XXXII

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Hoseok jamás se ha considerado perezoso. Al contrario, el omega siempre ha procurado mantenerse activo, ocupado en la más mínima cosa. Abismalmente diferente de su compañero: Yoongi. 

Opuestos. Alegremente opuestos.

El pelirrosa ríe con satisfacción cuando se da cuenta de que el alfa está acostado sobre el sofá, pasando los canales del televisor con demasiada lentitud. Su ropa de casa dista completamente de la que debe usar en la universidad, y apenas unos pantalones holgados de algodón y una camisa de un viaje a Japón que un estudiante le regaló hace tres años. Tiene el cabello negro y sus lentes reposan en la mesa de la sala. 

—¿En verdad es necesario que vayas a la universidad? —pregunta el hombre de manera floja. 

Sus pies están cubiertos por unos calcetines rojos de Hoseok. Al omega no le importa, porque ellos están más allá de las peleas por el uso no permisivo de las prendas del otro. El matrimonio les ha hecho acostumbrarse a ello.

—No puedo hacer el intersemestral desde casa —responde el omega con una sonrisa, para luego tomar la taza humeante de té que ha preparado para el hombre y depositarla en la mesa del centro. 

Escucha al pelinegro gruñir por lo bajo, pero lo encuentro adorable. Se deja llevar por la imagen tierna de su esposo haciendo pucheros tontos mientras rasca su abdomen descubierto, y se sienta a su lado para dejarle un beso pequeño en los labios.

—Lo sé —aclara el mayor con una sonrisa mientras observa al omega comprensivamente—. Era broma.

El pelirrosa le echa un vistazo al reloj en su muñeca izquierda para darse cuenta de que aún tiene algo de tiempo antes de ir a la universidad, así que va a aprovecharlo junto a su esposo tanto como pueda. 

El televisor proyecta un drama repetido que ninguno tiene intenciones de ver, pero que de todos modos sigue reproduciéndose en el aparato porque Yoongi es demasiado perezoso como para tomar el control y cambiar de canal. Sus manos están encontrando las hebras suaves del cabello negro del otro para rascar suavemente con sus uñas el cuero cabelludo. 

La reacción del hombre es inmediata, porque su cuerpo se acurruca más cerca de él, en un gesto amoroso al que ambos están acostumbrados. Yoongi lo está mirando con sus ojos de afecto que conoce bien y no puede evitar reírse, para luego depositar un beso mucho más profundo en su boca.

—Estaba pensando en contratar a Jin como monitor del intersemestral —susurra cerca de su mejilla, llenando de besos la zona nívea y suave que es la cara del alfa. Hoseok ama tanto que no tenga vello facial allí—. ¿Crees que acepte?

Yoongi está refregando su mejilla más cerca con intenciones de que el omega siga besándolo, pero se detiene para asentir con la cabeza.

—La única razón por la que no aceptaría sería por estar ocupado —responde con los ojos fijos en la pantalla del televisor. Sus pies se están encogiendo cuando dobla las piernas para apoyarlos sobre la comodidad del sofá y quedar en una especie de cuclillas—. A Jin le gusta trabajar contigo. Puedo notarlo.

—Lo llamaré entonces. —El omega está tomando el celular del bolsillo de su pantalón para buscar el contacto del chico y hablar con él. La voz de la contestadora anunciando el buzón es rápida cuando emite su mensaje—. Parece que está apagado. 

Todavía sigue acariciando los pequeños vellos de la nuca de Yoongi. Su cabello está demasiado largo, pero no planea decírselo porque el hombre correrá al salón de belleza a cortárselo y Hoseok no quiere eso, así que se conforma con peinarlos en silencio. 

—Llámalo más tarde, seguro contesta —sugiere el alfa. El pelirrosa asiente antes de mover con cuidado el cuerpo del hombre y ponerse de pie para alisar su ropa con sus manos.

El amor es el silencio más fino - Namjin (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora