XXI

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Cuando vio al profesor de vuelo, el primer pensamiento de Junghwan era que se trataba de su profesor de educación física de su escuela primaria, salvo que en versión mucho más delgada. Era cierto que llevaba una túnica de mago, sin embargo, debajo de ella llevaba un pants negro, con su respectiva sudadera, y una sencilla camisa blanca, algo holgada. Iba de gafas oscuras y gorra negra, para protegerse del sol, y para terminar de rematar su look, llevaba un silbato al cuello, el cual se apuró a usar para calmar a la clase que continuaba conversando mientras se detenían frente a él.

Tal como había dicho Jeongwoo, la primera clase había sido de pura teoría. Sentados en las gradas del campo de quidditch del colegio, el profesor Hoon había hecho aparecer (igual que Junkyu durante el viaje en el Expresso de Hogwarts) un pizarrón blanco, en el cual comenzó a dibujarles las diferentes partes que componían una escoba, así como monitos de palitos que se movían por el pizarrón, con los cuales les explicaba la manera de llamarla, subir, montar, maniobrarla, y bajar.

-La siguiente clase tomarán cada uno una escoba del colegio –les anunció al término de la clase-. Vamos a practicar lo que acabamos de ver teóricamente hoy. No tienen nada de qué preocuparse –se apuró a agregar, pues varios de sus alumnos ya se movían de manera nerviosa en sus asientos-. Las escobas escolares están encantadas para no exceder de cierta altura y velocidad. Los estaré supervisando de cerca, por lo que pueden estar tranquilos de que estarán seguros.

Y así fue como el siguiente miércoles, los alumnos de primer grado de Gryffindor y Slytherin se volvieron a encontrar a medio día, para aprender a volar.

-Colóquense todos al lado izquierdo de su escoba –dijo el profesor Hoon, mientras miraba a la decena de chicos que se encontraban en fila delante de él. A su lado, sentado tranquilamente, se encontraba su perro, un galgo italiano de color grisáceo con la pancita blanca, llamado Haute-. Levanten el brazo derecho, y digan "arriba".

-¡Arriba! –exclamaron los alumnos.

Igual que cada año, hubo unas cuantas escobas que no se movieron. La gran mayoría solo se agitaron sin levantarse del piso. Unas cuantas más se alzaron un par de centímetros, y apenas dos (incluyendo la de Junghwan) lograron subir hasta llegar a las manos de los chicos.

El profesor Hoon esperó un poco más para que siguieran intentando. Se paseó entre los alumnos dando indicaciones de cómo entonar, como pararse, e inclusive como extender la mano, y cuando finalmente la mayoría de la clase pudo hacerlo, hizo sonar su silbato, para que le prestasen atención.

-Deslicen la pierna derecha arriba, y sujétense con las dos manos. Ahora, escuchen con atención porque no me voy a repetir: van a dar una patada al suelo, y con esto la escoba los levantará del suelo. Alzar el mango de la escoba, hará que se eleven aun más. Hagan esto para levantarse un metro o dos, entonces, empujen el mango hacia abajo, y con esto perderán altura, y volverán a tocar el suelo. Haremos un par de intentos, ¿listos?

Un nuevo sonido del silbato. Diez golpes se escucharon contra el suelo, y los chicos empezaron poco a poco a alzarse en el aire. Haute se puso al instante en movimiento. Cuando veía que un alumno comenzaba a subir demasiado rápido, o bastante alto, comenzaba a gruñir para llamar la atención del profesor Hoon. No tardó mucho para que los chicos aprendieran a tenerle respeto al perro, y dejaran de jugar a ser más astutos que él.

-Muy bien, bajen todos –dijo el profesor Hoon, haciendo sonar el silbato una vez más, con lo que Haute se apuró a regresar a su lado, y quedarse sentado, quietecito. Sus alumnos obedecieron al instante-. La siguiente semana aprenderemos a virar. Tanto derecha e izquierda, y si aprenden rápido, podremos pasar también a hacer vueltas de campana. Lleven las escobas al armario, y pueden retirarse.

Los chicos agradecieron la clase, y se apuraron a hacer lo indicado. Cinco minutos después, caminaban de regreso al colegio, pues era ya la hora del almuerzo, y sus estómagos gruñían exigiendo alimento.

-¿Y bien? –preguntó Jeongwoo al ver entrar a su amigo al Gran Comedor-. ¿Qué tal ha ido tu primer vuelo?

Junghwan alzó los dos pulgares al tiempo que sedejaba caer en la silla. Una enorme sonrisa se dibujó en su rostro, sinembargo, el hambre era tanta, que, en vez de contestar, prefirió tomar la piezade pollo frito que su mejor amigo le ofrecía, y llevársela a la boca.

 Una enorme sonrisa se dibujó en su rostro, sinembargo, el hambre era tanta, que, en vez de contestar, prefirió tomar la piezade pollo frito que su mejor amigo le ofrecía, y llevársela a la boca

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Perdón pero es que en verdad tenía muchas ganas de meter a Haute. Ámenlo (?) Estaba igual pensando en meter a Mino para incluir a Johnny y se hicieran las peleas de perros y gatos, pero no se me ocurre profesor de qué pueda ser (en especial porque solo quiero meter a un miembro de cada grupo, para que toda la YG Fam esté aquí).

A Treasure in HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora