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- ¡Tres más!-. Le grita el casero a su compañero mientras pesa las papas que le estoy comprando. Las pone y cierra la bolsa, recibiendo la plata que le paso. Las echo en el carro y sigo caminando.

Paro en el puesto de maquillaje, viendo si es que hay algo que me llame la atención. Hay un labial burdeo que tiene mi nombre tatuado. Lo compro. Una ganga.

Sigo caminando, parando a comprarle la comida al Felpe. - ¿Cuánto quiere?-. Me pregunta. - Sus tres lucas porfa-. Pido mirando cómo lo echa. Me pinchan la cintura y volteo pensando que es un cuchillo o alguna weá. Me mira una señora.

Me besan la mejilla por el otro lado, haciendo que voltee mi cara con el corazón a mil. Pa mí que me están penando.

- Hola chanchita-. Me dice el aweonao de mi pololo. - De beso en la mejilla saluda el perla-. Lo webeo recibiendo la bolsa con la comida. Se ríe sacándome el carro de la mano.

- ¿Y qué haci acá?-. Me pregunta mientras guardo la comida en el carro. Caminamos juntos.

- Comprando po, qué más-. Le respondo leyendo lo que me escribí en el brazo. Es la lista de lo que tenía que comprar. Me falta el puro plátano. - Sí sé po amor, me refiero a porqué viniste tú. Nunca te había visto acá en la feria-. Lo miro ofendida.

- Yo siempre vengo-. Niega riéndose. Asiento sonriendo. - No a esta hora pero siempre vengo-. Le cuento mi excusa. - Ahí si te creo-. Me molesta riendo.

- ¿Y tú?-. Pregunto buscando plátano barato. - Yo siempre vengo po mi reina-. Asiento. - Que pololo más responsable-. Se ríe.

- ¿Qué te falta?-. Le pregunto sonriéndole a una guagua. - Nada, ¿Y a ti?-.

- Un beso tuyo-. Me lo cuenteo sonriéndole. - Están caros hoy día, donde les subió el IVA-. Me río parando en un puesto que tiene lo que necesito.

- Deme un kilo e plátano porfa-. Le pido a la señora que atiende. - Hola po Byron, ¿Cómo está tu hermana, tu papá?-. Le habla a mi pololo. - Bien tía gracias, ¿Y las chiquillas?-. La señora asiente preparando mi compra.

- Bien, bien. Ahí en la casa. Tu papá me dijo que estai trabajando, ¿Cómo va eso? Tome mijita-. Me pasa la bolsa. Le paso la plata y meto la weá en el carro. - Bien, bien tía. ¿Listo?-. Asiento. - Ya, vamos. Chao tía cuídese-.

Nos vamos webiando, empujándonos e intentando hacerle zancadillas al otro. Yo no lo logro por evidente incapacidad de coordinar mis pies, y él porque yo me alejo cuando lo intenta.

Llegamos al inicio de la feria, donde tenemos que separarnos. - ¿Te voy a dejar?-. Me pregunta mientras nos paramos en la esquina. Niego. - No mi amor, gracias. Váyase pa su casa nomás-. Lo mando quitándole el carro.

- ¿Después me vai a ir a ver?-. Niego con una mueca. - Tengo que hacer una tarea-. Le digo. Asiente haciendo un puchero. - ¿Sola?-. Niego. - No, pero cada uno hace su parte y después lo juntamos-. Mantiene su puchero.

- Anda a verme tú po-. Le digo. La piensa y asiente robándome un besito. - Llego en media hora a tu casa-. Abro los ojos. - ¿Media hora?-. Asiente. - Ya, ya. Pero me ayudai a hacer la tarea-. Arruga la cara.

- ¿Yo?-. Asiento. - Nicagando, te vai a sacarte un dos por culpa mía-. Me río negando. - Si es una weá fácil. Ya, me voy. Chao-. Le robo otro beso y me llevo mi carro a mi casa, donde mi perro me recibe súper emocionado.

- Hola mi amor, ¿Cómo está el perrito más lindo?-. Se mueve entero al mover la cola. Me pide brazos, lo cual hago. - ¡Llegué!-. Grito entrando a mi casa. Mi mamá está en la cocina haciendo el almuerzo. - Guarda las cuestiones-. Me manda. Lo hago.

Sencilla y detalladamente weona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora