XIII

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Jin ha hecho esto un par de veces, así que el omega no entiende por qué se siente nervioso. 

Ha tomado un taxi para evitar arruinar su apariencia en el transporte público abarrotado de personas y olores que la mayoría de veces no le son agradables. Retoca su cabello, se asegura de que su maquillaje esté perfecto y ajusta su ropa, más formal que de costumbre, sobre su cuerpo. 

La elección de prendas aún lo hace sentir inseguro, especialmente porque hoy no ha optado por un cuello tortuga, pero la bufanda gris que hay bajo su abrigo es lo suficientemente amplia para cubrir lo que necesita. Como si eso no fuera suficiente, el chico ha puesto parches de olor sobre las manchas purpúreas más altas y notorias.

Sin embargo, su aspecto físico no es la razón por la que no puede dejar de temblar.

Él va a ser presentado como el monitor del señor Kim de manera oficial frente a la clase entera y no sabe de qué manera fingir que es el más adecuado para merecer el cargo. Especialmente, porque ha escuchado muchas cosas sobre hombre en los últimos días y a lo largo de su vida universitaria. Información relevante como que el señor Kim nunca ha tenido un monitor, por lo que sus expectativas de cara a la labor son altas. 

Altas e inalcanzables.

Está mucho más temprano de lo citado cuando consigue arribar la universidad y sus pasos son firmes dentro de los zapatos elegantes que ha usado. Cuando logra estar frente a la puerta claramente cerrada, Jin comienza a preguntarse si no ha ido demasiado lejos con eso de la apariencia. Quizá exageró... 

¿Y si no les gusta? ¿Y si lo juzgan demasiado? ¿Y si alguien se da cuenta que está ocultando sus manchas?

—Kim.

Jin se gira asustado hacia el hombre que está caminando más cerca a él. Se siente intranquilo con su fuerte presencia, por el anís y los clavos de olor que se han hecho mucho más notorios en los últimos días. Como si el castaño se hubiese hecho mucho más consciente del aroma del otro.

—Señor Kim —saluda con una reverencia formal—, buenos días.

Los ojos del hombre están posándose en él, esta vez de manera obvia y directa. El alfa está viendo cómo luce, detallando el abrigo negro y la bufanda que han reemplazando sus amados cuellos tortuga. Jin no puede evitar sentirse inspeccionado y al borde de reprobar lo que sea que el otro esté tratando de evaluar en él. Se sonroja furiosamente bajo su mirada, que sigue siendo igual de inexpresiva.

Jin se pregunta si algún día volverá a verlo sonreír de nuevo. Probablemente no.

Pese al claro escudriñamiento, no menciona palabra alguna. El señor Kim simplemente abre el aula para dejar pasar al chico y luego hacer lo mismo. Enciende las luces y deposita sus cosas sobre el escritorio.

Son ellos dos dentro de un espacio amplio, sin embargo, el ambiente parece pequeño. Jin no entiende porqué siempre parece haber tensión cuando están solos, incluso en un espacio diferente a la oficina. Él nunca se ha sentido así con el profesor Jung... Bien, probablemente porque él no tuvo nunca intenciones de darle una mamada al hombre.

Sí...

Jin se siente aterrorizado de seguir evocando la situación que le gustaría borrar. Al menos trabajando para el señor Kim, ha logrado olvidarse la mayor parte del tiempo de que ellos vivieron esa escena. Espera que para el hombre sea del mismo modo.

—Lo presentaré primero para que todas las personas puedan estar al tanto de su rol en esta clase y luego lo hará usted, Kim. Llamará a lista e iniciaremos la sesión —menciona el hombre con la voz seria. Sus manos son ágiles cuando abre el maletín para sacar la laptop y acomodar sus cosas.

El amor es el silencio más fino - Namjin (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora