Puras cagás.

120 1 0
                                    

- ¡Ale, Ale, Ale!-. Grita mi curso entero. La Ale baila en mi mesa, curá, hasta abajo. Los chiquillos le aplauden, algunos graban y yo le paso copete.

- ¡Yapo, la Pame!-. Dicen los culiaos. Me subo y hago como que me punteo a la Ale. Se ríen y aclaman, porque soy su bailarina favorita. Casi.

Se sube el Jordan y se gana al lado de la Ale, pasándome el poto pa que me lo puntee. Lo hago, intercambiando entre un poto y otro.

Tenemos la cagá en mi casa. Se rompió una botella, un florero, mi mesa de centro se tambalea y ahora estamos tres weones encima de mi mesa. Mis papás salieron, gracias a Dios, y vuelven mañana, así que tengo tiempo de arreglar las cosas.

Mí tía está arriba, creo que con el pololo, y el Tomy tenía carrete de la U.
Mi abuela todavía no vuelve de donde sus cien hermanos.

- ¡Maca, Maca, Maca!-. Gritan a mi amiga. La weona prendia se sube al tiro, quitándome el poto de la Ale. Nos los punteamos y después cambiamos, pegandonos el show. La Maca se sube encima de la Ale, y me las punteo a las dos, dándome la vuelta, subiendo una pierna y chocando poto con poto.

Suena la reja y va uno de mis compas a abrir. - ¡Chiquillas los pacos!-. Grita uno. Me bajo y voy, viendo a los pacos en mi reja. Ninguno es mi primo. - Hola, no aceptamos pacos-. Digo, con mi mente de curá. - Llamaron por una queja de ruidos molestos. Asiento.

- No fui yo-. Siento a la Maca llegar al lado mío. - ¿Los llamaste tú?-. La Maca niega, mirando a las sapas de mis vecinas. - ¡Tiene que haber sido una de estas viejas culiás!-. Grita apuntándolas.

- ¿Quién fue?-. Le pregunto al paco. Niegan. - ¿Son todos mayores de edad aquí?-. Asiento. - ¿Me da su carnet?-. Pide. - ¿Conocera a tu primo?-. Me pregunta la Maca. Me encojo de hombros. - ¿Conoce a su primo?-. Le pregunta al paco.

- No sé, ¿Cómo se llama?-. Me tardo tres minutos enteros en pensar la respuesta. - Marcelo Muñoz-. El paco la piensa y luego niega. - Ya, chao. Que les vaya bien-. Los despido. El paco niega y se va, subiéndose a la patrulla.

- ¡Viejas culiás!-. Grita la Maca a mis vecinas. La entro del brazo. Vuelven a poner la música, por lo que volvemos a la mesa, ahora con dos chiquillos más. La Maca se sube encima de la Ale y se abraza del Jordano, que tiene al Javier encima. Yo me punteo a los chiquillos y el nico a las cabras.

Todos chillan cuando las ven cayendo. Se van de hocico al piso, en un golpe seco. Me bajo como puedo y reviso a mi amiga. Está consciente pero con la mejilla morada. Veo a la Ale y tiene la nariz rota. Pero rota rota.

- Weón, hay que llevarla al médico-. Digo a mis compañeros. Están pa la cagá, la mayoría en shock. - Ale, tranquila si tai piola. Te voy a llevarte al médico-. Me paro, al ver que soy la única weona via, y subo donde mí tía.

No está. Conchetumare qué hago. Llamar a una ambulancia sería exagerado, mis papás me matan, mis vecinos ni cagando nos llevan y ninguno anda con auto.

Un uber. - Llama a un Uber-. Mando a uno poniéndole hielo a la Ale y a la Maca. Lo peor es que la Ale está raja curá, ahora llorando. - Dice que llega en media hora-. Lo miro como el pico.

- Pide otro-. Niega viendo el celular. - E el único que pesca hermana, vivi en un lao muy flaite-. Puta oh. Qué weá hago. - Pásame mi celular-. Pido sujetando la nariz de mi compañera.

Me lo pasan y busco entre mis contactos. Cagué nomás, a llamar a mis papás. Me entra una llamada del Byron.

- Aló-. Dice. - Aló, amor no puedo hablar ahora-. Igual me la llevo en micro. - ¿Por qué, qué pasó?-. Pregunta. Lo escucho exhalar el humo. - Tengo que ir al hospital, te llamo después-. Corto.

Sencilla y detalladamente weona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora