A Seok Jin jamás le gustó la idea de dormir acompañado.
No tuvo muchas opciones, después de todo, porque nunca hubo alguien que se ofreciera a hacer algo como eso de manera honesta, ni siquiera la persona que alguna vez le hizo creer en la posibilidad de ser querido.
Pese a que en su cabeza la idea se tornaba molesta, en su cama y bajo las mantas siempre hizo falta algo. El vacío estuvo allí, desde temprana edad, cuando el castaño debía obedecer a las niñeras encargadas de su cuidado y se acostaba todos los días a las 8:00 de la noche sin falta alguna. Se mantuvo cuando la cama se hizo estrecha y la reemplazó por una mucha más amplia, que era suficiente para su cuerpo que comenzaba a sufrir los estragos de ser omega, pero no para la constante carencia de atención que seguía sin ser suplida.
En su antiguo apartamento, demasiado barato y estrecho para una persona, la cama siguió siendo fría. A menudo, y a través de las noches citadinas en soledad, el chico deseó deshacerse de la falsa molestia que erigió en torno a algo que siempre anheló. Quiso sacudirse la contradicción que lo habitaba cuando admitía en voz alta que no quería a nadie, pero en el fondo, ansiaba lo contrario.
Ahora, con el calor que emana del cuerpo de Namjoon, su aroma puro de anís y clavos de olor, y el sentimiento apabullante que no ha cesado ni un poco, el omega espera no tener que volver a fingir ni contrariar la naturaleza de su deseo.
Aunque desconoce la hora, Jin sabe que es de mañana.
Sus ojos se sienten pesados cuando intenta abrirlos completamente y cuando lo consigue, lo primero que encuentra es el cuello del alfa y parte de su mandíbula. Es una suerte que la luz que se filtra a través del espacio pequeño, que el rubio dejó la noche anterior al arrumar ligeramente la cortina hacia el centro, le permita vislumbrarlo. Pese a ello, la luminosidad de la habitación sigue sin ser suficiente para obligarle a ponerse de pie, abandonar la cama y comenzar el día.
Namjoon debe ir a la universidad a realizar unos trámites en la secretaría de la facultad, asistir a la reunión del consejo de profesores de planta y reunirse con el matrimonio para cenar. Aunque Jin también está incluido en ese último plan, va a quedarse en el apartamento a hacer algunos quehaceres domésticos pendientes, para reunirse con los demás en la tarde/noche. No obstante, la comodidad del colchón y el sueño aún presente en sus párpados, le hacen ignorar los deberes ajenos y los propios por algunos segundos, permitiéndole disfrutar de la cama y la compañía un poco más.
Su cuerpo también sigue adormilado, pero con el paso de los segundos la sensación de cosquilleo comienza a desaparecer y Jin recupera gradualmente la sensibilidad en sus extremidades. Finalmente, luego de la lentitud del proceso, sus pies consiguen hacer el primer movimiento, frotándose perezosamente contra la sábana y alcanzando los lugares frescos que no han sido tocados. Al igual que ellos, su mano también experimenta la suavidad y calidez que pertenece a la tela del pijama de Namjoon, junto a la elevación serena de su pecho que se vuelve descenso después.
La disolución final del hormigueo lo hace consciente de cada región, de que cada una de las partes que lo constituyen. Sin embargo, la presión ejercida sobre una zona específica de su cuerpo es algo que definitivamente no le pertenece.
Ellos no han hecho más que besarse, coquetear de vez en cuando y dormir juntos, así que Jin está particularmente sorprendido con el hecho de que la mano del hombre esté en su culo, exactamente sobre su nalga izquierda. Quiere echarse a reír por el descubrimiento, pero no tiene planeado asustar a Namjoon de esa manera, mucho menos despertarlo con el sonido estrepitoso de sus carcajadas. El contacto tampoco le molesta, así que decide prolongarlo dejando que el otro siga durmiendo a su lado.
No pasa mucho tiempo para que eso último suceda, porque minutos después la alarma del celular del hombre se activa y el omega sabe que ambos deben salir de la cama quieran o no. El alfa es lento cuando se estira, con la mano todavía sobre su culo, y deja salir un sonoro bostezo que hace a Jin sonreír. La reacción es inmediata: su corazón no se hace esperar cuando se acelera bajo su pecho, con la alegría característica del afecto. Pese al carácter impredecible de su existencia, el omega es honesto cuando acepta el anhelo de despertar todas las mañanas con el hombre a su lado y sobre una cama que ya no se siente fría.
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El amor es el silencio más fino - Namjin (omegaverse)
FanfictionKim Seok Jin es un omega que ha aprendido a conformarse con aquello que le fue enseñado si con ello asegura el futuro que otros siempre han deseado. Sin embargo, le gustaría poder deshacerse de la pesadilla constante que representa habitar su cuerpo...