- No creo po-. Me dice el guardia mientras le cuento una talla fome. No saben apreciar mi arte.
Me río y niego alejándome de la puerta, para volver pensando en alguna más que me sepa.
- No sigai, si ya va a salir el Byron-. Me dice riéndose. Que es pesao de repente. - Ya, ya. Después no me ande buscando-. Asiente riéndose.
Empiezan a salir los cabros y se despiden tanto de él que de mi, si ya todos me cachan. - Chao-. Dicen. Yo los despido feliz de ser farala.
- Hola mi reina-. Me saluda mi pololo de un besito. - Hola mi amor. ¿Cómo te fue?-. Le pregunto dándole la mano. - Chao-. Se despide del guardia. Yo igual, solo que con la pura mano.
Caminamos juntos. - ¿Cómo te fue?-. Me pregunta llegando al metro. - Bien, ¿Y a usted?-. Asiente. - Piola. Manejé hoy día-. Cuenta mientras tomamos el tren.
- Buena mi amor, ¿Qué manejaste?-. Nos apoyamos contra la puerta, su cuerpo contra el mío. - Una camioneta. Fuimos a dejar unas mesas-. Asiento mirándolo con emoción. Él quería manejar de hace arto, mi chanchito. - Bacán amor, eri seco-. Se ríe dándome un beso en la mejilla.
Llegamos a nuestra estación y caminamos abrazados. Nos ponemos a esperar la micro dándonos besos.
- Oiga-. Me llama. - Dime-. Respondo mirando su carita. - Te amo-. Le sonrío con ternura. - Yo también mi amor-. Asiente besando mi frente para luego abrazarme contra su cuerpo.
- Ya, ven-. Me toma la mano y nos sube a la micro, caminando hasta el final y sentándonos en los últimos asientos, yo a la ventana. Se acomoda apoyando su cabeza en mi hombro. Le saco la mochila de sus piernas y la pongo en las mías, abrazándolo.
Bosteza hundiendo su cara en mi cuello. - ¿Teni tutito?-. Asiente. Le doy un besito en la cara y comienzo a acariciar su cabello. De a poco se va quedando dormido.
Lo miro todo el rato, deleitándome con su tranquilidad. Se ve tan lindo mí bebé. Miro por la ventana y faltan dos paraderos pal nuestro. - Amor-. Lo llamo besando su carita. - Chanchito-. Insisto moviendo su pierna. Se acomoda. - Bebé-. Abre los ojitos de a poco, pestaña por pestaña. Mira donde está mientras pestañea para acomodar la vista.
Me mira y le sonrío. - ¿Llegamos?-. Asiento. Toca el timbre y se para, estirándome la mano hacia atrás. Se la doy y la micro se detiene, dejándonos bajar. Tocando piso se estira como si hubiese estado encerrado en una caja.
- ¿Te voy a dejar?-. Niego. - Váyase pa su casa nomás, si ya es tarde y teni tutito-. Le respondo acercándome a besarlo. Asiente besando mi mejilla.
- ¿Y si te vai a quedar a mi casa?-. Pregunta mirándome a los ojos. La pienso. - Tengo que pasar a buscar unos cuadernos-. Asiente. Está decidido, yo creo que demás que me dan permiso. - ¿Y qué hiciste hoy día?-. Me pregunta mientras caminamos de la mano.
- El Jorge se aburrió de mis chistes. Y emm, hice una tarea. Aprendí una weá, le puse un guate al JP. Y le dije a la perra castrosa de mi curso que cerrara el hocico-. Se ríe mirándome.
- ¿Y por qué la mandaste a callar tan agresivamente?-. Pregunta sonriendo divertido. - Porque hoy día llegué atrasada, y el profe me dejó entrar po. Y la mina se puso a llorar que como podía dejarme entrar, si era tan irresponsable y weás-. Le cuento jugando con nuestras manos.
- ¿Y después?-. Sabe que ahí no acaba. - Después le dije que se quedara callada, me respondió y le grite que cerrara el hocico. Ahí se quedó calla po-. Se ríe. - ¿Y no vai a tener problemas por eso?-. Me río bajito.
- El profe me echó de la sala. Pero a ella también así que todo bien-. Me mira como preguntándose por qué soy tan weona. - Ay, si acá no citan al apoderado.
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Sencilla y detalladamente weona.
Romance¿Qué hacís cuando tu crush es el malo de la película? Onda, no el malo malo, porque no es un asesino o algo por el estilo, pero es todo lo que tu mamá no quiere que tengas en tu vida. Así es gente, me gusta el socialmente desaprobado. ¿Por qué? Ni...