Capítulo cuarenta y ocho: La esencia de ser un héroe.

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Kaito Kid ya habiendo apagado el micrófono y obviamente destruirlo, se encontraba ahora en la casa de los Uraraka, en su buzón depositaba una de sus cartas con la pintura pues ya sabiendo que no era la que buscaba no le quedaba de otra que devolverla. Hecho eso estaba por irse cuando una mano se posa en su hombro lo cual manda un escalofrío por todo su cuerpo.

Voz femenina: ¿Tu eres Kaitou Kid?

Kaito Kid: ... N-No... So-Soy Batman.

Hámster mental de Izuku: ... ... ... ¿Eres tonto o algo así?

Voz femenina: Muy divertido, ahora te darás la vuelta lentamente con las manos en alto.

El ladrón fantasma obedecía colocando sus manos en alto como sí lo estuviera deteniendo un policía, iba dando media vuelta para quedar frente a frente con esta desconocida persona. Lo que no se esperaba es que al dar la media vuelta fuera embestido y tirado al piso mientras era fuertemente abrazado.

Kaito Kid: ¿Pero qué...?

Voz femenina: ¡Kaitou Kid, soy una súper fan tuya, aunque mi marido intente ponerte tras las rejas y mi hija crea que eres una persona horrible, yo pienso que eres increíble!

Kaito Kid: ¿Esposo, hija... usted es... la madre de Uraraka-San?

Al darse cuenta de la manera medio familiar en la que la llamó se tapó la boca con las manos.

Señora Uraraka: ¿Eh, conoces a mi hija?

Kaito Kid levantándose y liberándose de los brazos de la mujer: Difícil no conocerla después de su demostración en el festival deportivo... pensándolo bien creo que casi todo Japón debe conocerla ya. Por otro lado, me disculpo pero este humilde mago ladrón fantasma a la luz de la luna tiene que irse ó en la mañana andará como un zombie.

Señora Uraraka sosteniendo una hoja blanca y un marcador negro: Por favor, antes de irte, ¿Me das tu autógrafo? Lo guardaré como un tesoro familiar, por favor.

Kaito Kid debía decirle que no pero al ver la insistencia de la mujer se recordó a sí mismo pidiendo autógrafos a sus héroes, por lo general se lo daban pero cuando no lo hacían se sentía muy mal. Con un suspiro seguido de una nerviosa sonrisa le firmó el autógrafo y antes de entregárselo desapareció en una nube de humo rosa lo cual sorprendió a la señora. Al mirar hacia arriba notó que la hoja junto con una rosa y el marcador descendían lentamente atados a un globo blanco con un "K" en negro.

Aunque miró a todos lados enseguida, no pudo encontrar al de blanco traje por ningún lado. Por su parte el mago esta subiendo a un edificio con su pistola de gancho para poder emprender su último vuelo de la noche rumbo a la casa de Gran Torino quien no debía tardar mucho en despertar para ir a vigilarlo en la noche, si, en la primera noche notó que Gran Torino se levantaba a la 01:00 am y a las 05:00 am para ver si estaba dormido.

Izuku: Menos mal que utilicé la vieja confiable.

Ya en la habitación de Izuku se encontraba Gran Torino quien fué despertado por la alarma quien le recordó revisar a Izuku. El héroe veía el bulto casi completamente oculto por la sabana exceptuando una cabellera verde como ese bulto que subía y bajaba, así que ya comprobado que el chico dormía como gato este volvió a su cuarto a seguir durmiendo hasta la próxima alarma. Habiéndose ido, unos segundos después Izuku entra por la ventana ya con su ropa normal.

Izuku cantando mentalmente: ¿Donde se esconderá?, es un shhhhh, súper agenteee.

Izuku abrió la sabana revelando debajo de ella una cabeza de maniquí con una peluca idénticos a él, dos almohadas y sobre éstas un lindo gato blanco durmiendo hecho bolita en la zona donde estaría el estomago.

Deku Kid (BNHA y Magic Kaito/Kaitou 1412)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora