Mi padre llevo a Fortuna al jardín y la dejo alli para volver al comedor, yo me acerque a ella enseguida y comencé a acariciarla, por un minuto pensaba que mi padre sería capaz de... En fin... Matarla. Sonreí tranquilo y me quite mi chaqueta para taparla con ella y que no tuviese frio. -Volveré lo antes posible- La acaricie una ultima vez y volví al comedor donde todos comían. Comi todo en silencio y sin levantar la mirada de mi plato para después marcharme, en cuanto llegué al jardín vi a Fortuna dormida con mi chaqueta encima, yo levante la chaqueta levemente y ella se despertó. No la dejaría durmiendo en el jardín por mucho que estuviese tapada. La lleve a mi habitación y me dormí dejándola conmigo en la cama. Unas horas después desperté por culpa de mi padre, él habia venido a despertarme ya que Fernando y Anna se marchaban. Me cambié de ropa y me fui de la habitación a uno de los jardines reales donde la pareja esperaba a que les avisaran de que ya estaba todo el equipaje guardado. Yo me acerqué a ellos y suspiré aceptando de una vez lo que ocurría. -¿Os vais verdad?- Anna asintió con la cabeza y sin decir nada me abrazó, odiaba este sentimiento de no saber si volvería a verla con vida. Se la estaba entregando a alguien que apenas conocía, ojala las cosas no fuesen asi... Miré a Fernando dudando si nos ibamos a despedir pero en ese momento llego mi padre que habia ido a buscar a mi madre y yo me aleje dejando espacio para que mis padres se despidiesen de ambos. Después de las despedidas me fui a mi habitación y comencé a jugar con Fortuna, pero algo nos interrumpio... O mejor dicho, alguien. Fernando entro en la habitación nervioso y sonrió. -Me olvidaba de algo- Yo sonreí también involuntariamente pero la sonrisa cambio a risa cuando vi la cara del prometido de mi hermana al darse cuenta de que Fortuna estaba suelta por mi habitación. Yo me acerqué a él y le cogí del brazo que Fortuna no habia mordido y le acerqué a ella aunque él me suplicaba que no lo hiciera. -Shh... Acariciala, no te hará nada- Él me miro lleno de miedo y luego miró a Fortuna, la cual por alguna razón ladro y yo volví a reirme al oir como emitía un pequeño grito en respuesta al ladrido. Me hacia gracia que le diera miedo una perra tan cariñosa, aunque teniendo en cuenta que le habia mordido tal vez era comprensible. Fortuna estaba hiperactiva y eso no ayudaba, asi que me acerqué a ella y comencé a acariciarla haciendo que se quedase tumbada y tranquila en el suelo. -Acercate- Él comenzó a acercarse pero antes de que lo hiciera completamente le detuve con una pregunta.
-Un momento... ¿No tendras la ropa interior blanca verdad?- Él se quedo en shock por mi comentario irrespetuoso y enseguida negó con la cabeza aún mirando a la perra. -¿Se come a la gente si lleva la ropa interior blanca?- Yo sonreí sabiendo que responder y mirando a Fortuna respondí. -No, pero la sangre sale peor en la ropa blanca- Eso solo hizo que Fernando se alejase más aún. Mi risa inundaba la habitación, ni siquiera era tan gracioso pero no podia parar de reírme. Cuando me calmé miré a mi cuñado y luego miré a la perra. -Yo le dije que te mordiese, no lo hará si no se lo pido- Él se quedó mirandome en silencio y comenzó a acercarse a mi perra lentamente para por fin sentarse enfrente mio, dejando a la perra entre ambos y mirarme nervioso y lleno de miedo.
