Hay una sensación de incertidumbre articulada a la desazón situándose en el centro de su pecho. Duele como un aviso de advertencia, como una profecía a punto de auto cumplirse. Jin intenta no prestarle demasiada atención a ello, pero cuando sus ojos se posan en la ventana y las nubes grises se arremolinan en el cielo anunciando la lluvia, no puede dejar de pensar en que el clima se ha confabulado con lo que siente.
En el aula, rodeado de personas y de olores, Jin no se siente cómodo. El frío que atraviesa sus extremidades, comenzando por la punta de sus dedos hasta sus hombros anchos, lo hace sentir ajeno, como un forastero en medio del lugar en el que ha estado los últimos años. En el lugar en donde alguna vez creyó construir una noción de lo seguro, lo familiar, lo cercano.
Jin nunca ha estado tan aterrado de pensar que tal vez eso último nunca fue cierto.
Sus ojos viajan con frecuencia hacía la ventana del aula, como si con ello pudiera controlar la aparición de imágenes que lo hacen sentir vulnerable, frágil como un niño. Como el infante que hace presencia en su vida adulta durante las crisis. Es consciente de que no está prestando atención, así como que sus manos se han mantenido inmóviles sobre el escritorio y sobre la hoja que permanece en blanco, sin apuntes algunos.
Entonces acaba. La sesión finaliza para su suerte. Los pasos suenan sobre el suelo del aula, apresurados por salir del espacio físico a realizar sus demás tareas, el itinerario diario. Jin está avanzando también de camino a la salida, consciente de que el aula está quedándose más vacía a través de los segundos. Sus dedos se aferran a la correa de cuero de su maletín, mientras observa con pesadez la punta de sus zapatos. El costoso regalo de cumpleaños de su madre el año anterior lo hace sentir mucho más extraño, agudiza la sensación que lo ha apresado desde el momento en que hizo las frazadas de su cama a un lado para levantarse.
—Kim. —La voz profunda y grave lo hacen detenerse en medio de la caminata—. Seok Jin.
La corrección es como un polo a tierra. Jin es consciente de la persona tras el llamada, así que sus ojos se alzan para ver los otros del hombre de aspecto duro y frío. El señor Kim está terminando de guardar sus implementos de clase en su propio maletín para dirigirse a su oficina. O eso piensa Jin.
—Señor —responde, sintiéndose terriblemente avergonzado por haber estado presente en la clase del hombre sin haber prestado un minuto de atención a su explicación. Por suerte, el hombre no parece querer darle un sermón sobre su falta de concentración.
—Solo quería asegurarme de su presencia en mi oficina luego de esta sesión —menciona el hombre, mientras asegura el maletín para luego colgárselo. Jin lo ve poner el asiento del escritorio en su lugar con una elegancia que le resulta peculiar.
Entonces el chico está recordando su compromiso con el hombre y no puede evitar que sus orejas se calienten ante la vergüenza de haber estado a punto de olvidar que consensuó ir a la oficina del otro luego de la clase. Lo hizo hace 5 días. Luego de que a raíz del episodio penoso en la oficina del alfa, este decidiera que Jin necesitaba un descanso.
El descanso acabó y es hora de que el castaño retome sus obligaciones como monitor, incluso si no se siente bien del todo.
—Por supuesto, señor —dice con seguridad para comenzar a avanzar hacia la salida con los pasos firmes del hombre a sus espaldas. El omega no puede evitar sentirse irresponsable por haberlo olvidado, pero es una suerte que no tenga mucho que hacer el resto del día. Claro que tiene lecturas pendientes, pero nada que no pueda solucionar en otra ocasión.
Ellos no dicen palabra alguna durante el trayecto hasta la oficina y eso está bien. Jin aún no ha podido lidiar con la vergüenza que representa para sí el haberse mostrado vulnerable frente a una persona que no debía verlo de ese modo. Al omega no le gustaría saber qué concepto tiene el otro de él luego del suceso. Está casi seguro de que no se aleja de lo patético.
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El amor es el silencio más fino - Namjin (omegaverse)
FanfictionKim Seok Jin es un omega que ha aprendido a conformarse con aquello que le fue enseñado si con ello asegura el futuro que otros siempre han deseado. Sin embargo, le gustaría poder deshacerse de la pesadilla constante que representa habitar su cuerpo...