Capítulo 53: 100 monedas

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Ya todos habíamos perdido la fé en esa habitación y simplemente estábamos sentados en silencio esperando su muerte. De repente Chloe, que estaba encima de Anna la cual se encontraba sentada en la cama comenzó a mirar a su padre en silencio. -Si cielo... Él es papá...- Dijo Anna en un susurro para no incomodarnos, Chloe comenzó a moverse de una forma muy extraña como queriendo acercarse a él y Anna simplemente la dejo encima del pecho de Fer, ella se quedó allí tumbada en su pecho hasta que con la mano tiró de la camisa de Fer, mostrando una mancha morada que tenía en la piel.
Todos nos dimos cuenta y Anna cogió a Chloe en brazos ya que tal vez podía ser malo que tocase esa mancha.
Mi padre y el de Fer rápidamente llamaron a los médicos y ellos vinieron, al examinar la mancha decidieron quitarle la camisa haber si habia más, y efectivamente, él tenía todo el pecho lleno de manchas así. -Veneno azul...- Dijo uno de los médicos, todos nos giramos ante él y él procedió a explicar mientras otro corría a buscar el antidoto. -El veneno azul está echo a base de plantas, no deja ningun rastro al momento, pero después de un tiempo salen esas manchas... Se llamaba veneno azul porque se utiliza en muchos reyes y príncipes... Y su cura es.... Es...- El médico pareció dudar pero en ese instante entro el que se habia ido corriendo con un bote en la mano. -Veneno de serpiente, junto a sirope de sabia- Todos pusimos cara de asco pero aun así estábamos emocionados pues todavia podia haber una posibilidad. Se la metieron por la garganta y toco esperar, yo me acerque a él y cogí su mano para controlar su pulso, pero era muy malo haciéndolo y no lograba encontrarlo con la mano. Yo solo conocía la forma de apoyarme en su pecho, y no podia hacer eso delante de todos. Aún así después de un rato él comenzó a recobrar el color y dejar de estar tan pálido. Tanto los médicos, como su familia esperabamos pacientemente que todo hubiera funcionado. Y así fue cuando Fernando abrió levemente los ojos y se incorporó algo mareado. Todos sonrieron emocionados, incluido yo, después de unos segundos Fernando se giró hacia mi buscando una explicación.
-Has sido envenenado Fernando...- Él enseguida miro a su padre y ambos a la vez pronunciaron el mismo nombre. -William- Todos nos quedamos mirandolos esperando una explicación que nunca llegó. -¿Quien es?- Pregunté después de ver que no iban a responder, padre e hijo se miraron en silencio y ninguno respondió. -Dejadnos solos por favor- Dijo Fernando, a lo que todos obedecieron. Una vez se marcharon yo me senté en la cama al lado de Fernando y uni mis manos con las suyas. -¿Quien es William?- Él pensó durante unos segundos y después una sonrisa apareció en su rostro. -Antes de casarse mi padre era un putero... Después también pero eso no tiene nada que ver. El caso es que antes de casarse se acostaba con muchas mujeres, y una de ellas... Quedo embarazada. Mi padre no podía casarse con una prostituta así que simplemente la ignoró, ignorando por ello a su bastardo... William. Años después mi padre se casó y me tuvo a mi... Y unos pocos días después de nacer, William, con 12 años en aquellos tiempos... Vino al castillo, logró entrar en la habitación y comenzó a estrangularme... Después de pocos minutos alguien se dio cuenta de que habia  entrado en mi habitación y lograron agarrarle antes de que yo muriera... De normal mi padre le habría condenado a la muerte de la forma más dolorosa que se le ocurriese, pero... Pero no fue así... Mi padre se sentía tan culpable por no haber echo caso a su otro hijo que simplemente lo desterró junto a su madre... ¿Y sabes cuáles fueron sus últimas palabras antes de ser desterrado?- Dijo Fernando, yo estaba en shock por toda esta información, así que simplemente me mantuve en silencio esperando que continuase. -Sus últimas palabras fueron, la luna siempre debe esperar a que el sol se marche, para estar en su lugar, y yo haré lo mismo... Un día despertareis y ese hijo de perra estará muerto, y entonces, solo entonces yo ocuparé su lugar...- Yo estaba súper asustado pero Fernando simplemente separo sus manos de las mías y se levantó para acercarse a las botellas.
-¿Porque no me contaste que tenías un hermano?- Dije aún en shock con la situación, yo pensaba que había sido Julio, ¿cómo iba a ser un chico al que llevan 20 años sin ver? ¿Porque iba a volver ahora? Fernando al escucharme se giró y leyendo lo que ponía en una botella respondió. -No salío el tema... Y no le llame mi hermano por favor, ese capullo está mejor muerto- No me gustaba cuando Fernando se ponía así, lo conocía lo suficiente como para saber que en realidad le daba miedo, y ese era su mecanismo de defensa. No me gustaba ese Fernando, pero debia admitir que tenía bastante morbo que fuera tan rudo. No me contuve y cerre la puerta con seguro para girarme hacia él y comenzar a desabrocharme la camisa.
