Al separarnos del beso ambos nos miramos riendonos del aspecto del otro, pues estabamos bastante sucios de vino. Yo salí corriendo hacia el baño y cerre la puerta con seguro pues queria ser el primero en darme un baño, una vez termine tranquilamente salí encontrandome a Fernando de brazos cruzados al lado de la puerta. Él entro a bañarse y yo mientras me cambie de ropa. Al acabar me tiré en la cama y cerre los ojos, escuche como Fernando entraba en la habitación pero realmente no le di importancia y seguí intentando dormir.
Después de un rato Fer se acercó a mi y acaricio mi mejilla pero yo ni siquiera abri los ojos. -No te duermas hombre- Yo sonreí al escuchar su voz y estire mis brazos esperando un abrazo, un abrazo que pronto llego acompañado de varios besos en mi cuello. Yo sonreí y le di un beso en la boca, pero justo en ese momento alguien llamó a la puerta. Solo altos cargos del castillo sabian que estabamos aqui, nadie deberia haber venido. -Ire yo- Dije lleno de miedo, ese lugar pertenecía a mi padre por lo que yo no necesitaba justificación para estar aqui. Fer me miró muy nervioso pero no dijo nada, asi que baje con una espada en el cinturon. Al abrir la puerta era Anna con Chloe en brazos y varios caballeros detras, ¿acaso venian a detenernos? ¿ O es que Anna era idiota y habia venido a molestar? Ella ni me saludo y entro en la casa con la niña, la cual enseguida comenzó a llorar haciendo que Fernando apareciese extrañado de oir llantos. Al ver a su hija fue hacia ella y la cogio sonriendo.
-¿Que haces aqui?- Pregunté muy serio mirando de arriba a abajo a los caballeros que habia traido. -Padre me ha echo venir, quiere que vuelvas al reino, y ya que estamos pues me quedo con Fer y con la niña unos días aqui, que esta casa es de NUESTRO padre- Yo miré a Fernando con los ojos muy abiertos, pues esto no debia terminar hoy, y menos sin despedirnos. -Anna no hemos terminado nuestro tratado de paz...- Ella solo ignoro a Fernando y se fue a una de las habitaciones, los guardias se fueron con ella y nos quedamos en el salon Fer, Chloe y yo.
-¡¿Ni siquiera podemos estar una semana solos?! ¡Joder Fernando!- Èl miro a su hija y luego a mi en silencio, realmente parecía seguir en shock pero yo estaba muy cabreado. -¿Y si se lo cuento a Anna?- Realmente quería pedírselo y realmente quería que lo hiciese, pero no podia hacer eso, Anna era su mujer, madre de su hija y por si fuese poco, también era mi hermana. Chloe era muy pequeña para tener un hogar roto, y además... ¿Que cambiaría si Anna lo sabía? Pues que ella podría delatarnos o podría negar a Fernando ver a su hija, pero nada más cambiaría. Tendriamos que escondernos de la gente igual, Anna debia tener al menos un hijo varón con Fer igual y yo no podria estar casi nunca en el castillo de Fer o él en el mío.
-No Fernando... Mira... Sabiamos que este día llegaría y...- Fernando me detuvo besandome apesar de que en cualquier momento podría entrar Anna o los guardias, y aparte que Fernando llevaba un bebé en brazos que se podría caer con este beso tan improvisado. -Eso no cambiará que lo nuestro no es legal, que Anna es tu mujer y que tenéis una hija Fer...- Él me miró suplicante y por fin pude notar tristeza en sus ojos, podia notar como sin palabras me suplicaba que me quedase, pero yo no podia hacerlo.
-¿Y estos pocos días lo cambió acaso? Yo seguía teniendo mujer e hija y lo nuestro seguía siendo ilegal...- Yo me quede sorprendido de la pregunta y suspiré bajando la mirada pues me costaba mirarlo a los ojos. -No, no lo cambió... Y ese es el problema Fernando... Ojalá lo hubiese cambiado- Yo no dije nada más y me fui fuera, agarré uno de los caballos que habían traído los guardias y me lo lleve sin importarme el guardia que lo hubiese traido. Comencé a galopar de vuelta al castillo pero realmente sin querer volver, quería ir de nuevo con Fernando besarlo y decirle que lo amaba delante de todos, pero no podia hacer eso.
Llegué al castillo y muy enfadado fui a buscar a mi padre, el responsable de que Anna se hubiese presentado. -¿Se puede saber porque no nos deja firmar el tratado de paz en paz? Padre iba a ser la última vez que... Que le causase peleas con Anna... Y era mi forma de lograr cerrar este capítulo de mi vida...- Mi padre me miraba asombrado sin entender que le decía. -¿Hijo de que hablas? Yo ordené que nadie marchase hasta allí e incluso no avise al pueblo de tu ausencia para que tuvieses más tiempo...- Yo apreté mi puño con fuerza como solía hacer Fernando, ¿acaso mentía? ¿Acaso me lo iba a negar? -Anna ha aparecido, con Chloe y varios guardias, dice que tú le dijiste que viniese a por mi para que volviese a castillo... Y ya que esta se queda allí unos días con Fer- Mi padre se tensó al oir eso y trago saliva.
-Mateo... Le dije a tu hermana que debia dejaros vuestro espacio, ni siquiera le dije a donde fuisteis... Yo... Yo no tengo nada que ver de verdad- Yo le miré sin saber que creer y fui a mi cuarto, realmente estaba muy triste pero demasiado agotado para llorar o hacer un drama. Al llegar a mi dormitorio Fortuna me esperaba emocionada, y eso estaba realmente genial, pero no le hice mucho caso ya que solo quería dormir y olvidar todo. Y eso hice, me dormí, pero realmente eso no me hizo borrar ningún recuerdo, pues yo seguía sintiendo lo mismo... Pero sabiendo que por muy feliz que me hiciese Fernando, lo nuestro había sido pasajero, y ahora debia dejarlo pasar y seguir con mi vida. Conseguir una mujer, tener preciosos hijos con ella y reinar... Eso era lo que debia hacer desde que al nacer él médico comprobó que yo era un niño, me gustase o no. Pero casi el dolor de separarme de Fer fue igualado cuando cerre los ojos y soñé en una boda, yo era el novio y estaba realmente precioso. Lo extraño de aquella boda es que no apareció ninguna mujer viniendo al altar, sino Fernando, y todos sonreían y reían con entusiasmo. En fin... Eso no ocurría ni en los cuentos de hadas, ¿cómo iba a ocurrir en la vida real?
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Brothers In L(ove)aw
RomanceMateo era un joven normal y con una vida de lo más tranquila, pero también bastante lujosa ya que era el futuro heredero de la corona de Jayus, un pequeño y acojedor reino. Pero todo cambia el dia que la hermana pequeña de Mateo, Anna, cumple 15 año...