Cuando Junghwan y Jeongwoo llegaron a Hogwarts, no sabían nada del mundo mágico. Ahora les tocará acostumbrarse con ayuda de Mashiho, Yoshi, y Yedam, siempre amables y atentos, sobrevivir a las bromas de Jihoon, Doyoung y Junkyu, aprenderán a escuch...
Consiguieron hablar con Jaehyuk, Jeongwoo y Junghwan esa misma tarde, y motivados por las palabras de Hyunsuk, al final los cinco chicos se decidieron a formar el club de fans de Jeon Somi. La cuota de acceso al club costaba veinte galeones... cuya suma de las aportaciones de todos los miembros de club no alcanzaba para el famoso collar de oro blanco, pero sí para unos bonitos aretes de plata.
Les tomó menos de media hora el organizarse para definir a Mashiho como el presidente del club, Junkyu como el vicepresidente, y finalmente, como encargado de la tesorería, a Jaehyuk. Así, el primer decreto del club fue que debían tener sus pines de apoyo a Somi, y cada miembro recibiría de regalo una photocard de la chica.
-El problema es de donde sacamos las fotos –dijo Mashiho pensativo.
Habían terminado de cenar, y habían decidido pasar a terminar de organizarse en la sala de estudio. Como siempre, el único que seguía allí pese a la hora era Hyunsuk, y como siempre, no les hizo ni el más mínimo caso pues tenía la nariz enterrada en sus apuntes.
-Estaba pensando en que necesitaremos un fotógrafo con experiencia...
-¿Estás pensando en Yedam? –interrumpió Junkyu-. Aunque Asahi también es muy bueno...
-No lo niego –intervino Jaehyuk, mientras separaba los galeones para los aretes, del resto de los fondos disponibles-, pero dudo que ambos tengan el valor de pedirle que pose para su lente.
-¿No podemos tomar las fotos a escondidas? –preguntó Junghwan, a quien la sola idea de pedirle a Somi que mirase a una cámara que ni era suya, lo ponía nervioso.
-Imposible –insistió Jaehyuk-. Eso es ser un paparazzi, y es prácticamente algo ilegal...
-¡Pero si no estoy lucrando con su imagen! –chilló Junkyu.
-Técnicamente sí –arremetió Jaehyuk una vez más-. No estarás vendiendo la photocard directamente, pero has cobrado por una membresía del club, y ese dinero...
-Ya entendí, ya entendí –intervino Mashiho-. Entonces, ¿qué propones?
-Yo digo que el fotógrafo debería ser Jihoon –intervino Jeongwoo, lo que provocó que los otros cuatro chicos se le quedasen mirando.
El Ravenclaw no pudo hacer más que encogerse de hombros.
-Es el único que no se me ocurre tenga miedo de decirle lo que estamos haciendo. "Hey Somi" –dijo intentando imitar la voz de Jihoon, y fallando olímpicamente-. "¿Te importaría que te tome un par de fotos? Cuando las imprima te regalo una copia."
-¿Y exponernos a que le revele que hemos creado un club de fans a su nombre? –pregunto Junkyu, con el pánico reflejado en su voz.
-¿Quieres tu photcard o no? –insistió Jaehyuk.
El tema quedó zanjado al instante.
-Mi precio son cinco galeones –dijo Jihoon a la mañana siguiente.
-Estás loco –fue la respuesta de Junkyu. Se había sentado a su lado en la mesa de las serpientes, y se encontraban tomando el desayuno... o eso intentaba, pues el precio del fotógrafo le había borrado por completo el apetito.
-Tómalo o déjalo –respondió Jihoon, mientras cortaba un plátano en rebanadas delgadas y lo echaba al cereal-. Pero te recuerdo que mi precio incluye fotos mágicas de alta calidad, en un set de cinco tomas diferentes. Ah, y por dos galeones más, te consigo que las fotos estén autografiadas.
-Te odio –susurró Junkyu por debajo... y también por debajo de la mesa, le pasó las monedas de oro... Esos tenían que ser los mejores siete galeones invertidos de toda su vida, o estaría por arrancarse varios pelos.
-Un placer hacer tratos contigo, koalita –sonrió Jihoon, mientras procedía a poner leche al cereal-. Puedes esperar tus fotografías de una a dos semanas contadas a partir de hoy... –y sin esperar a que Junkyu pudiese responder, agitó su mano en el aire, al tiempo que exclamaba a todo pulmón-. ¡Hey Somi, por acá! Hay algo que tengo que preguntarte.
"Ojalá uno pudiese desaparecer dentro del castillo." No pudo evitar pensar Junkyu.
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