Estaciona y me soplo las manos esperando a que baje.
Se apagan las luces del auto y baja mi pololo, cosita más rica, con la chaqueta del traje en la mano. Ya no tiene la corbata y sus zapatos ahora son zapatillas. Corro enterrandome piedras y me tiro encima suyo.
Me abraza y agradezco al cielo su calor corporal. No había cachado que tuviese tanto frío. - Estai empapada Pamela-. Me pone su chaqueta encima. Asiento y lo miro hacia arriba.
- Me mojé con tu voz-. Tira mis tacos adentro del auto. - Ya, vamos pa tu casa. Niego inmediatamente. - Me voy a quedar acá. Mis papás me matan me ven mojada-. Asiente, sacando las llaves y cerrando la puerta. - Entonces me quedo contigo-. Asiento encantada. Me levanta del piso y camina rápido hasta la puerta, cachando que estoy a pata pela.
Entramos y vemos a un cuarto de mi curso esparcido en el living, la mayoría empapados secándose con la chimenea. No entiendo, si trajeron ropa. Guió a mi pololo escaleras arriba, buscando una pieza vacía. Vagamos por tres piezas antes de encontrar una sin gente.
Nos meto y me tiro a la cama, metiéndome abajo de las tapas.
- Ven-. Dice él poniéndose de rodillas en la cama. Me acerco, y afirmo su cara antes de besarlo. Nos separa y baja mi vestido, teniendo cuidado de que no se enganchen la cadena y mi aro. Desabrocha los primeros botones de su camisa y se la saca. Me muerdo el labio mientras lo veo.
Estira mis brazos hacia arriba e introduce mi cuerpo en la camisa. Parpadeo un par de veces intentado entender lo que acaba de pasar. Me acuesta en la cama y me saca los calzones, tirándolos a una silla a los pies de la cama.
Abre las tapas de la cama y se saca los zapatos antes de meterse, abrazándome para que me meta también. Lo hago, acurrucándome con él.
- ¿Entonces no vamos a tener sexo?-. Pregunto intentando comprender todo. Me da un beso en la cabeza, después uno en la nariz y luego uno largo en la boca. - No-. Dice al separarse. Me calienta la sopa este muchacho.
- ¿Por qué no?-. Pregunto sacándome el pelo de la cara. - Porque estai curá-. Responde corriendome él el pelo.
- Pero estoy caliente-. Digo acariciando su torso. - Y estoy bien, te lo juro. Tiro una cruz al cielo. Niega con la cabeza. - De verdad, te lo pruebo-. Digo riéndome por decir que se lo pruebo. Ya se lo probé.
- ¿Vei?-. Dice refiriéndose a mi anterior comportamiento. Estiro un brazo y veo que su camisa me queda grande, no tanto porque es flaquito, pero sí un poco grande. Estiro el espacio que queda entre la camisa y mi carne, midiendolo con la otra mano.
- Me encanta usar tu ropa-. Lo miro al decirlo. - A mí me encanta que la usi, es como algo que solo podi hacer conmigo-. Dice abrochando los botones de la camisa. - Deberiai desabrocharlos en vez de abrocharlos. No sé, digo yo-. Sugiero desabrochando los botones que él abrochó.
- ¿Intentai provocarme?-. Pregunta poniéndose de lado. Me arreglo la camisa para que se me vea el hombro y me pongo de lado también, viéndolo a él. - ¿Por qué, funciona?-. Me corro el pelo al lado y apreto las tetas con los brazos, intentando que se vean bien abundantes.
Se ríe y lo miro, captando en mi cerebro el momento exacto en el que se le achinan los ojos.
- No-. Dice divertido. Me estiro hasta él y comienzo a besar su cuello, tocándolo por sobre la ropa. - Pamela no-. Pide y observo su cara. Está rojo, ya no sonríe y se muerde el labio.
- Empújame y te juro que paro-. Digo volviendo a mover mi mano. Cierra los ojos y suspira antes de empujarme. Caigo suavemente sobre mi espalda, mirando el techo. Le sonrío y le tiro un beso. Estirandole los labios. Me da un piquito y me abraza.
- Ya, pero vai a tener que irte un poquito porque de verdad que estoy demasiado caliente-. Digo separando mi cara. Lo escucho reír. - Yo te ayudo-. Dice bajando su mano por mi cuerpo. Mueve la camisa a un lado y comienza a tocarme. Escondo mi cara entre mis manos y muerdo mi labio.
- Amor-. Me llama, lo miro y me da un beso. Se lo respondo, gimiendo en su boca con el mover de sus dedos.
- Mírame-. Pide al ver que giré la cara. Lo miro y se me sale el alma. Es que les digo, es demasiado mino.Abro las piernas para que alcance mejor y él mueve la mano. Chillo cuando sus dedos entran en mí. Acaricia mi mejilla con una mano, mientras que con la otra me hace gemir su nombre.