Yo cogí su mano y comencé a pasarla lentamente por el pelaje de Fortuna, ella estaba tranquila dejandose acariciar. Yo me levanté dejándolos solos y Fernando me miró atento, imagino que aún seguia atemorizado. Yo simplemente agarré un trozo de carne de conejo, que tenía guardado para alguna mañana que no me dejasen llevar a Fortuna al comedor, y se lo di a Fernando. -No gracias, no como carne cruda- Yo apunte a la perra para poco después tener a un Fernando asustado de pie de nuevo. Él dejo el trozo de carne cerca de Fortuna y corrió a la otra esquina de la habitación, esto era subrealista pero gracioso. Fortuna comenzó a comerselo y cuando estuvo llena fue contra Fernando, él cuál comenzó a gritar pero dejo de hacerlo al notar como ella solo le lamía. Yo me acerqué sonriendo e iba a decir algo cuando alguien llamo a la puerta. -Fernando, te estan esperando todos abajo, no tardes- Era mi padre, luego se escucharon pasos y yo me quede mirando a Fernando en silencio. Él se acercó a mi mesa, agarro mi pluma y comenzó a escribir en una hoja. Después termino y me la dio, era una dirección.
-Se me habia olvidado darte una dirección para que le mandes cartas a tu hermana- Yo asentí guardando el papel y lo acompañé a la puerta de la habitación. -Ha sido un verdadero placer- Fernando después de decir eso me dio un apretón de manos y se fue. Yo me giré hacia Fortuna y sonreí para acariciarla, luego fui hacia la ventana y miré desde ahí como Fernando y Anna se iban en un coche de caballos.
Tragué saliva sabiendo que echaría mucho de menos a mi hermana y suspiré llendo hacia la cocina con Fortuna, ya que yo no habia desayunado. Después de desayunar yo solo volví a mi habitación y agarre mi pluma para comenzar a escribir una carta.
"Hola Anna,Te escribo porque... Quiero probar el servicio de mensajería de tu prometido. Verás, estos dias debes conocer más a Fernando y además planear la boda. Pero si por algún casual él hace algo que no te gusta o te obliga a algo escapate y vuelve hacia aqui. Si no sabes como volver podrás pagar a alguien para que te traiga, pero ten cuidado con a quien se lo pides. Si por alguna razón no puedes escapar finje que todo sigue igual y escribeme una carta en la que utilices la palabra "Fortuna". Nadie sospechará que no hablas de mi mascota. Por favor cuídate, date a respetar y ten mucho cuidado.
Te quiere mucho, tu hermano"
Firme la carta y la meti en un sobre para seguidamente escribir la dirección que me habia dado Fernando. En realidad gracias a estos dias ese chico me habia caido un poco bien, pero no le quitaría un ojo de encima. Le di la carta a un criado para que la mandase y fui a buscar a mi padre, él cuál miraba retratos muy emocionado. -Hijo, mira que muchachas estan buscando un marido- Él me dio las fotos y comencé a mirarlas, la verdad es que habia alguna guapa o al menos eso reflejaba el retrato pero no me apetecía casarme, ni siquiera tener pareja.
-¿Y no puedo ser un rey soltero?- La sonrisa en la cara de mi padre desapareció y muy serio, con la voz muy grave respondió. -Casarte con una muchacha es necesario, necesitas tener herederos para que nuestra familia siga reinando y necesitas demostrar al pueblo estabilidad. ¿Has leido sobre algún rey que estuviera cada dia con una joven distinta?- Yo sonreí y asentí con una sonrisa, yo era bastante impulsivo y solía responder sin pensar asi que simplemente lo solte. -El rey pirata- Ese era el apodo con el que se referian en el pueblo a mi bisabuelo ya que perdió un ojo cuando intentaron asesinarlo. Mi padre sonrió y nego con la cabeza. -Bueno si, eso explican los libros, pero estaba casado... Hijo, puedes estar con diez mujeres al dia en castillo, pero puertas a fuera, debes estar unicamente con tu mujer- Yo suspiré y seguí mirando los retratos, detras del retrato ponia su nombre, su edad y su reino. Yo no quería casarme por ahora apesar de que hacia tiempo que mi padre me lo sugería asi que siempre le daba largas e intentaba buscar alguna excusa. Él no parecía rendirse y yo no parecía ceder, cosa que hacía todo más complicado...
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Brothers In L(ove)aw
RomanceMateo era un joven normal y con una vida de lo más tranquila, pero también bastante lujosa ya que era el futuro heredero de la corona de Jayus, un pequeño y acojedor reino. Pero todo cambia el dia que la hermana pequeña de Mateo, Anna, cumple 15 año...