-Tienes novio- Dijo él dejando las botellas y mirandome mientras se mordía el labio. -Bueno, puedo fingir que eres mi novio durante una hora... A cambio de 100 monedas de oro- Dije queriendo calentar a Fernando, sabia que este Fer era lujurioso pero también sabia que había uno más lujurioso aún. Uno que todos los humanos ocultan, y que muy pocos logran liberar, yo queria conocer la faceta más sucia de Fernando, porque solo así sentiría que lo conocía del todo. -¿Cien? ¿No es un poco caro?- Dijo sonriendo y tirando de la parte superior de mi pantalón hacia él, pegándome a su cuerpo.
Yo relami mis labios y sonrei de forma perversa. -Creo que es un buen precio por tocarme- Fernando me miro de arriba a abajo y termino de quitarme la camisa. -Bueno... Solo por esta vez pagaré, espero un buen servicio- Al decir eso yo le hice una pequeña reverencia y comencé a quitarle la camisa. -La tendrá señor, la tendra- Yo sonrei y comencé a lamerle el cuello mientras mis manos torpemente intentaban quitar los botones de la camisa sin mirar. -Señor no, llámame majestad- Yo rei sorprendido y asentí con la cabeza para volver a atacar a su cuello, luego lo lleve a la cama y comencé a besarlo mientras mi mano se introducía por su pantalón y seguidamente por su ropa interior pero sin desabrocharlos. Una vez palpe un poco pude notar que Fernando tenía una gran personalidad, para ser exactos era la personalidad más grande que había visto en mi vida. Mi mano comenzó con los movimientos que hacían que Fer gimiera y se estremeciera, pero él no me dejaría así, no era tan egoísta. Así que mientras mis movimientos de mano aceleraban él introdujo su mano en mis pantalones y seguidamente en mi ropa interior para comenzar a hacer lo mismo. Ambos movíamos nuestras manos a la misma velocidad y nos besabamos entre gemidos. Solo se oían los besos, los jadeos y en ocasiones algún sonido que emitían nuestras manos al hacer el movimiento. Podia sentir como habia abandonado todo mi cuerpo para darme al placer, todo mi cuerpo excepto mi mano, que obviamente no debia parar pues debia y quería dar el mismo placer que recibía.
No tardamos mucho en terminar, una vez eso ocurrió sacamos la mano de los pantalones del otro y nos la limpiamos con algo de papel. Esto habia sido realmente increíble, y debia admitir que él tenía un movimiento de muñeca, que no lograba saber cual era exactamente, pero, que lo hacía muchísimo más placentero. -¿Julio o yo?- Pregunto mientras recuperaba la respiración. -Él no me pagó- Fernando soltó una pequeña risa y me abrazó para darme varios besos por la cara y el cuello, hasta que alguien llamo a la puerta.
-Fernando, debemos volver a casa y extremar la seguridad, no tardará en enterarse de que sigues vivo- Yo ya ni recordaba a William, y creo que Fernando tampoco. Pude notar como un escalofrio recorría su cuerpo y él respondió para no tener que abrir la puerta. -De acuerdo padre, descuida, acabo unas cuestiones y voy a hablar contigo para organizar el regreso- Oi pasos después de eso así que el padre de Fer debió quedarse satisfecho con esa respuesta.
-Vuelve conmigo a mi castillo, no quiero alejarme de ti- Dijo Fernando sonriendo emocionado, yo tenía dudas pues tenia novio y además era principe y tenía responsabilidades, ¿y que demonios? Fernando estaba amenazado de muerte y ahora esa persona podía haber vuelto. No queria morir por culpa de que mi suegro era un putero. -Dejame pensarlo... Sabes que no es fácil...- Queria ir con él ya que me habia dado cuenta de que realmente seguía enamorado de él, pero no era tan fácil como ir y ya está, habia mucho lío detrás. -Bueno... Si vienes te daré más oro eh...- Dijo sonriendo para darme varios besos por el cuello y el abdomen, luego subió de nuevo a mi cuello y susurro. -Eres mejor que tu hermana... Bueno... Eres mejor que cualquiera, si al final te quieres dedicar a la prostitución avísame. Pagare lo que haga falta- Luego me dio un último beso en la boca y se fue sonriendo. Yo me quede mirando las sábanas emocionado por lo que acababa de pasar y me sonroje solo con recordarlo, Fernando era prácticamente el chico perfecto. Julio era realmente genial, y no queria hacerle daño, y le tenía cariño... Pero no era Fernando, y nunca lo sería. Creo que tenía tal punto de adicción a Fernando que no podría sentir lo mismo con otra persona que no fuese él. Y Fer era un gran chico, pero yo no quería amarlo, porque era difícil y doloroso... Pero era imposible no amarlo, desde la primera vez que vi su sonrisa supe que no había marcha atrás, así que simplemente aceleré...

Brothers In L(ove)awDonde viven las historias. Descúbrelo ahora