Risas, risas y más risas.

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- Cris no-. Le digo alejando mi cara. Pero como está curado, no piensa ni escucha. Acerca su rostro en un nuevo intento de besarme, siendo empujado hacia atrás. El Byron saca su mano de mi pierna y lo pone a dormir en su hombro. Cuando busco de cara de celoso él mira a la ventana. - ¿Por qué la Pame no me quiere?-. Escucho murmurar al Cris. Me río y le capturo su mano entre las mías. - Duerme culiao, estai puro dando jugo-. Le digo riéndome. Asiente y se acomoda en mi hombro. Duerme el resto del viaje. Al llegar pago el taxi y nos bajamos los tres. - Gracias, tenga buena noche-, Le digo antes de que se vaya. El taxi se va y con el Byron afirmamos uno cada lado del Cris. Abro la reja con una mano y agradezco al cielo que el Felpe esté dentro de la casa. El Byron cierra la reja de una patada y yo abro la puerta de la casa. Entramos como podemos y lo acostamos en el sillón. Saco una frazada de mi pieza y lo tapo. El Tomy no está por lo que supongo que anda en una fonda. Mis papás iban a irse del trabajo a la casa mi tío por parte paterna, se supone que vuelven mañana. Y mi tía me dijo que se iba a juntar con un loco de tinder. Ojalá tenga suerte. Subo y reviso a mi abuela, quien duerme plácidamente. Cierro cuidadosamente su puerta y bajo al living, donde el Byron ya está instalado en el suelo, viendo tele. - ¿Queri algo?-. Le pregunto al pie de la escalera. Niega y palmea el lado junto a él. Me siento donde señala y veo los monos con él. - Pame te amo, no me dejí culiá-. Susurra el Cris acomodándose en el sillón. Me río y observo el perfil del Byron. - ¿Qué?-. Pregunta al sentir mi atenta mirada sobre él. - Nada-. Niego con una sonrisa, sin apartar mi mirada de él. Se acerca y apoya su cabeza en mi pecho, mi mano acaricia su pelo. - ¿Qué pasa?-. Pregunto. Niega, como casi siempre, y se acomoda. - ¿Te hay preguntado si de verdad le gustai?-. Habla bajo fundido en mi pecho. - No, ¿Por qué, tú sí?-. Digo abrazándolo fuerte. - Sí-. Responde, a lo que me río. - Si le gustara yo creo que tendría la confianza de decírmelo. Yo lo haría-. Recalco pegando al Byron lo más posible a mí. - ¿Si te lo dijera qué harías?-. Vuelve a preguntar. Lo pienso harto rato, dándole mil y un vueltas en mi cabeza. Sin hallar una respuesta. - No sé-. Respondo expresando lo que pienso en un suspiro. 

¿Qué haría si el Cris se me declarara? 

- Despierta, mierda-. Escucho una voz cerca de mi cara. Abro mis ojos y me encuentro con la cara de mi abuela. - Que son todos estos chiquillos que están aquí-. Me dice mirando al Cris que está acostado en el sillón y al Byron que duerme abrazado a mí. Enciendo mi mente y me doy cuenta que nos quedamos dormidos viendo tele, en el suelo. - Nos quedamos dormidos-. Le respondo refregándome los ojos. Asiente y se va a la cocina. - Byron-. Le digo moviéndolo. Se remueve un poco y se afirma a mí. - Despierta, nos quedamos dormidos-. Vuelvo a moverlo, obteniendo la misma respuesta. Intento soltarme pero tampoco funciona. - Byron, despierta-. Repito moviéndolo agresivamente. Una parte de su cerebro se activa y despierta, mirando mi casa confundido. - Nos quedamos dormidos-. Dice señalando lo que 1) es obvio, y 2) yo ya había dicho. - Sí. Arriba, mi abuela ya se levantó-. El Byron se pone vivo y me suelta. Se refriega la cara y yo me desenredo un poco el pelo. Me acerco y le doy un beso en los labios. - No po, que no me he lavado los dientes-. Dice corriendo su cara. - Nuestro primer beso también fue con tufo a copete-. Le recuerdo. Asiente y me da un beso. - ¿Lo vai a despertar?-. Me pregunta apuntando al Cris. Me encojo de hombros. - ¿Te vai a tu casa o tomai desayuno conmigo?-. Le pregunto mirando la hora en su celular porque el mío se apagó. Son las nueve de la mañana. - Pamelita, vayan a comprar pan para el desayuno-. Me manda mi abuela desde la cocina. Me paro y voy donde ella, mientras el Byron sube al baño a lavarse la cara. - Voy a dejar al Cris durmiendo en el sillón porque todavía debe estar medio curado. Porfa no lo despierte. ¿Cinco panes?-. Le pregunto. A lo que asiente. Me lavo la cara en la cocina y salgo al living, porque mi cocina está separada del living comedor por una puerta. El Byron me espera en la puerta de la casa, con la cara lavada y el pelo un poco más peinado. Abro la puerta y meto al Felpe en la casa, después abro la reja y nos vamos. A penas termino de cerrar la reja le tomo la mano al Byron. Me mira y me sonríe.  Llegamos al negocio y le pido las cosas a la tía. - Quiero cinco panes y un chicle de menta-. 

Sencilla y detalladamente weona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora