Después de dos días el cumpleaños de Fernando llego, yo estaba nervioso pues sabía que apesar de que Julio me había permitido ir, una vez yo volviera al castillo me golpearía. Tenia moretones por bastantes partes de mi cuerpo, aparte de mi ojo morado y mi brazo dislocado apesar de solo haberme pegado durante cuatro días y en momentos muy puntuales. Y siempre, siempre, hablando de Fernando... Quien, me escribía sin saber el daño que eso me estaba causando. Esa mañana antes de que Julio despertará me vesti, agarré el regalo de Fernando y subi a un carruaje. El regalo de Fer era una espada que habían forgado con el mejor material del reino, y además tenía grabadas unas palabras "Totus tuus sum" que en Español significa "Soy todo tuyo". Por suerte Julio no habia leído la inscripción pues la habría echo quemar. Después de un buen rato llegue al reino de Fer, él ya sabia que yo iba a aparecer antes así que no hubo problema. Los criados comenzaron a guardar todas mis cosas mientras yo esperaba valor para bajarme del carruaje mirando mi brazo escayolado pues debia pensar excusas para cada uno de mis golpes.
De repente Fernando salió sonriendo y se acercó a mi pero al ver mi brazo su sonrisa se borró. -Vamos dentro- Dijo sin apenas mirarme, yo asentí con la cabeza y fui con él a su habitación. Chloe dormía en una cuna en la habitación pero por suerte Anna no estaba allí. -¿Que te ha ocurrido en el brazo?- Yo lo mire y me quede en silencio unos segundos pensando que decir. -Me caí de un caballo, y el caballo me pisoteó por encima- Fernando miró a Chloe triste y luego me miró a mi.
-Hoy es mi cumpleaños Mateo, quiero pasarmelo bien... Y no lo haré si me mientes- Yo baje la mirada y suspiré. Si se lo iba a contar o no debia decidirlo pronto, pero eso si, no podia decírselo el día de su cumpleaños pues no lo disfrutaria. -Te lo diré mañana... Hoy es tu día- Fernando accedió con la cabeza y me abrazó, pero no pude evitar soltar un pequeño gemido de dolor al sentir su abrazo pues él estaba tocando mis moratones con su pecho. Fernando abrió mi camisa sin decir nada y pudo observar los golpes. -Espero que mañana me des una buena explicación- Yo baje la mirada recordando la vez que Julio me pateó el estómago que era la causa por la que tenía los moratones del pecho.
Un mal sentimiento recorrió mi cuerpo y yo simplemente abracé a Fer de nuevo, pues cada vez que recordaba uno de sus golpes podía volver a sentirlo como si lo repitiese. -¿Estas seguro de que estas bien para mi fiesta? Sino puedes quedarte descansando y yo en cuanto pueda subo a estar contigo peque- Yo no respondí, simplemente di un salto y enrolle mis piernas en la cintura de Fernando, pues queria estar lo más pegado a él posible, pues era lo único que me hacía sentir seguro. Él me sostuvo con sus manos para ayudarme a mantenerme subido a él y se quedo sin moverse unos pocos minutos hasta que no aguanto más mi peso y me dejo levemente en la cama, eso me hizo sentir miedo pues no estaba a su lado pero enseguida él se tumbo conmigo y me abrazó de nuevo.
Me sentía mal por no contárselo pero lo conocía y él al enterarse iría a matar a Julio, y no debia hacerlo. Julio no era mal chico, era muy joven y además tenía familia. Era cruel matarlo. Después de un rato me relaje pero aún así me quede apoyado en su pecho sintiéndome feliz por primera vez en días. -Dime que me quieres- Fernando parecio sorprendido ante eso pero no respondió lo que yo esperaba. -No puedo querer a alguien que no conozco... Y ahora mismo, no te conozco... Veo un alma asustada y un cuerpo que parece haber recibido una paliza... Pero no te conozco- Yo le mire a los ojos en silencio unos instantes y suspire, realmente quería que se lo pasara bien en su cumpleaños no que se preocupase por mi. Él iba a decir algo cuando Chloe comenzó a llorar y él tuvo que levantarse a cogerla en brazos para comenzar a calmarla.
-Tiene hambre... Iré a por Anna y ahora regreso, ¿podras estar solo cierto?- Yo asentí con la cabeza y deje que se marchase, a los pocos minutos volvió sin la niña y al entrar simplemente se sentó en el escritorio mirándome. -Ni dibujarte puedo ya... Pues tu cuerpo lastimado, mata las mariposas que hacen a mi arte brillar, aquellas que en mi estómago se ocultan y que tienen miedo de escuchar, lo que de verdad te ocurre, y de lo que no te pueden salvar. Aún así te ruego, cuéntamelo ya, no podré aguantar con la intriga, ni un solo día más. Sabes que te amo, y que te puedo esperar, pero si sigues mintiendo te tendré que dejar marchar... Pues las mentiras manchan el alma, y mi corazón se parará, no quiero ser Romeo y Julieta, quiero una historia de verdad...- Dijo Fernando mirando el suelo, yo me sorprendí ante eso y él sonrió mirandome nervioso.
-Eso fue realmente bueno... Debi haberlo apuntado- Yo sonrei y me acerque a él para darle un beso en la mejilla y obviamente rogarle por tiempo. -Una vez acabe tú cumpleaños te lo contaré Fernando... No quiero amargarte la fiesta, quiero que lo pases bien- Él suspiro pues no tenia otro remedio y me dio la mano acercándome a él para darme otro beso. Después de un rato ya era hora de la fiesta, baje elegante junto a Fernando y él comenzó a saludar a los invitados mientras yo buscaba chuches y chocolatinas entre la comida aburrida. En mi reino obligaba siempre a que pusieran pero el resto no solía hacerlo, sin embargo mi sorpresa fue al ver una mesa con chocolate y golosinas. Yo enseguida fui corriendo hacia ellas y comencé a comermelas emocionado, cuando algo me asustó, pero simplemente era Fernando que había enrollado sus manos en mi cintura desde atrás y ahora estaba susurrandome al oído. -Sabia que te encontraría aqui- Yo me separe un poco de él y mire a la gente para que él recordase que debia contenerse un poco en público.
Él me guiñó el ojo y sonrio cogiendo un bombón para comérselo y agarrarme de la mano, eso no me gusto pues estaba comiendo pero me gustó menos cuando me di cuenta de que me habia dado la mano porque la gente iba a comenzar a bailar. -Debes sacar a tu esposa, ¿qué van a pensar tus amigos?- Dije en un susurro, él siguió bailando conmigo sin problema y una vez acabamos y logré salir de allí y volver a mi mesa favorita Fernando me respondió. -No son mis amigos, son conocidos o primos... Y la verdad no creo que les importe- Yo suspire y seguí comiendo, luego Fer de nuevo me llevo a otro lado pero esta vez era simplemente un sofá. Yo me quede ahí sentado y apoye mi cabeza en el hombro de Fer, quien estaba sentado a mi lado. Pero al mirar hacia la gente, la cual ya estaba un poco borracha me di cuenta de que todos comenzaban a besarse y a desnudarse, yo mire a Fernando asustado y este simplemente sonrio acariciando mi pelo.
-Mis fiestas suelen acabar así, la gente se desnuda y se acuesta con quien quiere, hombres con mujeres, hombres con hombres, mujeres con mujeres... En mis fiestas eres libre, ¿qué me dices eh pillin? Seguro que te gusta hacerlo con público- Yo negué con la cabeza y me sente encima de las piernas de Fer para abrazarlo y ocultar mi cabeza en su pecho pues no queria mirar. -Eres un dramático pequeñajo, mira... Dejame quitarte la camisa, solo eso, tienes que relajarte- Yo le mire nervioso pero accedí, él me tumbo en el sofá en el que nos encontrábamos y se colocó entre mis piernas para comenzar a desabrocharme la camisa.
Yo suspiraba profundamente mientras él lo hacía, una vez terminó el comenzo a desabrochar mis pantalones pero yo le di un manotazo. -No voy a darte sexo, y si lo hiciera, no lo haría delante de gente- Fernando debió entender unicamente la última parte pues me cogió en brazos como antes habia echo, teniendo yo que enrollar mis piernas en su cadera y me llevo a su cuarto para dejarme en la cama. Aunque por suerte Chloe no estaba. Al dejarme en la cama el comenzo a besarme y parecia muy caliente, pero yo estaba agotado así que le di un último beso y rodee por la cama lo suficiente para alejarme de él pero no lo suficiente como para caerme de la cama.
-Dejame dormir- Dije bostezando, él sonrió y suspiro asintiendo con la cabeza. -Bueno, si tu regalo no es tu cuerpo dime que tienes otro... Amo los regalos- Yo me levante muerto de sueño y agarre la caja en la que venía la espada para darsela, él lo abrió lenta y delicadamente hasta ver por completo la espada. -Me encanta- Yo sonrei para recibir otro beso y cuando me iba a tumbar para dormir él vio la inscripción. -Totus tuus sum- Dijo Fernando leyéndolo y mirandome extrañado.
-Soy todo tuyo... Eso es lo que significa- Dije sonriendo, Fernando miró la espada emocionado y me abrazó. -Es una pena que no quieras sexo porque es el mejor regalo que me han echo- La verdad es que era un exagerado pero me hacia feliz ver que le había gustado. Fernando sonrió dejando la espada delicadamente en el escritorio y volvió a la cama para abrazarme. -Aunque me he perdido la parte más divertida de la fiesta me alegro de estar aquí contigo, y he amado el regalo casi tanto como te amo a ti- Yo sonrei y le di otro beso para tumbarme en su pecho y cerrar los ojos, pero una duda inundó mi cabeza y no podia no preguntar. -Si tu y yo de verdad tuviéramos algo serio... ¿No harías orgías verdad? ¿Sabes qué eso se considera cuernos?- Fernando sonrió dándome un beso en la mejilla y me abrazo con fuerza para susurrar. -Nunca participaría en algo así con otro si estoy saliendo contigo, pero si estoy saliendo contigo y ambos queremos... Yo estaría encantado de hacerlo- Dijo para quedarse dormido, y seguidamente quedarme dormido yo... Aunque tenía miedo de despertar al día siguiente pues tendría que darle explicaciones a Fer y ya se me iban acabando las mentiras...
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Brothers In L(ove)aw
Любовные романыMateo era un joven normal y con una vida de lo más tranquila, pero también bastante lujosa ya que era el futuro heredero de la corona de Jayus, un pequeño y acojedor reino. Pero todo cambia el dia que la hermana pequeña de Mateo, Anna, cumple 15 año...