Capítulo 28: Julio, ¿caballero, amigo, o espía?

30 7 12
                                    

Unos dias pasaron y Anna y Fernando volvieron a su casa, yo ni me despedí de Fer, no estabamos enfadados pero la verdad es que esto del niño habia resentido nuestra relación, o al menos mi sentimiento hacia él. Ya que él le daba más prioridad a estar con el bebe, y por tanto con Anna antes de conmigo. Él sabia que yo estaba celoso de su hijo y en vez de llevarme a algún lugar chulo o darme algún discurso para convencerme simplemente ignoró el tema. La verdad es que desde el segundo uno que se fue le echaba de menos, pero es que cuanto más crecia ese bebe más caso le hacia Fernando. Justo después de que se fuesen fui a mi habitación, y al parecer el futuro padre me habia dejado una carta escrita en el escritorio.

"Hola Mateo,
supongo que ya me habré marchado cuando leas esto, no se ni como comenzar la carta pues lo que te voy a decir no es bonito ni facil. Desde que lo arreglé con Anna hemos estado muy distantes, y eso de verdad me duele, pero es que no puedo ni acercarme a ti sin que ella se enfade. Y tú mismo sabes que muchas veces no me ha importado que ella se enfade con tal de estar a tu lado, pero las cirscuntancias han cambiado y... Creo que lo más prudente es que ambos no nos veamos ni nos escribamos hasta el nacimiento del bebe. Se que te dolerá y creeme que a mi también, pero tu hermana hemos podido comprobar que es perversa, y se que si no la obedezco ella podría alejarme de mi bebe o incluso matarlo o matarla con tal de que yo no lo tenga. No te pido que me olvides, ni que lo nuestro se termine... Pero debemos hacer una pausa, o todo se nos irá de las manos. No sabes lo capullo que me siento escribiendo esto, intento de verdad ser un buen padre y proteger a mi hijo, pero por otro lado te quiero... Te quiero tanto que... Que no se si seré capaz de estar sin verte o hablarte tanto tiempo. Ojala esa noche no hubiese bebido tanto, o ojala te hubiese echo quedarte a dormir conmigo... Pero no fue asi, y ahora debo ser responsable de mis actos. Por mucho que duela o cueste.
Pd: No quiero dejar de escribir esta carta, y no quiero irme... Quiero besarte, ahora mismo, y no me importa que alguien lo lea Mateo, te quiero y ojala todo hubiese sido distinto.

Con cariño, Fernando"

Yo suspiré mirando a la ventana, sabia que algo asi pasaría, yo simplemente quemé la carta como hacia con todas sus cartas y me tumbé en la cama. Sabia que él me queria, y que si yo ahora mismo me presentase en su castillo o le escribiese pidiendole que volviese él lo haria. Pero la carta tenía parte de razón, Anna sería capaz de hacer cualquier cosa a ese bebe como venganza y la verdad es que a mi no me importaba mucho, pero con el cariño que tenía Fernando a ese nonato no podia permitir que lo matasen por mi culpa. Sonreí mirando el techo recordando todo lo que habia vivido con Fernando y después me levanté para ir a la cocina con Fortuna a comer algo. Mientras comiamos un chico entró en la cocina lleno de barro y sonriendo, no era igual de guapo que Fernando pero era mono.
-¿Tú quien eres?- Pregunté ya que tenía la sensación de que no le habia visto nunca. -¿Tu eres el principe no? Dios mio que honor, osea... Que... Majestad, esta usted muy... ¿Guapo?- Ese chico parecía muy nervioso, yo solo me reí levantandome y acercandome a él a una distancia prudente con simplemente intención de hablar. -Majestad es mi padre, a mi por ahora llamame señor... Y se que estoy muy guapo, pero otra persona podria tomarse a mal ese comentario... Y ahora repito, ¿quien eres y porque entras en mi cocina lleno de barro?- Él se puso serio y se miro de arriba a abajo para comprobar que yo tenía razón en que estaba lleno de barro.
-Soy Julio, solo he venido a... Pues hoy comienzo el entrenamiento de caballero señor y pues... Me he caido y me he manchado, pensé que este era el camino hacia el baño... Disculpeme por favor- Yo sonreí, apesar de oler mal y estar sucio era adorable, aunque más torpe que Fernando. -¿Y que edad tienes?- Pregunté intentando no sonar inapropiado, aquel chico acaricio su pelo nervioso llenandose aún más de barro y me respondio sin mirarme a los ojos. -Quince señor- Yo asentí con la cabeza y le indiqué como llegar al baño. Después de terminar de comer decidí ir a ver el entrenamiento de los "futuros caballeros". Al llegar todos me miraron e hicieron una reverencia para seguir a lo suyo, yo sonreí mirando como todos lo hacian bastante bien, bueno, todos menos Julio. El hombre que los entrenaba se acercó a mi sorprendido de mi presencia y se sentó a mi lado.
Aquel hombre era uno de los caballeros más prometedores que habiamos tenido, pero debido a una lesión grave en una batalla ahora simplemente entrenaba jovenes. -¿Que hace usted aqui señor?- "Distraerme para no pensar en Fer" Pensé, pero no podia responder eso asi que, sin quitar la mirada de encima a aquellos chicos respondí. -Queria ver si hay algún caballero prometedor en esta promoción- Aquel hombre asintió con la cabeza y sonriendo mirando a aquellos chicos. -La mayoria son decentes, pero hay un chico que no... Que no vale para esto- Obviamente al decir eso me señaló al chico, y efectivamente era Julio, no me sorprendió ya que justo cuando el entrenador le señaló Julio cayo de nuevo al suelo.
-Cuando acabe pidele que venga a verme- Aquel hombre se tensó y muy serio asintió con la cabeza, yo fui a darme un baño mientras esperaba, la verdad es que no sabia porque le habia echo llamar, supongo que porque era el primer chico que me habia cruzado. Necesitaba olvidarme de Fernando y no quería ni echarle un dia de menos, él me habia dejado por una carta y no derramaría ni una lagrima por él. Una vez terminé el baño fui a mi habitación, me cambie de ropa y justo al terminar de ponerme una camisa alguien llamo a la puerta. Yo fui a abrir y era Julio muy nervioso, yo le invité a pasar mientras pensaba que le diría. Una vez cerré la puerta el comenzó a suplicar que no le matase, eso fue raro.
-No voy a matarte Julio- Su rostro pareció calmarse al oir eso, pero obviamente me miró lleno de confusión ya que él no entendia porque yo le habia echo llamar entonces. -Te he echo venir porque quiero que dejes la escuela de caballeros... Felocidades, has sido ascendido directamente a donde todos tus compañeros quieren estar, trabajarás defendiendome si te parece- Él asintió emocionado, sabia que él no lograría defenderme si algo ocurria, pero para eso estaban el resto de caballeros. Julio me recordaba a Fernando por alguna razón y quería que estuviese conmigo, como amigo, para no estar solo. Además que podria mandarlo a espiar a Fer en cualquier momento, y probablemente lo haría, pero primero debia comprobar lo fiel que era al principe, osea a mi.

Brothers In L(ove)awDonde viven las historias. Descúbrelo ahora