Una vez llego la hora de comer yo no queria comer, no tenia hambre pues a pesar de que Fer me alegraba no se me habian ido los recuerdos de los golpes. Yo decidí quedarme encerrado en el cuarto de Fer envuelto en sus sabanas, estaba muerto de miedo pero era mejor que ir a comer. Después de unos minutos Fernando entró y al verme suspiró triste, sabia que esta situación solo le estaba haciendo daño. -Mateo... Yo no se que hacer...- Dijo Fernando, quien evidentemente estaba sobrepasado por la situación. Yo me sentía una especie de carga o problema para él, pero era sentirme así, o volver a que me dieran una paliza por haberme quedado una noche en el castillo de Fernando.
-¿No hay nada que hacer para animarte?- Dijo sentandose a mi lado, yo abracé uno de sus cojines y asentí con la cabeza haciendo pucheros. -¿Puedes conseguirme chuches y chocolate?- Él sonrio con la cabeza y asintió, abandonó la habitación al instante y después de unos minutos volvió con unas golosinas y una chocolatina. Yo me senté y comencé a comermelas un poco más feliz, pero no mucho. Fernando agarró una botella de vino y comenzó a beber, era bastante pronto para beber pero no le dije nada pues sabía que ese era el modo de Fer de escapar.
-Dime que hacer por favor... Mirame y dime que soy un buen chico y explícame que hacer... No se si emborracharme, si ir a matar a Julio, si darle una paliza... Pero no puedo quedarme aquí y así. O te animas, o me ayudas a animarte porque esto puede conmigo...- Yo me levante al oir eso y abracé a Fer para quitarle el vaso de la mano, pues no queria que siguiera bebiendo. -No bebas más...-
Fernando suspiro y me miro a los ojos intensamente durante unos segundos.
Después del silencio por fin habló, sin quitarme su intensa mirada de encima. -¿Sabes cual es tu problema Mateo? Tienes muy poca autoestima... Tienes tan poca autoestima que en cuanto alguien te da un poco de aprecio te enamoras... Y aunque debo admitir que eso a jugado a mi favor muchas veces eso no es bueno. Tú mereces a alguien que te quiera aunque engordes, que te quiera aunque te rapes, que te quiera aunque tu cuerpo sea peludo o aunque tu cuerpo no tenga ni un pelo, que te quiera aunque sudes, que te quiera aunque te manches de barro... Mereces que alguien te ame tanto que si le dicen que él mundo se acaba hoy lo último que quiera hacer sea mirarte a los ojos y besar tus labios... Te mereces a alguien que no te pegue, a alguien que muera por ti si hace falta... Y si alguien no te da eso no salgas con él, porque solo te hará daño- Yo baje la mirada pero Fer coloco su mano en mi mentón obligándome a mirarlo. Al mirarle a los ojos él me abrazó, pero la verdad es que tenía razón en todo. Al separarnos del abrazo yo le miré con miedo y asentí con la cabeza.
-Quiero dejarlo... Pero me da miedo y no se como hacerlo- Fernando sonrió y me dio un beso en la mejilla emocionado. Se veia muy feliz por mi decisión pero yo no sabia como hacerlo y eso me asustaba mucho. -Si quieres quedate hoy, y mañana vamos juntos para allá, no dejaré que se acerque a ti- Yo asentí con la cabeza y mire el alcohol para luego mirar de nuevo a Fernando.
-¿Y si bebemos ambos?- Dije pues realmente no sabia que hacer, no sabia como exteriorizar todo lo que sentia. Fernando agarró una botella de whisky y dos vasos, y nos sentamos en la cama. -Juguemos a un yo nunca- Fernando me miró raro y yo sonrei sintiéndome muy listo por saber que juego era. -Dire "yo nunca" he echo algo, y si tu lo has echo debes beber, y luego al revés y así...- Él pareció entenderlo, o tal vez simplemente quiso beber de una vez. Ambos nos servimos un chupito y nos miramos para comenzar el juego. -Yo nunca me he acostado con una mujer SIN estar borracho-Dije con ansia esperando saber su respuesta, pero él no bebió, eso la verdad es que me alegro de cierta forma.
Seguidamente él miro su vaso y susurro. -Yo nunca he robado algo- Yo no bebí pues a mi mente no se vino ningún recuerdo de mi robando nada, sobretodo porque todo lo de mi reino era mío. -¡Eres un tramposo! Tienes que beber- Yo le mire extrañado sin saber a qué se refería mientras en mi mente intentaba recordar algo que yo hubiese robado. -Robaste mi corazón, tienes que beber- Yo me sonroje y di un trago para mirar a Fernando lamiendome los labios y seguir con el juego. -Yo nunca he tenido sueños cochinos con el otro- Fernando soltó una carcajada y sin mirarme a la cara dio un trago, esto estaba siendo entre raro e incómodo pero me estaba alegrando bastante el ánimo.
Fernando relleno su vaso y por fin fue su turno. -Yo nunca he comparado mi tamaño con él de otro- Yo bebi un trago y le miré de arriba a abajo con una falsa mirada de asco que escondía una carcajada. -Si vas a usar este juego para presumir te quito la botella- Fer me lanzo un beso y volvió de nuevo a mi el turno, yo mire unos segundos a la botella pensando alguna hasta que por fin la tuve. -Yo nunca he dicho al otro que estaba guapo cuando en realidad no lo estaba- Dije recordando cuando Fernando estaba tan feliz con mi nuevo peinado, pues tal vez me había mentido, pero él no bebió. -Sabes que siempre estás guapo para mi- Yo sonrei y le di un rápido y pequeño beso pues queríamos seguir jugando.
-Yo nunca he querido meterme en la boca algo que no era para comer- Yo abri los ojos sorprendido por la pregunta de Fernando y no pude evitar reírme para responder. -Yo nunca he sido un salido- Fer sonrió y se acercó a mi lentamente para besarme, pero este beso no fue como el resto, él mordió con sus dientes levemente mi labio inferior al final del beso, pues él sabía que eso me encantaba.
-Yo nunca he querido hacer travesuras en esta cama- Dijo Fernando en broma, yo di un trago a mi copa y seguí besandole en la cama mientras con torpeza Fernando dejaba las copas y la botella en el suelo, ambos nos tumbamos entre besos y todo iba bien hasta que me quito la camisa y vio los golpes, pues eso hizo que dejara de besarme y se sentara en la cama. -No puedo... Lo siento... Es que... Veo los golpes y recuerdo... Lo siento- Yo suspire fastidiado pero le entendia, así que simplemente acaricie su cuello y sonrei. -¿Y si traes a Chloe y la probamos ropa?- Fer me miro volviendo a sonreir y nego con la cabeza. -Mi hija no es tu muñeca- Yo sonrei al escuchar eso y me acerque a Fernando para susurrar. -Pues tu serás mi muñeco- Y si, obligué a Fer a levantarse y a acompañarme hasta su armario, luego yo elegí un look y se lo di para que se lo probase, pero mientras lo hacía él no paraba de quejarse. -No me gusta mi ropa, y si quieres verme desnudarme hay otras formas mejores de pedirmelo- Yo simplemente me quede callado observando como se cambiaba de ropa, una vez termino pude apreciar todo su look y realmente estaba hermoso.
-Estas... Increible- Dije para luego besarle mientras ponía mi mano en su cintura. Fernando acaricio mi mejilla y con pucheros susurro. -¿Entonces me quedo así vestido no amor mio?- Yo sonrei sabiendo lo que tramaba y negué con la cabeza para darle otro beso, y obligarle a probarse 14 looks más hasta que ya no quiso más. -Apenas hemos mirado looks feeer- Dije en voz alta quejándome, pero no funcionó, Fernando se puso la ropa que llevaba inicialmente y se tiró a la cama a hacerse el dormido. -¿Vas a dormir?- Él me miró sonriendo y luego cerró los ojos para fingir dormir, yo le miré con rabia y me tire a la cama con él para abrazarle. -Bueno, pues si te duermes duermes conmigo- Dije abrazandole con fuerza, realmente Fer sabia como animarme. Todavia estaba asustado, confundido y dudando de todo... Pero al menos estaba un poco más calmado y feliz. Fernando me hacia feliz y aunque lo nuestro no tuviese futuro, al menos podríamos disfrutarlo un tiempo...
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Brothers In L(ove)aw
RomansaMateo era un joven normal y con una vida de lo más tranquila, pero también bastante lujosa ya que era el futuro heredero de la corona de Jayus, un pequeño y acojedor reino. Pero todo cambia el dia que la hermana pequeña de Mateo, Anna, cumple 15 año...