Hice la pregunta más estúpida que se me vino a la cabeza.
—Creo que eso es obvio —Tokio se burló de mí.
—Bueno y... ¿se puede saber por qué? —pregunté con cautela.
—Río —susurró a la vez que sus ojos se humedecían, sin perder el tiempo entró al ascensor y se sentó en una esquina para empezar a llorar.
—Mierda —susurré cuando el aparato comenzó a descender—. ¿Terminaron? —Me agaché a su lado para acariciarle el cabello.
—Me dejó Kioto, vine hasta aquí por él y me mandó a la mierda —habló entre lágrimas.
—Pero estamos en medio de un atraco, no puedes ponerte borracha por esto —Intenté hacerla entrar en razón.
—Ya lo sé, voy a hacer que nos maten —Comenzó a llorar más fuerte.
—No, no, no. Lo que digo es que podemos emborracharnos después —Tokio me miró sin entender—. Cuando podamos nadar en oro te juro que vamos a llenarnos de alcohol hasta que no podamos más.
Tokio se quedó unos segundos en silencio analizando mis palabras, una sonrisa apareció en su rostro por lo que supe que estaba tramando algo.
—Eso es, necesito ir a nadar en oro —susurró para sí misma—. Eres la mejor consolando a los demás Kioto —Me tomó de las mejillas para besarme antes de salir corriendo al ascensor que conducía a la bóveda.
—Joder —murmuré mientras me limpiaba los labios—. ¡Tokio! —grité antes de salir corriendo tras ella para detenerla.
—¡Alcánzame Kioto! —gritó como niña pequeña.
—¡Esto no es gracioso Tokio! —contesté enojada mientras corría.
—¡Que tu nombre sea igual al mío tampoco! —contestó.
—¡Ya habíamos hablado de eso! —grité exasperada bajando las escaleras que conducían al ascensor, encontrándome con Tokio dentro de este.
—Adiós —La chica me sonrió mientras las rejas del ascensor se bajaban impidiéndome el paso.
—¡Tokio, no!¡Para el puto ascensor ya! —Comencé a pegarle a las rejas con rabia.
—Voy a nadar en oro —Me lanzó un beso antes de que las puertas se cerraran completamente.
—¡Nairobi! —Intenté llamarla por la radio sin recibir respuesta—. ¡Nairobi joder! —Volví a intentar pero nadie me respondió.
—Kioto —Escuché un susurro por medio de mi radio.
—¿Qué? —respondí de mala gana mientras oprimía el botón del elevador varias veces, con la esperanza de que este se abriera con Tokio aún dentro.
—Es que, estoy esperando mi papel —Denver habló con miedo en su voz.
—Mierda —susurré chocando mi frente contra las puertas cerradas del elevador.
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La Casa de Papel - One Shots
FanfictionPequeñas historias con tus personajes favoritos de la casa de papel. Encontraras historias tanto de algunas escenas de la serie como algunas inventadas por mi.