- ¿Y?-. Le pregunta mi amiga a mí mamá. Estamos esperando los resultados de un exámen de sangre. Y el diagnóstico, obvio.
- ¿Qué pasó?-. Pregunta viendo a mí mamá leer el papel. Yo trago grueso. - Dice que no estai embarazada. No teni VIH, no teni otra weá. Teni un virus. Por andar comiendo weás vei cabra weona-. Dice mirándome a mí. Asiento, poniéndome de pie. - Teni que esperar a que te inyecten-. Mi mamá detiene mi huida.
- No, el doctor no dijo na de eso-. Me hago la weona. - Ya, a vo te gusta andar comiendo puras cuestiones, aguántate-. Mi ama me manda a sentarme.
- ¿Pero e a la vena?-. Pregunto sacándole el papel de las manos. - No, al cachete-. Responde mí mamá.
- Ya, nosotros nos tenemos que ir-. Dice el Cris parándose. - Sí, yo me voy con ellos-. Me afirmo del brazo de mi amigo, que me despega al ver a como lo mira mí mamá. - Tía yo no hago nada, se está escondiendo sola-. Excusa su cobarde pellejo.
- Maca-. Digo buscando su apoyo. Niega. - Agradece que es un virus weona-. Saca sus cosas de mi mochila, guardandolas en sus bolsillos. - Chao tía, chao Tomy, Pame y cuñis-. Se despide el Cris. - Chao hijito, avisen cuando lleguen-. Les dice mi mamá dándole un beso. Ama a este culiao.
- Si supiera no lo querria tanto-. Susurra el Tomy. Yo lo miro feo. - Chao chiquillos, cuídense. Cuidenla, sobre todo tú. Te cedo el mando-. Dice la Maca tocando el hombro de mi pololo.
- Está la tía, yo quedo al mando-. Dice el Tomy, peleando como siempre. - No, chúpala-. Le contradice el Byron. Mí mamá lo mira con los ojos abiertos.
- No sean ordinarios niños por Dios-. Mí mamá que es chistosa. - Sípo, que los pinchen a ellos-. Hablo rápido.
- Ya, chao-. Se despiden mis bf. Los veo irse, deseando poder ir con ellos. - ¿Es tan necesario pincharme?-. Pregunto volviendo a sentarme junto a mi novio. Entrelaza sus dedos con los míos.
- Sí-. Dice el Tomy, picao por todo. - No llori tanto, si es un puro pinchazo. Ni lo vai a sentir-. Dice mí mamá. Asiento, planeando mi escape.
- ¡Pamela Muñoz, box seis!-. Llaman desde la puerta pal otro lado. Es mi momento. Me paro y corro con el aire que en mi vida había tenido. Mis pasos resuenan en el piso de baldosa. - Al tiro va-. Le dice mí mamá al enfermero que salió. Escucho otro par de pasos tras los míos. Abro la puerta y salgo, bajando como puedo las escaleras.
Llego al final y miro a los lados, cachando pa donde ir. Ese error me cuesta el plan. Me sostienen desde la cintura, levantando mi cuerpo del suelo.
Me muevo intentando escapar, sin poder hacerlo. Miro hacia atrás y veo a mi pololo, en su cara se ve que hace fuerza pa que yo no me escape.
- Byron por favor-. Digo intentando girarme. Me deja girarme, apretándome contra su cuerpo. - Amor, amorcito-. Insisto buscando su boca.
- Te teni que pinchar amor, no te quiero ver mal-. Dice. - Pero duele-. Sigo, intentando convencerlo.
- Ay si no es nada-. Dice, caminando de vuelta al hospital. - Pinchate tú po-. Pego mis pies al piso, poniéndome tiesa. - Te voy a hacer pasar vergüenza-. Me encojo de hombros ante su amenaza. Separa nuestros cuerpos, tomándome en brazos antes de que pueda correr. Soy un costal de papas. Papas enfermas.
- Bájame, te doy lo que querai-. Digo contra su espalda. Aprovecho mi posición pa mirarle el poto, que está piola. Bajo mi mano y se lo toco.
- No, no me comprai-. Me acomoda sobre su hombro y sube las escaleras. Cierro los ojos, porque me marea estar de cabeza. - Amor voy a vomitar-. Digo tapandome la boca. Me baja y separa sus manos de mi cuerpo. Me giro y me impulso, llegando a nada cuando sus manos vuelven a estar encima de mi cuerpo.
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Sencilla y detalladamente weona.
Romance¿Qué hacís cuando tu crush es el malo de la película? Onda, no el malo malo, porque no es un asesino o algo por el estilo, pero es todo lo que tu mamá no quiere que tengas en tu vida. Así es gente, me gusta el socialmente desaprobado. ¿Por qué? Ni...