- Ay, Byron-. Susurro sintiendo el poder de sus dedos. No sé dónde aprendió a hacer tan bien las weás. Quizás luego le pregunte. - Dime-. Dice mirándome directo a los ojos. Me remuevo buscando su tacto. - Te amo. Estira los labios para darme un piquito, brindándome el tacto bajo que necesito para llegar al orgasmo.
Cierro los ojos mientras siento las oleadas de placer invadir mi cuerpo.
Sigue moviendo los dedos apesar de que sabe que ya llegué. Tomo la mano que acaricia mi cara y meto su dedo en mi boca, intentando provocarlo.Me mira intensamente, sin alejar su dedo. Muevo mis dedos alrededor de su dedo, viendo de reojo como separa su mano de mi cuerpo para ponerla en el suyo. Desabrocha su pantalón y lo baja lo necesario. Bajo mis manos y lo toco, obteniendo suspiros de su parte.
Acerco mi cuerpo al suyo, tocando su pierna con la mía. Se rinde ante mis encantos y se introduce, ganándose encima mío. - ¿Te tomaste la pastilla?-. Pregunta, moviéndose sólo cuando asiento.
Sale y entra rápidamente, haciendo nuestros cuerpos sonar cada vez más fuerte. Sube la camisa hasta mi cuello, bajando su cara para besar mis pechos.
Acaricio su pelo y su espalda, gimiendo lo más moderadamente posible. Muerde mi pezón y chillo por el dolor. Lo besa antes de separar su cara. Lo abrazo y busco su boca, dándole besos.
Siento el líquido entre mis piernas y tardo pensando en si es porque se corrió o porque me llegó la regla. Aclara que es la primera cuando se detiene un momento. - Te amo-. Dice besando mi hombro. Meto mi mano entre nuestros cuerpos y me toco mientras él se mueve, ahogando mis gemidos en su boca.
Siento la segunda oleada y paro el mundo. Me besa y se deja caer a mi lado.
- Te amo-. Digo sacando el pelo de mi cara. Me abraza contra su pecho. - Yo igual. Te amo más, el triple de lo que tú me amai-. Dice mirando mi cara.
Sonrío y asiento. - Caleta-. Sigo tocando el pezón que me mordió.
- ¿Te duele?-. Pregunta tocándolo él.- Sí, un poco. Me mordiste fuerte-. Asiente dándole un beso. Alejo su cara porque o sino vamos a terminar haciéndolo otra vez y ya estoy cansada. - ¿Me perdonai?-. Asiento al tiro.
- ¿Dónde aprendiste a dedear tan bien?-. Pregunto finjiendo falso desinterés. Perdón, me puse weona. Finjiendo desinterés. - ¿Por qué?-. Inquiere sonriendo. Me encojo de hombros. - Por ahí-. Dice. Me siento y arreglo la camisa. - ¿Dónde es por ahí?
- Contigo-. Responde tirándome de la cintura para que me acueste con él. Lo hago. - ¿Y por qué decí por ahí si es por aquí?-. Gesticulo con las manos, apuntándome a mí al decir aquí.
- Porque fue por ahí-. Baja su mano y la mete entre las tapas, señalando mi entrepierna como el ahí.
Sonrió y le robo un besito. - Te amo-. Digo abrazándolo. - Ya va a amanecer-. Señalo la ventana con la cortina entreabierta, el amanecer colándose por ella. - Qué rico dormir contigo.
- Ay que eri lindo. Dame un quico-. Estiro los labios. Me da un beso y me acurruca contra su cuerpo. - Oye. Me llama. Le sonrío jugando con mis dedos en su pecho. - ¿Y si nos vamos a vivir juntos?-. Pregunta, sacándome los ojos de sus cuencas.
- Ya, ¿Dónde?-. Sonríe contento. - No sé, me pongo a trabajar, tú estudiai, arrendamos algo por ahí. Te tendría como reina-. Dice acariciando mi pelo.
- ¿Y de dónde sacariai tanta plata?-. Le pregunto. - Laburando po, si ya te dije. Le sonrío. - ¿De verdad queri irte a vivir conmigo?-. Asiente, con un deje de sonrisa. - Yo también. Pero nos sale mejor juntar plata y ahí comprarnos algo.
- Ya, ¿Pero eso en cuánto más?-. Asiento. Cada uno tiene su punto.
- Después vemos. Le doy un beso y me acurruco entre sus brazos.- Estai calentito-. Susurro en su cuello. Asiente, apretándome más contra sí.
ESTÁS LEYENDO
Sencilla y detalladamente weona.
Romantik¿Qué hacís cuando tu crush es el malo de la película? Onda, no el malo malo, porque no es un asesino o algo por el estilo, pero es todo lo que tu mamá no quiere que tengas en tu vida. Así es gente, me gusta el socialmente desaprobado. ¿Por qué? Ni...