Suspensión.

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- ¿Vei que vale la pena arriesgarse?-. Me pregunta con una sonrisita tierna. - Me saliste rudo tú, amor-. Le digo sintiendo un pequeño molestar abajo. - ¿Te duele?-. Pregunta preocupado. Niego y le doy un piquito. - Me molesta nomás-. El Byron asiente y vuelve a sonreír. - ¿Todavía te duele la cabeza?-. Le pregunto recordando que las sustancias que libera el cerebro durante el sexo sirven para aliviar dolores como ese. - No-. Dice sin dejar de sonreír. Nos damos otro beso y me llega un mensaje de la maca:

maquita:

weona, llevai como una hora de atraso, qué weá?

yo:

estoy en enfermería. 

maquita:

ah, ya. Nos vamos pa la sala nosotros, ya e cambio dihora 

yo:

oka

Miro al Byron y le doy un último beso. - ¿Te quedai acá o te vai a tu sala?-. El Byron la piensa antes de responderme. - Me voy, si ya se me pasó la weá-. Asiento y tomo mi mochila, saliendo de la mano con él. Le dejé una nota a la tía que dice que nos fuimos. Al llegar a nuestro piso, lo mando a su sala, pero él insiste en ir a dejarme a la mía. Al llegar golpeo la puerta y espero a que me abran. Abre el Bastian. - No me hubiese parado mejor. Dice al veme a mí y al Byron ahí. Tomo la manilla y cierro la puerta. El Byron se ríe mientras yo vuelvo a golpear. Abre una compañera que se sienta de las primeras. - Chao, ándate pa tu sala-. Le digo empujándolo. El Byron se va y yo ingreso a mi sala, la cual está sin profe producto del cambio de hora. Me siento junto a la Maca y espero a que me pregunte. 

- ¿Te juntaste con el Byron, y me dijiste que estabai en enfermería?-. Pregunta ofendida. - Estaba en enfermería con el Byron-. Respondo, a lo que asiente. - ¿Haciendo qué?-. Cuestiona moviendo las cejas. Se las muevo de vuelta antes de hablar. - Ya, mira. Te voy a contar todo. Yo era la hija menor de la familia Ingalls, tenía una vida en el campo, jugaba cuando quería, mis hermanos y familia eran bacanes, pero sonó la alarma. Después me vine al liceo y la micro culiá no me alcancé a bajar. Me bajé en el paradero que sigue y caminé pa acá, ya. Cuando llegué a la sala me dijiste que estaban en biblioteca, así que me acosté en la banca porque me sentía de la perrísima. Ahí bajé a enfermería a hablar con la tía Lore, y ella tenía a un cabro acostado en una camilla. Me fue a hacer un té y yo sapié y era el Byron. Después llegó un weón gritando que se había desmayado una compañera, y despertó a mi pololo que estaba durmiendo porque le dolía la cabeza. La tía se fue y nos dejó ahí. Ya-. Le cuento mi mañana, a lo que asiente. - ¿Y por qué caminai raro weona?-. Dice dejándome con la boca abierta. La Maca se caga de la risa. 

- Chúpala-. Le digo mientras su risa continua. - ¿Y?-. Pregunta mi amiwa. - ¿Qué?-. Le pregunto confundida. - ¿Qué tal lo hace?-. Mi cara se transforma en una sonrisa y tiro un beso italiano. 

- Oye, ¿El Byron no pololeo contigo primero?-. Dice alto el Bastian, parado frente a la volá del curso. Ella se encoge de hombros. - ¿Eso no significaría que la Pamela se come las sobras de la javi?-. Pregunta mirando al resto del curso. - Cállate, andai puro webeando-. Le dice la Maca. El Bastian niega y se acerca a nuestro puesto. - Tú la defiendes porque eri su amiga nomás-. Dice intentando acercarse a la Maca. Me paro y me interpongo entre él y mi amiga. - ¿Tanto que me buscai, no será poque te gusto?-. Lo webeo acercándome a él. - ¿Cómo me va a gustar una maraquita?-. Dice bajando el tono en la última palabra, porque como es hijito de mamá, le cuesta decir garabatos en voz alta. Le podrían decir a su mamá si lo hiciera. - Yo dije que te podría gustar yo, no tu mamá-. El Bastian abre la boca ofendido y se acerca a mí, pegando su pecho al mío. - Con mi mamá no pamela-. Dice apretando los dientes. Yo lo empujo con mi cuerpo, haciendo que se pegue con una mesa. - Conmigo no Bastian-. Digo imitando su voz. El Bastian se cabrea y me empuja. Yo choco con la Maca, para después dejar el celular en la mesa y empujarlo de vuelta. Cae acostado sobre la mesa. Me subo a una silla y de ahí me siento sobre él, agarrando su cabello y estampando su cabeza contra la mesa. - No me volvai a tocar en tu vida conchetumadre-. Digo azotando su cabeza repetidas veces contra la mesa. El Bastian intenta liberar su cabeza de mis manos, pero no le funciona. El último golpe se lo doy más fuerte, para después bajarme por la misma silla con la que subí. El Bastian queda acostado en la mesa afirmándose la cabeza, y yo me siento junto a la Maca. - Los dos, a inspectoría, ahora-. Dice la profe, a la cual yo creo que nadie había notado. Tomo mi celular y empujo la mesa donde está el Bastian antes de salir. Bajo con toda la calma del mundo, revisando mi instagram. 

Sencilla y detalladamente weona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora