- Wakala-. Es lo único que repito desde que nos encerramos en mi pieza.
Me tiro a la cama y espero a que mi pololo haga lo mismo. No lo hace, por lo que le hago señas. Gatea hasta mí, besándome de inmediato. Gustosa lo acepto. Sus manos suben por mi cuerpo, acariciando mi estómago al rededor del aro. Se separa y lo ayudo a sacar mi polera. Le siguen mi sostén y mí pantalón. Me saco las zapatillas con los pies, lo mismo con los calcetines. Vuelvo a acostarme y mi pololo vuelve a besarme, sólo que no en la boca.
Sus labios recorren mi cuello, bajando por mis pechos a mi estómago. Se gana entre mis piernas y lame mi cadera. Gimo su nombre al sentir sus dedos por sobre el calzón. Lo baja con los dientes y yo me río con nerviosismo.
Intento tirar de su cabeza hacia arriba, pero no me deja. Se pone de rodillas en la cama y se saca su polera. Después me besa la boca y afirma mis manos por sobre mi cabeza. No opongo resistencia porque yo también lo quiero. Su cabeza baja otra vez a mi intimidad, esta vez lamiendo. Gimo su nombre y afirmo mis sábanas.
Tocan la puerta y yo atino con cuea a taparme las tetas con las manos. El Byron se recuesta sobre mí, cubriendome justo cuando abren la puerta. Entra el Cris.
- Ay, si entro y salgo nomás. Abre mi cómoda y me saca dos condones.
- Esos son míos, los del Tomy están en el closet-. Nos mira y mira los condones. - Llévatelos nomás-. Le dice mi novio. El Cris se va, cerrando la puerta.
- Pero son míos. Alego. Me mira como preguntándose si soy weona. - Se iba a quedar como una hora más buscando las weás-. Dice. Le hago muecas de burla, obteniendo cosquillas de su parte. - Yaya-. Digo intentando que se detenga. Acerco mi cara a la suya y lo beso, pasando mis manos tras su nuca. Me devuelve el beso, desatando mis manos en su cuello. Las sujeta por sobre mi cabeza y mete su otra mano entre mis piernas, tocándome. Le gimo en la boca. Su palma acaricia mí clítoris mientras sus dedos entran en mí. Le muerdo el labio.
Sus labios se deslizan a mi cuello, besándole. Me afirmo de mis sábanas para no rasguñarle. Su boca sigue bajando, pasando rápidamente de mis pechugas a mis partes privadas. Separa mis piernas y hunde su cara, lamiendo y besando. Sus dedos siguen entrando y saliendo, y se me hace imposible no afirmarlo del pelo.
Mis manos lo guían a mí botón y él succiona, dejándome loca. Mis cuerdas vocales sueltan gemidos incontrolables.
Lo muevo a donde quiero y él obedece, haciendo magia, pero sus dedos no son lo que quiero.
Lo levanto del pelo, y él me mira. Lo acerco a mi cara y lo beso, cambiando a ser yo quien está arriba. Beso su cuello antes de sentarme sobre él. Le bajo la ropa y él se la saca a patadas.
Mi mente entra en crisis, tratando de decidir si llegar y montarme o pararme a buscar un condón. El Byron se mueve rozando su punta en mi entrada. Lo afirmo y me siento, gimiendo por tenerlo dentro. Él también gime, fuerte y sexy.
Me muevo mirándolo a la cara, al límite de la excitación posible por persona. La habitación resuena con el choque de nuestros cuerpos. Sus manos buscan las mías y entrelaza nuestros dedos, después nos gira quedando él encima. Pone nuestras manos juntas por encima de mi cabeza, besándome mientras embiste una y otra vez.
Muevo nuestras manos para sacar el pelo de mi boca, lo que provoca que se desequilibre y caiga sobre mí. Me río mientras suelto nuestras manos para acariciar su cabeza.
- ¿Estai bien?-. Asiente saliendo y acostándose de lado. Me pongo de espaldas a él, viendo como sostiene mi pierna y se acomoda para entrar de nuevo. Entra y yo me volteo para besarlo, me corresponde mientras se mueve. Remplazo su mano con la mía, afirmando mi pierna para que caiga mejor. Él pasea su mano, ahora libre, por mi cuerpo. Baja hasta posicionarla en mi intimidad, llevándome al cielo. Separo nuestras bocas y dejo caer mi cara en el colchón, víctima del placer. Su boca se posa en mi cuello y comienza a besar. Me muerde el lóbulo de la oreja y yo literalmente chillo de placer.
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Sencilla y detalladamente weona.
Romance¿Qué hacís cuando tu crush es el malo de la película? Onda, no el malo malo, porque no es un asesino o algo por el estilo, pero es todo lo que tu mamá no quiere que tengas en tu vida. Así es gente, me gusta el socialmente desaprobado. ¿Por qué? Ni...