Junkyu había descubierto que tenía un talento natural para volar. Nunca había tenido una escoba en su vida (la verdad era que nunca le había interesado, a pesar de que Jihoon y Hyunsuk se la pasaban montados en las suyas durante los veranos), por lo que había llegado a su primera clase de vuelo, con cierto nerviosismo, que prontamente se fue sustituido por la felicidad de saber que tenía talento para ello.
En su primera clase de vuelo, había sido el único del curso cuya escoba había subido a la primera llamada. Igualmente, había sido el primero en aprender a dirigir la escoba, para que diese la vuelta cuando él lo comandase. Las clases de vuelo solo duraban el primer trimestre. Para presentarse al segundo (el cual era opcional), era necesario obtener notas sobresalientes, cosa que Junkyu logró con facilidad. Al tercer semestre solo se podía atender con invitación directa del profesor Hoon, ya que los que tomaban esta clase eran estudiantes que estaban interesados en formar parte de los equipos de quidditch de sus respectivas casas, y quizá inclusive en un futuro, volverse jugadores profesionales.
Junkyu aceptó la invitación sin dudarlo. A sus escasos once años, nunca se había imaginado a sí mismo como un jugador profesional de quidditch, o un alumno sobresaliente en las clases de vuelo, sin embargo, cuando terminó el curso y pasó a segundo grado, sabiendo ahora lo que podía hacer (y lo que todavía podía aprender, si seguía practicando durante más años), decidió postularse para formar parte del equipo de Gryffindor.
Hizo la prueba en su segundo año. Había pedido a sus padres una escoba de carreras como regalo de cumpleaños, los cuales no encontraron un motivo suficientemente fuerte como para negarse, y así, con su Nimbus 2000 en la mano, se postuló para el puesto de guardián. El que estuviese creciendo a ese ritmo acelerado, le dio ventaja. Era cierto que no tenía madera para el puesto de buscador (quienes se caracterizaban por ser pequeños y ligeros), pero gracias a sus largas extremidades podía cubrir fácilmente los tres postes. Ni hablar de sus reflejos.
Como cualquier nuevo elemento del equipo, llegó a su primer partido de la temporada, temblando de pies a cabeza. Gryffindor contra Slytherin: una rivalidad que tenía más de mil años de tradición. Fue allí cuando se enfrentaron por primera vez.
Al igual que Junkyu, Jihoon tenía talento para volar. No era tan alto como el Gryffindor, ni tan pequeño como Mashiho para ser considerado un buscador, pero como tenía un buen brazo para lanzar con fuerza, y era tan ligero que se podía mover y escabullir con facilidad, que terminó siendo seleccionado como uno de los cazadores de Slytherin, en su tercer grado.
Su agilidad lo había convertido en el cazador estrella de su casa. Sabía escabullirse por entre el equipo contrario, despistaba al equipo contrario con sus constantes fintas y juegos mentales que le daban la ventaja de que nadie sabía donde terminaría y qué haría en el siguiente segundo, pues inclusive era veloz: sin temor a chocar, a estrellarse o a derrapar, sus habilidades para controlar la escoba, que parecía actuar como una extensión de su cuerpo, eran simplemente envidiables. Te hacía creer que anotaría la quaffle en una dirección, cuando en realidad estaba apuntando a otro lado, o inclusive te había pensar que sería él quien anotaría, cuando la pelota ya estuviese en posesión de otro jugador.
Sin embargo, pese a las altas expectativas que había sobre Park Jihoon, en su partido debut, el Slytherin no pudo anotar ni una sola vez contra Kim Junkyu. Los otros dos cazadores de Slytherin no habían tenido ningún problema, por ello, cuando el silbato del profesor Hoon dio por finalizado el partido, Jihoon no pudo evitar bajar de su escoba, visiblemente enojado, y dar de patadas contra el suelo.
Lo interceptó antes de que pudiese entrar a los vestuarios a cambiarse el uniforme.
-No sabías volar cuando aún no ibas a Hogwarts –fue su queja-. Cuando te invitábamos a jugar en los veranos, decías que no tenías escoba. Tú y Doyoung se quedaban mirando desde abajo. Él es demasiado pequeño, y tú nunca mostraste interés... ¿Y ahora eres el mejor guardián de Gryffindor? Quiero la revancha.
-C-claro –respondió Junkyu, sin saber como responder a ello porque él tampoco lo comprendía-. ¿Te parece un 1 vs 1 después de la cena?
Jihoon fue el primero en llegar. Para cuando Junkyu se presentó a orillas del campo de quidditch, se trataron como desconocidos. Ninguno se dijo nada. Junkyu dio una patada y subió a defender sus aros. Jihoon tomó una quaffle, y procedió a intentar anotar.
Una vez más, no lo consiguió ni una sola vez.
-¡Pero que rayos! –gritó Jihoon malhumorado, cuando una hora más tarde, los dos bajaron, cansados-. ¿Por qué? –añadió, al tiempo que se dejaba caer en la hierba, intentando tomar aire.
-No lo sé –fue la respuesta de Junkyu, e igual de cansado, se tumbó a su lado-. Eres fácil de leer. Se pueden sentir tus emociones, las llevas a flor de piel. Puedo ver tus pensamientos, son claros como el agua. Se siente como si... como si te conociera mejor que a nadie. Como si fueses mi mejor amigo.
Jihoon bufó por lo bajo. Sí, se conocían desde hacía ya varios años, desde antes de entrar al colegio. Se veían en los veranos, e inclusive habían organizado pijamadas en compañía de Hyunsuk y Doyoung. Habían ya ido a comer a casa del otro, e inclusive habían viajado juntos a la playa para disfrutar del mar, la arena y el sol. Pero, ¿eran realmente mejores amigos? En especial ahora, que habían quedado en casas tan diferentes...
Se preguntó si él entendía igualmente a Kim Junkyu de esa manera tan íntima. La verdad era que nunca se había detenido a pensarlo. Aunque, ahora que le dedicaba tiempo, podía sentir que igualmente, el Gryffindor era fácil de leer. A veces inclusive sentía que pensaban lo mismo, y podían entenderse sin necesidad de decir ninguna palabra.
No contestó. Era mejor así.
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Por el momento, solo Mashiho, Junkyu y Jihoon forman parte de sus equipos de quidditch. Los demás apoyarán desde la tribuna una vez inicie la temporada, en el siguiente capi :p
Nos leemos~~
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A Treasure in Hogwarts
HumorCuando Junghwan y Jeongwoo llegaron a Hogwarts, no sabían nada del mundo mágico. Ahora les tocará acostumbrarse con ayuda de Mashiho, Yoshi, y Yedam, siempre amables y atentos, sobrevivir a las bromas de Jihoon, Doyoung y Junkyu, aprenderán a escuch...