Capítulo 66: Hasta quemarme...

20 5 17
                                    

Después de un rato llego la hora de comer, yo llegué más tarde pues había tramado algo. Al entrar en el comedor principal ya todos comían, yo me acerqué por detrás a Fernando y solte todas las cenizas de la chimenea encima suyo, poniéndolo perdido. -Quedate tus dibujos- Dije para luego marcharme a la cocina a agarrar algo de comer, desde la cocina podía oír a Fernando quejarse de mi. -¡Joder! ¡La ceniza sale fatal! ¡MATEO VEN AQUI PORQUE PIENSO CORTARTE LOS HUEVOS!- Mi padre y mi suegro intentaron calmarlo pero él no tardo en venir a la cocina cabreado. Todos iban detrás suyo intentando calmarle pero no lo lograron. -Eres un inmaduro, y me vas a comprar un nuevo traje- Yo sonreí acercandome a Fer y negué con la cabeza. -Tú puedes tener mil trajes iguales, pero los dibujos que has quemado no volverán Fernando- Dije cabreado, pues yo realmente amaba esos dibujos. Esos dibujos eran parte de nuestra historia, era lo único que tenía de él cuando estaba lejos pues las cartas debía quemarla.
-¡Te haré más joder! ¡Pero no puedes tirarme PUTA CENIZA encima!- La verdad es que era bastante cantidad de ceniza y ahora mismo Fer estaba teñido de color gris, casi todo su cuerpo había quedado cubierto de ceniza pero no me sentía culpable. -Pero aunque me hagas más no serán los mismos... Me has echo daño Fernando, enserio- Dije para irme, él iba a seguirme pero Anna le detuvo, y la verdad no me importó. Yo me fui a mi cama y me tumbé abrazando mi almohada, ya que ella me ayudaba a que nadie me escuchase llorar, mientras miraba la chimenea intentando recordar todos los dibujos que se habían quemado. Después de un rato solo en silencio Fernando entró ya cambiado, con el pelo mojado pues se debia haber bañado para quitarse la ceniza.
Yo simplemente me di la vuelta y me tapé completamente con la manta. -Mateo... Vamos a hablar- Yo no cedí, y me quede bajo la manta durante minutos, pero Fernando se tumbo a mi lado y suspiro. Podia notarlo apesar de seguir debajo de la manta. -No pensé... Cuando tire los dibujos al fuego, simplemente no pensé que fueran importantes...- Yo limpie el rastro que habian dejado mis lagrimas y susurre. -Nunca piensas en nada... Ese es tu problema- Fernando suspiro y se levanto, supe que seguía en la habitación porque no había oído la puerta, pero no sabia a donde había ido. -Si que pensé... Solo... Me sentí atacado porque decías que no hacía caso a Chloe o a mi reino y los tiré al fuego porque sabía que eso te haría daño... Lo siento... Es que... Cuando me siento atacado lo devuelvo sin pensar en las consecuencias. No debí hacerlo, lo lamento- Yo me asome por encima de la manta y negué con la cabeza mirándolo, él estaba al lado de la chimenea ahora vacía. -Eres feo, tienes un cuerpo horrible, tu pelo está mal peinado y cada vez que te veo siento ganas de vomitar...- Él me miro triste y bajo la mirada, permanecí segundos en silencio esperando algún tipo de reacción, pero no hubo ninguna.
-¿Porque no me lo devuelves? ¿Acaso antes mentías? ¿O te molesta que te llame irresponsable pero no que critique tu físico? ¿Tan complejo eres? ¿Tan complejo pretendes ser? Eres un artista, y no tengo problema en que lo seas, los artistas son intensos. Pero o eres intenso siempre, o no lo seas nunca. O me haces llorar o reír, o me haces quedar indiferente. Pero no juegues con fuego si tienes miedo a quemarte- Dije acercandome a él y mirándolo de arriba a abajo,
-¿Acaso quieres que te dañe? ¿Acaso quieres que te golpe? ¿Encuentras algún morbo en eso?- Dijo poniendo su mano en mi cintura, yo enrolle mis brazos en su cuello y relami mis labios, sabiendo que por ahora no le dejaría probarlos. -Encuentro morbo en ti... Pero debemos aceptar que tu y yo no funcionamos como pareja. Lo nuestro son las idas y venidas, la emoción, la pasión...- Dije acariciando su pelo. Él se quedó en silencio mirándome a los ojos y se acercó lentamente a mis labios hasta estar a centimetros. -Lo que dijiste antes de mi físico... ¿No era cierto no?- Preguntó con algo de miedo, yo trague saliva y negué con la cabeza. Pues su cuerpo sería envidiado por los mismísimos dioses, su cara parecía tallada por el mejor escultor de todos los tiempos y su pelo sí que estaba mal peinado, pero le daba un toque que no sabría si catalogarlo de adorable o de sexy. -No, no era cierto, claro que no... Pero y si lo fuera... ¿Que harías? ¿Cuanto jugarías con el fuego?- Él se acerco más a mis labios casi rozandolos y susurró. -Hasta quemarme- Para seguidamente besarme, comenzamos a besarnos torpemente hasta llegar a la cama pero yo le detuve una vez comenzó a abrirme la camisa.
-No, aquí no tiene gracia- Dije mirando a nuestro alrededor, él me miró extrañado pero pareció entenderlo cuando uni mi mano con la suya llevandomelo hacia la puerta. Abri la puerta soltando su mano para que nadie nos viera de la mano y comencé a andar guiandolo a algún lado. No sabia realmente a donde ir hasta que pensé en uno de los jardines, no solía pasar mucha gente por él y había un hueco entre arbustos en el que no se vería nada. Le llevé ahí y me acerqué para besarme pero él se alejó. -Aqui no, nos van a ver- Yo sonrei y negué con la cabeza, claro que no nos iban a ver. -¿Que es lo peor que nos puede pasar? ¿Que me ejecuten? ¿Que te metan en la cárcel? Fernando por favor... Relajate- Él agarró mi mano con fuerza y me llevo a otro lado, y es una pena porque ese jardín era precioso. Me llevo hasta el establo y me hizo entrar en una de las cuadras vacías.
-Aqui si prometes no hacer mucho ruido- Yo sonrei excitado y comencé a besarle y a quitarle la ropa, se nos clavaba el heno pero no me importo, una vez que estábamos prácticamente como dios nos trajo al mundo él comenzó a besar mi cuello y mi abdomen, notaba sus frías manos acariciando mi cadera y mi culo, pero no le daba importancia. Le di más importancia a su boca, que recorrió todo mi pecho hasta llegar a mi entrepierna, él me miró antes de hacerlo y susurró.
-¿Cuanto jugarías con el fuego?- Pregunto, yo sonrei excitado y susurre recordando nuestra conversación de antes. -Hasta quemarme- Él subió hacia mi cara y me besó, para seguidamente bajar de nuevo a mi entrepierna. -Respuesta correcta- Dijo antes de introducirse mi miembro en la boca, produciendome el mayor placer que yo nunca habia sentido, era incluso mejor que cuando lo hacíamos con la mano. Mi cuerpo se sentía en paz, calmado, y a su vez estaba lleno de placer. Sabia que no debia gemir, pero era complicado, pues realmente era muy bueno. O bueno a secas, pues yo nunca habia recibido un trato así y no podia comparar. Gemi y jade lo más bajo que pude hasta que termine en su boca. Él me miro con la boca llena de aquel líquido, y parte del que no le habia cabido en su boca cayendo por su perfecto abdomen, para tragarselo.
-Estas echo una puta- Dije sonriendo observando como apesar de habérselo tragado seguia lleno de aquel espeso y blanco líquido. -Tú puta- Seguidamente de decir eso me besó manchando mi cuerpo de mi propio semen. Esto habia sido lo más exitante que yo jamás había echo, y lo más placentero. -¿Que me dices si lo repito esta noche... En una de las fiestas de las que me gustan?- No tarde en entender a que fiestas se referia pero negué con la cabeza. -Ire contigo si quieres ir, pero no lo haré delante de ellos... Salvo que quieras que ellos se unan- Dije acariciando el pelo de Fernando, sabia que él no queria que más gente se uniera y por eso me permitía bromear sobre el tema. -Pues no se, depende de lo buenos que estén...- Dijo terminando de limpiarse con heno el semen de su cuerpo.
-Vuelve a marcharme tanto y obtendrás un castigo- Esa frase la dijo bajando el tono de voz para que fuera más grave, cosa que me hizo reír. -¿Que tipo de castigo?- Pregunte para seguidamente recibir un azote bastante fuerte y doloroso, pero no me dio tiempo ni a quejarme pues ya me estaba besando. -Pero hoy no amor, bastante sucio hemos dejado esto ya...- En ese momento se separó de mi y comenzó a vestirse mientras observaba el poco tiempo que le quedaba mi cuerpo desnudo. Y aunque fuera una tontería, me emociono que me llamará "amor" pues no era algo típico de Fernando. Tal vez debería echarle ceniza encima más veces.

Brothers In L(ove)awDonde viven las historias. Descúbrelo ahora