A Treasure in Hogwarts

LVII

Habían tomado una siesta en la tarde, y habían despertado justo a la hora para la cena. Doyoung esperó a Haruto al pie de la escalinata de mármol, y una vez que el Gryffindor hubo bajado a la planta baja, ambos alumnos de segundo curso se dirigieron al Gran Comedor a comer algo, y aprovechar a repasar sus apuntes de Astronomía, antes del examen que tendrían a media noche.

Hyunsuk y Jihoon, quienes se retiraron tarde de la mesa de las serpientes, les desearon suerte, y así, a las once cuarenta, los dos muchachos emprendieron la caminata rumbo a la torre más alta del castillo, listos para iniciar con aquel, su último examen del primer trimestre.

El examen de Astronomía era una mezcla de teórico y práctico. Necesitaban saber la teoría para buscar las estrellas y constelaciones indicadas en su mapa, e igualmente necesitaban la práctica para entender lo que veían con ayuda del telescopio, y plasmarlo en su carta astral. Fue una hora y media de silencio total, apenas roto por el rasgar de las plumas en el pergamino, o los típicos sonidos nocturnos que provenían del bosque prohibido. El chapoteo de los tentáculos del calamar gigante se escuchaba a la distancia, de manera esporádica.

Al igual que el profesor Yoon, cuando se cumplió el tiempo límite, la profesora Sandara les hizo soltar las plumas, y tomó todos los pergaminos, indicándoles que podían retirarse.

-Sin tomar rodeos o atajos –los reprendió suavemente-. O se meterán en problemas por estar fuera de la cama a esta hora.

Doyoung y Haruto bajaron desde el octavo piso, conversando sobre el examen. Aun tenían la mente lo bastante despejada como para ponerse a comparar respuestas, y así, cuando llegaron al quinto piso y Haruto se despidió para dirigirse a la torre de Gryffindor, mientras Doyoung continuó animadamente el camino hasta las mazmorras, donde la sala común de Slytherin lo esperaba.

Con lo que no contaba encontrarse era a sus dos superiores, esperando por él.

-¿Jihoon, Hyunsuk? –preguntó en voz baja, al acercarse.

Jihoon respingó suavemente, y se apuró a bajar el libro que leía. Una sonrisa se dibujó en su rostro, y no tardó en preguntar:

-¿Y bien? ¿Cómo fue?

-¿De verdad te has quedado despierto hasta tarde solo por mi? –interrumpió Doyoung-. Son ya las dos de la mañana...

-No tengo exámenes mañana. He terminado todo ya –dijo Jihoon, dejando su libro en la mesilla baja, con un ademan que indicaba que aquello no tenía la más mínima importancia-. Una desvelada no me hará mal.

-Parece ser que a Hyunsuk si –musió Doyoung, con lo que ambas serpientes miraron al chico.

Hyunsuk se encontraba en uno de los sillones cercanos a la chimenea. Decir que se encontraba sentado sería una mentira. En realidad, se encontraba hecho bolita, abrazándose las rodillas, con la cabeza apoyada en uno de los descansabrazos, completamente dormido.

-Está exhausto –dijo Jihoon, acercándose a comprobar que aún respiraba-. Ha pasado toda la semana pasada desvelándose estudiando para los exámenes. ¡Y apenas es el primer trimestre! –agregó en un susurro.

Doyoung se limitó a mirar a su superior. Había algo en la escena que le provocaba un sentimiento parecido a la ternura.

-Ayúdame a llevarlo a la cama –dijo Jihoon, y Doyoung no pudo evitar preguntarse cómo iba a cargarlo cuatro pisos más abajo.

Es decir, era cierto que Hyunsuk era pequeño y algo ligero, no tanto como Asahi, pero aun asi...

Su monologo interno se vio interrumpido cuando Jihoon sacó la varita, y susurró:

-Locomotor mortis –con lo que el cuerpo de Hyunsuk se levantó en el aire, sin perder su posición-. Ayúdame a no dejar que se golpee con alguna puerta –insistió Jihoon.

Doyoung se apuró a cumplir con lo que se le pedía.

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¿Se cansaron ya de los exámenes?

¿Prefieren ya termine y nos vayamos de vacaciones invernales, o seguimos un poco más?