OMG

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La noche cae sobre nosotros, que estamos cagaos de la risa en el pasto de la plaza. Razón: dos botellas de ron que trajo mi pololo.

- Ya, ¿Qué le dice una vaca a una vaca fome?-. Pregunto iniciando mi talla.

- ¿Qué?-. Pregunta mi amigo, tomando otro trago de licor. - Me abuuuuuurres-. Respondo cagándome de la risa. Nadie me sigue. - Qué fome. Dice mi pololo empujándome.

- Yo tengo uno. ¿Qué hace una vaca en una mina?-. Entramos a categoría vacas. Me encojo de hombros. - Vacaminando-. Dice mi pololo. Yo me río junto a él.

- Ustedes son igual de fomes weón-. Nos dice mi amigo. - Ya, dejen al comediante contar los chistes mejor. ¿Qué hace un leproso tocando guitarra?

- No sé. Responde mi pololo porque yo estoy ocupada tomando. - Carne molida-. Responde el Cris. Yo estallo de la risa, tirándole el copete a los dos chiquillos que me acompañan en la velada. Al dejar de reírme cacho que ya oscureció. - Oye, deberíamos volver-. Les digo. Ellos miran y el Cris asiente, mi pololo no. - Si te querí quedar que te asalten a ti nomás-. Le dice mi amigo parándose. Me ayuda a ponerme de pie y juntos ponemos de pie al Byron. - No nos van a asaltar weón oh. Dice mi pololo sacudiéndose el poto. Cuando termina con el suyo, sacude el mío. Mis manos están ocupadas con el ron. - Es que él es choro-. Aclaro en "defensa" de mi amorcito.

- Ya, vamos-. Mi amigo comienza a caminar en dirección a su casa. Yo lo sigo, de la mano del Byron. - Con alcohol no tení ni la mitad de viveza que tení normalmente po, weonao-. Sigue con el tema mi amigo. - Ya, ya. Intervengo ganándome junto a él. El Byron entre nosotros.

Veo una sombra acercarse por el pasaje, por lo que no tengo ni idea de por qué, rompo la botella contra la pared. En mi mano queda la boca de la botella, hasta la mitad de esta y con pequeños pedazos de vidrio que quedaron irregulares. Honestamente, no creí que fuera a funcionar. La sombra llega a nuestro lado y yo me pongo en posición de pelea. Me empujan desde atrás, poniéndose el Byron frente a mí. La sombra se ilumina por la luz y es un weón vestido con ropa deportiva, corriendo. Al vernos nos mira raro, siguiendo su camino. Yo me relajo y me empiezo a reír, pa no llorar por desperdiciar casi media botella de ron. Miro a los chiquillos y el Byron sigue mirando al loco, mientras que mi amigo está a punto de mearse de la risa.

- No me peguen, pero rompí la botella-. Les informo en caso de que no se hayan enterado. Mi amigo se agacha riéndose, y mi pololo me mira. - Deje la botella ahí, no te vayai a cortar-. Me dice apuntando junto a la pared. Niego, porque si la dejo alguien se puede cortar. -Igual está lleno de vidrios en el piso, Pamela. No vai a cambiar el destino de alguien por eso. Recalca enojado mi pololo.

- ¿Por qué estai tan bomba?-. Le pregunto acercándome a él. Dejo la botella en el piso antes, para no cortarlo. Pego mi cuerpo al suyo, acercando su cara a la mía. - ¿Te imaginai te apuñalan a vo por dártelas de chora? Y ma encimá te reí po weón-. Dice enojado poniendo sus manos en mi cintura. Suena como mi mamá.

- Tení una polola chora po, qué querí que le haga. Respondo acariciando su nuca. Me mira feo. - Te amo-. Digo riéndome, para aliviar un poco su enojo. Se acerca y me da un beso. Intento meterle lengua pero no me deja. Me alejo. - ¿Qué weá amor?-. Pregunto con el ceño fruncido.

- ¿Por qué, porque no te dejo meterme la lengua?-. Pregunta burlón. Asiento. - Te vai a perder ese gusto por siempre si te pasa algo-. Dice. Vuelvo a asentir. - Nunca más-. Prometo rápidamente. Ojalá Dios me oiga y no nos ponga posibles lanzas en el camino. Asiente y me da un rico besito con lengua. - Oye, ya. Vamos, allá culean-. Dice mi mejor amigo, dándonos la espada. Nos separamos y caminamos de la mano. Llegamos sin mayores incidentes. El Cris abre la reja. Entramos y el living está vacío.

- Ya, yo voy a buscar al Mono a su pieza-. Dice el Cris, caminando hacia la pieza de su primo. El Byron se mete al baño, supongo que a botar un poco de alcohol. Yo entro a la pieza del Cris, llevándome una sorpresa gigante. Cierro la puerta, ganándome contra ella.

En pocas palabras, el dueño de casa le está dando como caja a la Maca.

La puerta del baño se abre, mostrándome a mi pololo. Le tomo la mano y me lo llevo al living, encontrándonos con el Cris. Como puedo les hago un signo para que se callen, a pesar de que no hayan soltado palabra.

- El Mono está ocupado. Digo mirando a mi amigo, quien obviamente no encontró a su primo. Asiente.

- ¿Y por qué veníai de mi pieza?-.

- Ocupado con la Maca-. Aclaro. Los dos me miran sorprendidos, mi pololo riéndose.

- ¿De verdad?-. Pregunta mi amigo sentándose en el sillón. Me siento subiendo mis piernas en las suyas. - ¿En mi cama?-. Cuestiona con asco. Asiento riéndome. El Byron se sienta al lado mío. Apoyo mi cabeza en su hombro, él pasa su brazo el mío. - ¿Qué hora es?-. Pregunta de nuevo. Saco mi celular de mi bolsillo.

- Van a ser las ocho. ¿Por qué?

- Porque salimos como a las cinco. ¿Cuánto rato llevarán?-. Pregunta pensando. Me cago de la risa. El Alcohol sigue ahí, en nuestro sistema. No había pensando, pero no hemos comido ni una weá. Por lo menos yo no tomé ni desayuno, no e consumido nada más que alcohol. Me gusta la mala vida. Me paro. - ¿Comieron?-. Les pregunto a ambos, haciéndome un moño en la cagá de pelo que tengo.

- Yo me comí unos panes-. Responde mi amigo. Mi pololo niega. - Sé hacer fideos-. Digo como opción. Mi amigo niega apenas salen las palabras de mi boca. - Ni cagando, yo cocino. Tú cocinai como el hoyo-. Se para y se interna en la cocina. Me siento, feliz de no tener que cocinar. Si sobria cocino mal, imagina curá. Me siento en el regazo del Byron, repartiendo besitos por su cuello. La regla me pone caliente. ¡Ctm, la regla!

Me paro y camino rápido al baño. Reviso si no estoy manchada frente al espejo. Me cambio la toallita, para no provocar infecciones. Vuelvo a donde mi amorcito, sentándome donde mismo. No me pesca por estar en el celular. Me acomodo y sapeo qué tanto ve. Está navegando en el mar de instagram. - ¿Qué estai viendo? Pregunto acomodando sus manos a mi alrededor. Comienza a dejar besos en mi cuello.

- Llegaron-. Escucho a la Maca a nuestras espaldas. La volteo a ver. Está medio chascona, sin zapatos, roja y con un chupón en el cuello. - La pasaste mejor que nosotros parece-. La molesto. A mi pololo le importa un pico y su boca sigue en mi cuello.

- Cállate, culiá-. Me responde arreglándose el pelo. Detrás sale el Mono y está mucho peor que la Maca. Se ordenó la ropa como el hoyo, y su pelo está más pa la cagá. Tiene un chupón en el cuello y rasjuñones en el brazo. - ¿Qué pasó?-. Pregunta intentando hacerse el weón.

- Dímelo vo po culiao-. Dice mi pololo despegándose para mirarlo. La Maca se sienta al lado de nosotros. Me inclino a su oido. - ¿Pasa algo más o puras ganas?-. Le susurro en el oído. El Byron suelta un gruñido cuando me muevo encima suyo. Mi amiga se encoje de hombros. La agendo para una conversación pendiente. - ¿Cambiaron las sábanas?-. Les pregunto. El Mono se rasca la cabeza incómodo. La Maca asiente. Prenden la tele y se ponen a ver monos. Mi pololo vuelve a mi cuello.

- Cambio-. Webea la Maca. Reimos todos menos el Byron, que no abandona su labor. Cuando me muerde, se enciende algo en mí.

Sencilla y detalladamente weona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora