VIII

609 82 9
                                    

Junkyu, cumpliendo con sus funciones de prefecto, fue el que se encargó de llevar a Junghwan y los demás Gryffindors de primer grado, a la sala común de su casa, en una de las torres del castillo, donde les informó dónde se encontraban sus habitaciones, les explicó que sus cosas ya se encontraban allí, que debido a que la hora de ir a la cama era a las nueve no tenían permitido salir de la torre y vagabundear en los pasillos del castillo o perderían puntos para la casa, y mencionarles que al día siguiente tenían que levantarse temprano, pues sus clases comenzaban a las diez, y primeramente tenían que volver a bajar al Gran Comedor para desayunar algo y recibir sus horarios, por parte del jefe de la casa.

Junghwan se preguntó cómo rayos lograría levantarse a la hora indicada si no podía usar su celular para poner mil alarmas, sin embargo, a la mañana siguiente despertó sin ningún problema, y mientras se desperezaba, no pudo evitar preguntarse si aquello también sería obra de la magia que el mismo castillo poseía.

De cualquier manera, se apuró a brincar de la cama, ponerse el uniforme (su túnica ahora llevaba aquel forro color rojo vino), salir del dormitorio y de la torre, y apurarse a bajar al Gran Comedor.

Vio a Junkyu sentado al otro lado de la mesa, pero se encontraba rodeado de sus amigos, conversando animadamente (lo que le provocó un poco de pesadez, ya que era el único miembro de su casa que conocía), por lo que se limitó a sentarse en el otro extremo de la mesa, y gracias a que ya todo estaba servido, comenzó a picotear para probarlo todo. Pronto se vio rodeado por más estudiantes, pero debido a su nerviosismo prefirió concentrarse en su desayuno, y de cierto modo ignorarlos, hasta que una mujer de largo cabello pelirrojo, se detuvo junto a él, y le sonrío amablemente.

-¿Primer año, verdad? –preguntó la mujer, alta y delgada. Junghwan asintió-. Yo soy la jefa de tu casa, Lalisa, mucho gusto. Cualquier problema que tengas, puedes hablar con los prefectos, o conmigo. Si necesitas ayuda o asesoría también estoy disponible. Ahora... -la profesora Lalisa agitó su varita delante con lo que un rollo de pergamino apareció, y comenzó a escribirse por sí mismo a gran velocidad.

Cuando la tarea estuvo terminada, le extendió a Junghwan el pergamino, quien lo tomó, asombrado.

-Tu horario –informó Lalisa-. Las clases inician a las diez. Tendrán un descanso a la una para bajar a comer. Las tardes después de las cuatro son libres para que hagan sus tareas o convivan entre ustedes. Y la cena se sirve a las ocho. ¿Alguna duda?

Junghwan negó, y con esto, la profesora Lalisa se giró para atender a otro estudiante, y repetir el proceso.

Estaba comiéndose su pan con una mano, mientras que con la otra sujetaba su horario para leerlo, que casi se atraganta con el pan al darse cuenta de que no había preguntado a la jefa de su casa en dónde se encontraban las aulas para llegar a sus clases.

Algo asustado, se apuró a tragar el pan a toda velocidad, y tosiendo un poco, se acercó al alumno que tenía más cerca, para preguntarle.

-Disculpa... –dijo de manera tímida. El chico, de cabello negro y rasgos bastante atractivos, alzó la mirada de su plato de cereal (sus largas pestañas se mecieron como un abanico) y lo miró fijamente-. ¿Me podrías ayudar a decirme donde está...? –volvió a mirar a su horario-. Encantamientos.

-Segundo piso, pasillo a la... Oh –se interrumpió a sí mismo-. Eres de primer año, ¿no es así? –Junghwan asintió a toda velocidad-. Veamos... -dio un vistazo a su propio horario-. Yo tengo clase de Transformaciones, están en el mismo piso. Si quieres, te puedo llevar hasta allí.

A Junghwan se le iluminó el rostro. No sabía quién era el chico, pero si iba a hacerle ese favor, en definitiva, lo llamaría amigo de ahora en adelante.

-Muchas gracias –dijo atropelladamente-. Me llamo Junghwan.

-No hay de qué –respondió el otro chico-. Yo fui novato apenas el año pasado. Sé lo que se siente. No sabía nada de Hogwarts, a pesar de que mi mamá es una bruja, ya que nunca dijo nada a la familia. Claro, hasta que descubrieron que yo también tenía magia, y llegó mi carta. Me llamo Haruto, por cierto.

Se sonrieron mutuamente, en definitiva, a Junghwan aquel chico le agradaba.

Se sonrieron mutuamente, en definitiva, a Junghwan aquel chico le agradaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

~~

No quise poner a los "verdaderos" profesores de Hogwarts, así que esperen escuchar varios nombres más para los demás profesores. Por el momento, aparte del director Yang, tenemos a Lisa, como jefa de la casa Gryffindor, y profesora de Transformaciones. Los demás irán apareciendo (o simplemente serán mencionados) conforme se les necesite.

A Treasure in HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora