Una vez terminamos de comer Julio y yo debíamos volver al castillo, así que nos despedimos y le ayudé a bajar las escaleras para que le doliese lo menos posible, luego subimos al coche de caballos y comenzamos a ir hacia el castillo. -Tú familia es encantadora- Dije uniendo mi mano con la de Julio.
-Y te adoran- Dijo Julio como respuesta sonriendo, al llegar al castillo le ayudé a llegar, iba a ir con él al cuarto cuando Fernando nos detuvo. -Mateo, tenemos que hablar- Yo miré a Julio y le eché una pequeña sonrisa para susurrar. -No tardo- Julio se fue y yo me fui con Fernando a su habitación, comenzaba el frío asi que teníamos la chimenea encendida. -¿Que quieres Fernando?- Dije serio mirando el fuego, Fer me ofreció una copa y yo acepté, aunque realmente solo quería irme a mi habitación. -Julio... Lo que has dicho antes... Mira... Podemos estar un mes en cada castillo... Ya se nos ocurrirá algo por si preguntan- Yo negué con la cabeza y di un trago a mi copa, Fer no entendia nada. -Haber Fernando, que eso me habría encantado hace un tiempo... Pero ahora no, ahora estoy con Julio- Un escalofrio recorrió mi cuerpo al decir eso, Fernando bebió un trago de su copa y me miró mordiendose el labio.
-Todavia me amas principito... Me besaste... Se que me amas...- Yo deje la copa y me levanté para irme, pero Fernando me agarró deteniendome. -Fernando, nos besamos y fue un error... Punto. Ya no te amo, y no creo que vuelva a amarte... Quiero casarme con Julio, aunque sea una locura o sea inmoral, y contigo quise casarme... Pero vivías con tanto miedo, que el miedo acabo ganando al amor- Fer me soltó y bajo la mirada. -Nuestro tratado de paz queda roto si te vas por esa puerta- Dijo apunto de romperse en llanto. Y si, sabiendo que esto podría empezar una guerra me fui. No creía que fuera capaz de hacer una guerra pero no me importo, con esa actitud nunca volvería con él. Yo subí a mi habitación y Julio me esperaba allí sonriendo.
-¿Repetimos?- Dijo en cuanto me vio entrar para lanzarse a besarme pero una vez el beso acabó yo me separe de él. -Se me han quitado las ganas...- Julio acaricio mi mejilla y susurró muy preocupado. -¿Que ha pasado?- Yo baje la mirada y pensé unos minutos que responder. -Fernando me ha pedido volver por segunda o tercera vez esta semana... Y pues... Le he dicho que no y me iba a ir... Y me ha dicho que si me iba nuestro tratado de paz estaría roto- Julio se quedo pálido al escucharme y no lo entendí, no era para tanto y no le había hablado del beso, ¿porque lucia asustado?
Julio murmuró algo tan bajo que no pude ni escucharlo, y después me abrazó asustado. -Vas a iniciar una guerra amor...- Dijo lleno de miedo, yo acaricie su espalda intentando calmarlo y le di varios besos. -Fernando no iniciará una guerra conmigo, lo conozco- Julio me miró nervioso y suspiro. -Confio en ti amor... Pero por favor, ten cuidado- Yo sonreí de que él estuviese preocupado por mi y le di un beso, para luego abrazarlo. -Todo saldrá bien, ahora vamos a dormir... Estoy agotado-Dije sonriendo para cerrar mis ojos y quedarme dormido.
Al despertar Julio estaba dormido a mi lado, parecía un angel, estaba realmente precioso. Estaba tan guapo que no queria despertarlo, yo acaricie la barriguita de Julio y este se movió haciendo un ruidito y me abrazo. -Buenos días mi amor-Susurre sabiendo que él seguia dormido, luego me separé de él con cuidado para no despertarlo y me fui a desayunar, mientras desayunaba Fernando me miraba enfadado en silencio. -No quiero estar mal- Dije aprovechando que nadie se encontraba en ese momento en el comedor aparte de nosotros, realmente me dolía mucho que estuviésemos mal y además quería que estuviésemos mal pues recordaba a Julio asustado por una guerra y no queria que él presenciara o estuviera presente en una guerra.
-Mateo... Dejame en paz por favor...- Dijo mirando su plato, sus ojos estaban llenos de ojeras y seguia oliendo a alcohol, debia haber bebido mucho esa noche. -¿Entraremos en guerra?- Pregunté nervioso pero él simplemente dejó su plato en la mesa y se levantó. -Yo que se- Dijo para luego irse. Yo apreté mis labios sintiéndome mala persona y comencé a comer allí solo, hasta que Julio vino, él ya andaba casi bien del todo pues apenas le dolía.
-¿Y ese careto? ¿Que ocurre?- Yo negué con la cabeza y suspiré. -Nada- Julio sonrió mirando el plato que él mismo se había traído de la cocina y me dio un panecillo emocionado. -Yo tomaba de estos cuando era niño, te animarán- Yo sonreí ligeramente cogiendolo y comencé a comermelo, la verdad es que si estaban muy ricos, y estaban rellenos de una crema espectacular.
-Tu padre cocina de forma espectacular... Ya podrías aprender- Dije sonriendo y guiñandole un ojo, él sonrió mirando a nuestro alrededor para comprobar que no había nadie y susurró. -Asi me gusta, sonriendo- Yo me sonroje ligeramente y terminé mi desayuno, una vez ambos acabamos fuimos a uno de los jardines a tomar el sol. Ambos nos tumbamos en la hierba y simplemente nos relajamos, pero mi padre llegó enseguida a interrumpir esa calma.
-Mateo, Fernando no está bien... ¿Ha ocurrido algo? Ayer estaba normal y hoy... No ha salido de su cama apenas, y apenas ha comido, y no para de beber... Si ha pasado algo...- Yo suspire sentándome y acaricie mi pelo pensando. -¿Y que tiene que ver Mateo con eso?- Preguntó Julio, ya que imagino que no le haría gracia que yo fuera a consolar a Fernando. -¿Y que tienes que ver tu aquí? Ni siquiera has acabado la escuela militar- Dijo mi padre para seguidamente mirarme y muy calmado seguir pidiéndome que fuese a ver a Fernando, tanto que al final accedí, al entrar en la habitación el plato de Fernando estaba en la mesa prácticamente igual, él estaba tirado en la cama de espaldas a mi, pero lo más probable es que me hubiese escuchado entrar.
-Fer... No me gusta verte así... Todos están preocupados por ti- Yo me senté a su lado y él se giró mirándome triste y con la cara hinchada de llorar. -¿Porque me lloras ahora y no cuando nos dejábamos de ver un mes, o varios meses?- Dije yo curioso, él simplemente miro al techo y luego a mi de nuevo para cerrar los ojos y susurrar. -Si que lloraba, pero no me veias- Dijo para luego mirarme suplicante. -¿Puedo tumbarme en tu pecho?- Lagrimas volvían a aparecer en sus ojos y no me pude negar, él se tumbo abrazándome y comenzó a llorar de nuevo, mientras yo miraba su habitación pues había podido ver dos botellas de alcohol en el suelo, que supongo que era lo que se había bebido ayer.
-Me duele mucho la cabeza...- Dijo Fer en un breve susurro, yo lo abracé con más fuerza y comencé a acariciarle el pelo. -Vale... Tranquilo... Intenta dormir- Él asintió con la cabeza y cerro los ojos, al rato noté como estaba dormido y me fui, aunque dejé a unos guardias vigilando ya que quería ser avisado cuando Fernando despertase. Luego fui a buscar a mi padre para comunicárselo. -Bueno... Esta mal... Pero saldrá de esta, le he dejado durmiendo- Mi padre cerró con seguro la puerta y suspiro mirandome mientras iba a sentarse. -Hijo mío, no se si sois amigos o... O que es lo que ocurre entre vosotros... Pero es el padre de Chloe, y el marido de tu hermana... Debe darle un hijo varón, debes animarle, y hacer que vuelva a casa, a su casa- Yo mire extrañado a mi padre ya que pensé que él era él que provocaba que Fer estuviese aquí. -¿Y porque sigue aquí?- Pregunte dudando, mi padre me miró sin creerse lo que acababa de preguntar pero aún así respondió mi pregunta. -Vino para invitarte a no se que personalmente... Y ahora simplemente se queda aquí, le digo que debe regresar y dice que todavía no puede, que debe tratar unos asuntos contigo- Yo baje la mirada y simplemente suspiré recordando al Fernando destrozado que me habia encontrado antes...
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Brothers In L(ove)aw
RomanceMateo era un joven normal y con una vida de lo más tranquila, pero también bastante lujosa ya que era el futuro heredero de la corona de Jayus, un pequeño y acojedor reino. Pero todo cambia el dia que la hermana pequeña de Mateo, Anna, cumple 15 año...