Capítulo 46: Conociendo a mis suegros

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Al volver a la habitación Julio estaba mirando al techo aburrido. Yo le habia traído una cesta con fruta para que él pudiera elegir que quería tomar. Se la di y me senté a su lado mirándolo nervioso porque aún recordaba la rara experiencia que acabábamos de tener. -¿Sabes cual fue mi error? Fui a por el mejor caballero... Era evidente que no podría contra él... Debo ir a por alguien de peor nivel... ¿Rodrigo?- Yo abri los ojos sin creerme lo que él acababa de decir mientras le veía coger una manzana y comenzar a comérsela. -Bueno, cuando te cures hablamos...- Al menos así tenía tiempo para pensar como le convencería de no hacerlo. En ese momento la puerta se abrió y entraron un hombre y una mujer a los que nunca había visto, iban sucios y mal vestidos, y una vez que entraron pude ver que con ellos iban cinco niños.
-¿Madre? ¿Padre?- Pregunto Julio, mi rostro se tensó y les volví a mirar de arriba a abajo. -Oh dios mío, cariño mira quien es...- Dijo él emocionado mirandome, ella soltó algunas lagrimas y se acerco a mi sonriendo. -Hola su majestad- Dijo nerviosa haciendo una reverencia, él hizo otra y obligó a que los niños la hicieran. -Madre, Padre, ¿qué hacéis aquí?- Ella se acercó a Julio para darle un beso en la mejilla y luego sonreír acariciandole el pelo. -Casi mueres, ¿cómo no íbamos a venir? Espero que no le molestemos majestad- En realidad no podían venir, y tampoco debían llamarme majestad, pero al ser los padres de Julio y aparentemente sus hermanos pequeños pues deje que vinieran. Yo me acerqué a sus hermanos nervioso y me agache para preguntar. -¿Y vosotros sois los hermanos de Julio?- Ellos asistieron, eran dos chicas y tres chicos. Todos menores de 10 años.
-Yo soy el príncipe Mateo, vuestro hermano es un caballero... Increíble- Sonrei mirando a Julio, los niños sonrieron emocionados aunque más emocionados estaban sus padres. -¿De verdad opina eso alteza?- Dijo su padre sorprendido, yo mire a su padre y le estreche la mano sonriendo. -Es un gran caballero, una gran persona y prometo que no tuve nada que ver con la herida- La madre me abrazó y yo se lo permití, ella estaba tan emocionada que no quería interrumpirla con modales. -Padre, madre... ¿Podeis calmaros?- Dijo Julio sonrojado, yo le guiñe el ojo y acaricie el pelo a uno de sus hermanos pequeños.
-Majestad... Lamento nuestro entusiasmo pero nunca le habíamos visto tan cerca, y esta hablando con nosotros... Eso es... Ni en mis mejores sueños lo habría imaginado- Yo sonreí al oir a su padre decir eso y luego mire a Julio quien se tapaba la cara de la vergüenza. -¿Tienen hambre? Yo tengo hambre, ¿aceptarían mi invitación a comer? Mi padre no me lo permitiría pero no está, así que se pueden quedar a comer y me cuentan anécdotas de cuando Julio era pequeño- Julio me miró haciendo pucheros y yo me tuve que aguantar las ganas de besarlo, guíe a sus padres hasta el comedor real mientras sostenía a Julio ya que le estaba ayudando a andar porque le dolía bastante. Al llegar y sentarnos las cocineras sirvieron la comida como siempre, pero la familia de Julio miraba toda la comida impresionados. Una de las niñas sonrojandose me pregunto. -¿Podemos comer esto?- Yo sonreí y asentí con la cabeza. -Claro, para eso está- Los cinco comenzaron a coger comida y a comer emocionados bajo la atenta mirada de sus padres que seguían sin creérselo.
-¿Y de que trabaja? Si no le parece descortés mi pregunta- Dije con curiosidad por su aspecto. -Soy panadero majestad- Yo sonreí mirando a Julio quien solo miraba a sus hermanos sonriendo y volví a mirar a su padre. -Pues ya que su hijo presta un gran servicio a este reino me gustaría que pasase a ser el proveedor del castillo... Siempre y cuando me prometa hacerlos con cariño- Incluso los niños pararon de comer al escucharme, la madre de Julio volvió a llorar emocionada y él asintió rápidamente con la cabeza. -Es un honor majestad... Yo... No tengo palabras...- Yo sonreí y comencé a comer con normalidad, aunque de vez en cuando echaba mirada cómplices a Julio, una vez todos acabaron los niños parecieron haber perdido la vergüenza ya que les podía oír hablar.
-Creo que voy a explotar- Decia el más pequeño de ellos con la mano en el estómago. -He comido muchísimo, y estaba todo súper bueno, ¿nos podemos quedar a vivir aquí?- Pregunto una de las niñas, pero fue respondida por otro de sus hermanos. -La habitación de Julio es como casa, podriamos quedarnos ahi- Yo me reí y Julio enseguida negó con la cabeza. -Chicos... No os podeis quedar aquí... Es el lugar en el que trabajo- Yo baje la mirada sabiendo que aquellos niños no podían quedarse y suspire. -Bueno, creo que es hora de que nos marchemos... Vuestro hermano está bien y ya hemos molestado bastante a el principe, que debe estar muy ocupado- Yo les acompañe hasta la salida y me dio una pena cuando se fueron, ayude a Julio a volver a su cuarto y me tumbe en la cama con él abrazandole con cuidado por la herida.
-Tu familia es genial- Dije mirando el techo de la habitación, la verdad es que me habian caído bien apesar de no tener modales, ni higiene. -Ojala pudiera decirles que he conseguido enamorar al príncipe...- Yo sonreí y le besé lentamente, al finalizar el beso le miré de nuevo a los ojos y susurre. -Me apetece- Julio me miro extrañado y yo sonreí besandole de nuevo. -Lo que he echo antes, hacértelo, me apetece- En ese momento el comenzó a entender ya que comenzó a bajarse los pantalones con cuidado pues le dolia. -Shh déjame a mi- Dije, y comencé a quitarselos mientras le besaba el cuello, luego llevé mi mano hasta su virilidad y comencé a hacer esos movimientos mientras le besaba.
-Eres tan guapo teniendo placer- Julio sonrió y comenzó a gemir mi nombre, eso me provocó un placer que no podia explicar, simplemente me sentía genial, pero todo fue interrumpido por alguien entrando. Me asuste pero era Fernando. -¡¿ESTAIS...?!- Yo pare de hacer lo que hacia y me levante para echar a Fernando, quien por suerte apenas habia visto nada pues estábamos tapados por una sabana. -No tengo que darte explicaciones, y no puedes entrar sin llamar- En ese momento Fernando miró con asco a Julio que estaba en la cama y de nuevo a mi. -¿Ya os habéis acostado?- Dijo muy serio, cosa que me enfado. -¡Fuera de mi castillo Fernando! No me pidas explicaciones después de haber embarazado a Anna por segunda vez- Él me miró raro y luego miro raro a Julio. -¿De que hablas? Anna no está embarazada... Y si lo está, no es mío- No le creí, me gustaría creerle pero no tenía sentido que Anna me escribiese eso si era mentira. -Anna me escribió diciendo que Chloe estaba bien y que tal vez estaba embarazada ya que os habíais acostado el día que le dijiste que eras... Ya sabes...- Fernando me miro de arriba a abajo y nego con la cabeza.
-Me pego, me gritó, lloró... Pero no nos acostamos... Chloe esta bien pero el resto... No... No ha pasado... Yo venía a invitarte a mi cumpleaños pero te veo ocupado... En fin... Disfruta- Dijo para después irse, yo mire a Julio en shock y el termino de subirse los pantalones. -Lo siento amor, se me ha cortado el rollo- Dijo, yo asentí con la cabeza aún en shock, no sabia quien mentía y quien decía la verdad. Y si Anna era la que mentía yo había empezado a salir con Julio por esa carta, ¿y ahora qué? Ver a Fer me habia echo sentir una mezcla de sentimientos extraña tanto buena como mala. Yo volví a la cama con Julio y le abracé mientras cerraba los ojos intentando no pensar en Fernando, pero acababa pensando en él de todas maneras...

Brothers In L(ove)awDonde viven las historias. Descúbrelo ahora