La Casa de Papel - One Shots

26. Lisboa

—¡Lo logramos!¡Somos millonarios! —grité junto a Helsinki al salir de la fábrica en un camión, que a la vista de todo el mundo cargaba cervezas.

—Calla, que aún pueden sospechar —El profesor me reprendió por lo que obedecí y me mantuve en silencio el resto del trayecto.

Después de nuestra pequeña conversación en el bote todos ya sabíamos a donde debíamos ir por los próximos años de nuestras vidas, por mi parte me sentía un poco triste ya que había dejado a Raquel atrás, siempre habíamos sido bastante unidas pero nunca me había atrevido a contarle sobre mi vida criminal, pues ella al ser policía podía delatarme.

—¿Qué pasa Osaka? —El profesor preguntó sentándose frente a mí.

—Tonterías nada más —contesté restándole importancia.

—¿Raquel? —Intuyó a lo que asentí sin querer ocultarle nada al hombre—. Siempre puedes venir conmigo, ya sabes, para que no estés tan sola.

—Esa idea me gusta —contesté alegre, pues el profesor era como un padre para mí—. Entonces, ¿trato? —Extendí mi mano hacia él.

—Trato —Estrechó mi mano sonriendo.

—

Habían transcurrido unos cuantos días desde que Sergio avisó que saldría al centro de la ciudad, me invitó a ir con él por lo que accedí ya que no tenía mucho que hacer en la pequeña cabaña donde vivíamos.

—¿Y por qué estamos justamente aquí hoy? —pregunté mientras ataba mi cabello en un chongo bastante desordenado y desprolijo.

—Ya vas a ver —respondió guiándome hasta una cabaña donde vendían bebidas.

Cuando estuvimos frente a la barra me encargué de pedir una margarita y un vaso de agua para Sergio, mientras tomaba de mi trago vi una mujer a lo lejos que se parecía bastante a mi hermana.

—¿Oye esa no es...? —Dejé mi pregunta incompleta al ver a la mujer voltearse hacia la cabaña.

—Si, ahora gírate —Sergio me obligó a darle la espalda a la mujer, seguí bebiendo confundida pero decidí restarle importancia a la situación al saber que el hombre tenía algo en mente.

Tras unos segundos Raquel llegó a nuestro lado y empezó a hablar en inglés con el hombre que atendía la tienda.

—Excuse me, do you have a charger? A charger please for the phone, the battery —Intentó explicarle al hombre, quien la miraba sin entender.

—Si es importante... puede usar el mío —El hombre se quitó su sombrero y se giró a mirarla mientras hablaba, imité su acción para ver a Raquel mirándonos en shock.

Sergio soltó una pequeña risa al verla de tal manera, ella solo le sonreía con cariño, yo me dediqué a mirarlos con asco debido a la miel que derrochaban.

—¿Un hola para tu hermana? —pregunté indignada al ver que se acercó primero a Sergio.

—Ya ven aquí —Raquel me abrazó a manera de saludo, Sergio se nos unió formando un abrazo de tres.

—Gracias por venir —Le susurré aun abrazándola.

—Ahora ustedes son mi nueva familia —Me sonrió tomando la mano de Sergio.

—Uy, papis nuevos —Los molesté logrando que las mejillas de Sergio se tornaran rojas.

—Mamá y tu sobrina van a venir en unos días —Raquel me corrigió tratando de dispersar la incomodidad de Sergio.

—Arruinaste mi momento emotivo donde me emociono por mi familia —La miré mal cruzándome de brazos—. Bien, vamos a que conozcas todo el lugar —La tomé del brazo y empecé a caminar con ella por delante de Sergio, quien nos miraba con una sonrisa en sus labios.