Brothers In L(ove)aw

Capítulo 29: Fernando's view III

Anna y yo estabamos bien, realmente comenzabamos a estar bien de nuevo pero yo no era feliz. Anna no me gustaba, me gustaba Mateo, y lo tenía muy claro. Las palabras de aquella carta no paraban de sonar en mi cabeza, me sentía un idiota, y un cobarde. Pero ahora iba a ser padre... ¿Que quería que hiciese? Debia esperar al menos a que Anna diese a luz y rezar porque me esperase. Anna dormía a mi lado mientras yo miraba al cielo sin poder dormir, pensaba en Mateo y en su sonrisa, en cuando me peina o en cuanto yo le arreglo la corbata... Lágrimas caian por mi rostro por recordarlo, queria odiarme por embarazar a Anna pero quería odiarme más por abandonarlo. Aunque no habia más opciones, yo no podia estar viajando a verlo todo el tiempo ni él a mi...
Después de mil reflexiones logré dormir, al dia siguiente mientras Anna iba a que la cortasen el pelo yo agarre papel, pluma y tinta para comenzar a dibujar. Llevaba mucho sin dibujar pero es que no podia dejar de pensar en imagenes de Mateo, y podria intentar dibujarlo. Después de unos minutos y unos bocetos horribles termine quemando todos los dibujos en el fuego, era muy difícil dibujar a alguien si no le veias mientras lo hacias. Agarré la pluma con tentación de escribir a Mateo, pero debia aguantar, yo mismo habia sido el de la idea y no podia echarme atras enseguida.
Me preguntaba si Mateo sufria por la carta ahora mismo, si estaba triste o si por el contrario le habia dado igual. Él no habia respondido ni habia venido, y eso era positivo, pues estaba haciendo caso a mi carta pero... Ojala no hiciese caso a mi carta. Es que era tan distinto lo que quería hacer y lo que debia hacer que mi cabeza se encontraba en un bucle.
-Te necesito...- Dije en voz alta mirando el fuego, y como es evidente nadie respondió. Una lagrima rebelde cayó por mi mejilla y yo simplemente me fui a desayunar. Necesitaba que Mateo me esperase mínimo hasta que el bebe naciese, pero eso eran nueve meses... Nueve largos y dolorosos meses.
Intentaba proteger al bebe, pero es que me imaginaba a Mateo llorando al leer la carta y... No quería que Mateo estuviese triste, y yo no quería estar triste. ¿Pero acaso era prudente dejar a Anna sola con el bebe? Si es cierto que el bebe no habia nacido asi que Anna no podia hacer nada, pero ella podria acumular rencor o no se... Yo comía muy triste mientras mi padre me miraba raro.
-¿Hijo que te ocurre? Nunca te habia visto tan triste... ¿Anna y tu habéis vuelto a discutir?- Yo suspiré sabiendo que no podia contarle nada y seguí mirando mi plato. -No, estoy triste porque no la amo, y no creo que lo haga nunca...- Mi padre abrió los ojos como platos ante esa confesión y miró que en la habitación no hubiese nadie, y por suerte no lo habia. -Hijo... Te enamorarás con el tiempo, al principio no solemos querernos porque no nos conocemos- Yo esta vez tuve el valor suficiente para mirarle a los ojos mientras hablaba.
-Cuanto más la conozco más la odio padre, y se que es lo normal y que se pasará... Pero no se pasa, no se pasa porque amo a otra persona- El rostro de mi padre se tensó pero no pudo responder pues vinieron unas criadas a llevarse los platos si ya habiamos terminados, le dimos los platos y mi padre me llevo a su despacho. -Anna lleva a tu hijo en su vientre, ¿como puedes amar a otra persona? ¿Quien es ella?- Mi padre parecía muy nervioso, pero a mi ya no me importaba nada.
-Ella es la mejor chica que he conocido, es guapa, es lista, me hace reir, es muy cariñoso, osea... Cariñosa, y cuando se asusta es adorable. Es la única persona con la que me siento yo- Mi padre me miró muy serio y susurró. -¿Hablas de Mateo cierto? Él hermano de Anna- Yo baje la mirada con miedo, ¿tan evidente era?
-Pero hijo... Él es un hombre, y tu eres otro hombre, es antinatural... Y si eso no le gusta a Dios menos le gustará si encima engañas a tu mujer con Mateo, ¿pero si eras un sodomita de esos porque te casaste?- Yo no sabia que responder a todo eso, asi que tarde unos minutos en lograr formular algo parecido a una respuesta. -Cuando me case apenas lo conocía... Y si, se que a Dios no le gusta padre, pero es que... No es vicio, necesito que me creas y entiendas que no es vicio... Porque si fuese vicio no me importaria que hombre o mujer fuese... Pero no es asi, Mateo es... Él único- Mi padre no parecia saber que responder, yo suspiré triste sabiendo que él no lograba entenderlo y me senté en aquel despacho esperando que hablase.
Él me miró de arriba a abajo y por fin respondió. -Hijo... Me gustaria entenderlo, de verdad, pero me resulta muy extraño... ¿Porque no se lo explicas a un cura o...?- Yo sabia que iba a salir con algo de eso asi que sin nisiquiera mirarlo respondí. -Un cura no puede hacer nada padre, me dirá que recé o que me arrepienta, pero todos sabemos que no haré ninguna de las dos- Él se sento enfrente mia para estar más cerca y comenzó a susurrar.
-Yo te recomiendo que busques ayuda hijo... Pero si no quieres hacerlo, al menos ten cuidado, en este reino eso se paga con carcel y en el reino de Mateo se paga con la muerte. Intentaba disimular y no le tires los tejos a nadie, por Dios te lo pido- Yo apreté mis labios intentando ver como se lo explicaba. -Padre no hace falta tirarle los tejos, porque ya lo hice y salio bien... Pero todo se fue a la mierda con el embarazo- En el fondo no quería contarselo a mi padre, pero no tenía nadie con quien desahogarme.
Él suspiró mirandome y luego preguntó. -¿Anna lo sabe?- Yo negué con la cabeza y él parecio estar menos nervioso. -Hijo, yo no te puedo aconsejar en todo esto porque sigo procesando que estes enfermo... Pero espero que estar enfermo no te borr  la memoria y se te olvide que vas a tener un hijo con esa mujer... Y que si vas a tener relaciones con alguien fuera del matrimonio, sea mujer o sea... Ugh... Hombre, pues debes tener cuidado porque no se entere nadie- Yo ya sabia eso, pero me alegraba ver que mi padre al menos intentaba apoyarme a su manera.
-¿Sabes? Todavía recuerdo cuando yo tenía 20 años... Me habia casado con tu madre teniendo yo 16 asi que tu ya habias nacido... Pero yo no estaba enamorado de ella, yo estaba enamorado de la panadera de la ciudad. Ella era hermosa y sentía que era el amor de mi vida... Pero yo debia casarme con una princesa y asi lo hice, y aguante todo mi matrimonio a su lado...- Yo no sabia esa historia y casi hizo que me sintiese mejor al saber que no era el unico pero peor al saber que muchos pasaban por lo mismo. -¿Y nunca volviste a verla?- Él se quito la corona dejandola en la mesa y acarició su blanco pelo. -Cuando tu madre murió, admito que fui a buscarla... Pero ella me habia superado y... Estaba ya casada y con cuatro hijos, y no quiso ni hablar conmigo... No se si lo que sientes por ese chico es confusión, vicio, es que estas enfermo o... O es el demonio, pero sea lo que sea, si de verdad sientes que lo amas... Dejalo ir. ¿Porque que vida le espera siendo tu querida? No sera feliz viendo como tu vives dos vidas paralelas... -Yo asentí dándole la razón en eso último. Me dolia pero era cierto, si lo amaba debia dejarlo volar.