En la cena, Christian me dijo que no le guardase rencor a Stelle. Que seguramente se lo dijo porque Eric no paraba de insistir y no para perjudicarme.
Pero, aquí mi enfado no es con Stelle. Es decir, si se lo sacó a nalgadas, lo entiendo. Pero, aquí la culpa la tiene Eric. A él, ¿Qué carajos le importa mi vida? Yo decido que decirle y que no decirle a Christian.
Y honestamente, ese problema se me había olvidado completamente, fue el miércoles, por el amor de Dios.
Pero si sé que en el pasado Stelle era una completa chivata, tanto como lo es Eric. Pero ahora intento ponerla un poco de mi lado. De hecho, le estoy enseñando excusas que decir para safarse de castigos y cómo empezar a tener un poco más de libertad. Hora de dormir ¡JA! ¿Qué tenemos? ¿Cinco años?
Y luego está la inocente Jane, preocupada por sus notas y su clase de violín, a ella me faltará mucho para ponerla de mi lado. Y a mi lado me refiero a la mierda que es este sitio. Yo siempre he sido muy liberal e independiente, por lo que esto de reglas y castigos, no va mucho conmigo.
Bajo las escaleras con el uniforme en dónde ya Christian me estaba esperando en el comedor con el desayuno puesto en la mesa.
—Buenos días—me dice apenas me siento a su lado en el comedor.
—Hola—digo yo secamente. Odio que me castigue, por lo que siempre que me castiga intento interactuar lo menos posible con él. Pero, aún así trato de no ser descortés porque si no igual me va a castigar, por maleducada, y ya mi trasero duele bastante.Empezamos a comer el desayuno cuando tocan el timbre.
Yo frunzo el ceño. Que raro, ¿Quién carajos toca el timbre a las 8 de la mañana?
Christian se disculpa limpiando sus labios con la servilleta de tela, y se para a abrir la puerta.
Yo sigo comiendo como si estuviera hablando con la pared, y así oigo un par de voces en casa junto a la de Christian.
—Los guío caballeros—escucho que dice Christian—y Claire—yo frunzo el ceño. ¿Quién carajos es Claire?
Lo siguiente que oigo es como suben las escaleras.
Okay... Esto está muy extraño. Me digo a mi misma
Finalmente después de un par de minutos, Christian aparece en el comedor de nuevo.
—¿Qué pasa?—le digo yo con voz aún seca, pero con un poco de confusión en ella.
Él se sienta a mi lado de nuevo y sigue comiendo.
—Tenía una remodelación pendiente de una habitación, y van a estar toda la semana remodelandola.
Yo asiento como distraída, pero en realidad me carcome la curiosidad, ¿Desde cuándo Christian hace remodelaciones? Es el hombre con el más poco sentido de la decoración que he visto en mi vida. Mi habitación era un desastre y poco a poco le fui poniendo un poco de mi estilo, porque el de Christian era horroroso.
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Pequeñas lecciones.
ChickLitSeis chicas. Una escuela. Cinco chicos. Reglas que seguir. Muchas describen este mundo como un infierno o un paraíso. Y tendrán muchas lecciones por aprender. Nota: Hello :) Antes de que te pongas a leer, vengo a aclarar ciertos aspectos de la histo...