Así como ellos se habían quedado de piedra, estaban seguros de que quienes fueran los que ya habían entrado a la casa habían quedado igual. Por ello, apurándose a ponerse nuevamente en movimiento, los cuatro menores corrieron escaleras abajo, y prontamente se escondieron en diversas partes de la casa.
Junghwan terminó escondido debajo de las escaleras, en el pasadizo que llevaba de regreso al castillo. Con la puerta entreabierta, esperó a que alguien pasara por allí, con la varita en alto, listo para lanzar uno de los hechizos recién aprendidos gracias a las clases intensivas de Jihoon.
Los escuchó antes de verlos. En realidad, sólo escuchó a Jaehyuk:
-Aigoo –dijo el Ravenclaw, mientras sus silenciosas pisadas lo sacaban de la cocina, y encaminaban por aquel recibidor-. Está demasiado oscuro aquí, Asahi. Todas las ventanas cubiertas hacen que se sienta como si fuese media noche.
-Yo digo que debemos subir –dijo Asahi firmemente, completamente ajeno a los comentarios de su compañero de casa. Al igual que Junghwan, tenía la varita fuera, lista para contrarrestar cualquier encantamiento que pudiese tomarles por sorpresa-. Podríamos buscar en el resto del piso, pero algo me dice que aquel grito intenta mantenernos alejados de lo que sea que esté arriba... Así que mi lógica me dice que el diamante está allá.
-Voy a donde tú me digas –fue la respuesta de Jaehyuk, quien intentando armarse de valor, dio un par de pasos, y se preparó para subir la escalera...
-Carpe retractum –susurró Junghwan, con lo que la alfombra que se encontraba debajo de Jaehyuk, fue jalada repentinamente en su dirección, ocasionando que el Ravenclaw fallase el paso y en vez de subir el escalón, cayese de bruces en el suelo.
-Bueno, eso significa que vamos por el buen camino –dijo Asahi, mientras ayudaba a su compañero de casa a incorporarse-. No quieren que subamos, así que eso es justo lo que vamos a hacer.
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-Y bien, ¿cuánto tiempo nos tardamos? –preguntó Jaehyuk, cuando él y Asahi salieron de la casa y se reunieron con el resto de los chicos.
Asahi dejó caer el diamante en la palma de la mano de Jihoon, mientras Yoshi contestaba:
-Ocho minutos y quince segundos. ¿Listo Yedamie?
-Listo –respondió el Hufflepuff, y antes de que el resto de los chicos pudiesen despedirse, los dos tejones emprendieron el camino rumbo a la casa.
-Asahi caminó en esta dirección –dijo Yedam, mientras él y Yoshi rodeaban la casa por el lado izquierdo-. Quizá encontró una puerta trasera abierta...
-O se metió por allí –añadió Yoshi, apuntando a la ventana descubierta-. Jae y Sahi son lo suficientemente pequeños como para escabullirse por este espacio. Diffindo –añadió, mientras pasaba la varita por los bordes, y así, los afilados trozos de cristal desaparecían, permitiendo que el cruzar fuese bastante seguro-. Supongo que nosotros cabemos igual. ¿Quieres ir primero?
Yedam se limitó a asentir, y tomando una enorme bocanada de aire, se encamaró en la ventana, y deslizó dentro. Yoshi no tardó en seguirlo.
Ellos también fueron recibidos por el oscuro comedor, con todos aquellos muebles rotos, suciedad y pesadez en el ambiente.
-Saca la varita, Yedam –dijo Yoshi-. Necesitaremos visibilidad.
-¡Lumos! –dijeron ambos Hufflepuff, con lo que las puntas de sus varitas se encendieron, y la habitación se iluminó un poco más-. Tenemos dos opciones –dijo Yedam, después de mirar a su alrededor, y ver que había dos puertas, cada una en extremos opuestos de la habitación-. ¿Quieres separarte para cubrir más terreno?
Yoshi se apuró a negar.
-Vayamos por allá –dijo apuntando a la puerta que estaba más próxima a Yedam, y así, los dos tejones se pusieron en movimiento una vez más.
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Creo que terminaremos este especial de halloween en diciembre.
Pido perdón.
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A Treasure in Hogwarts
HumorCuando Junghwan y Jeongwoo llegaron a Hogwarts, no sabían nada del mundo mágico. Ahora les tocará acostumbrarse con ayuda de Mashiho, Yoshi, y Yedam, siempre amables y atentos, sobrevivir a las bromas de Jihoon, Doyoung y Junkyu, aprenderán a escuch...