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Maratón 1/3
Un mes y un par de semanas después.

Jane.

Solo faltaban un par de semanas para elaborar el plan. Yo estaba ya cansada, muerta de miedo y sobre todo la culpabilidad me comía.

Ver de regreso a Mía me golpeó más fuerte de lo que yo creía. Anda cabizbaja por los pasillos, triste, no habla con nadie y sobre todo lo que más me duele, es que todos la miran mal. Todos en la escuela lo sabían, y solo la miraban mal.

Y un jueves que me tuve que quedar a hablar con un profesor, la vi recogiendo las sillas del salón de actos y luego barrer el salón entero. Luego me enteré que esto era parte de un castigo de la directora por haberse robado las cosas y no devolverlas. Si ella supiera la verdad. Ese día estuve tan tentada a decírselo pero, no fui capaz. Ya estuviera muerta, Layla me hubiera asesinado.

De modo que mi estado de ánimo estos días ha estado bastante bajo.

—A ver Jane, ¿Se puede saber que te pasa—dice Layla como irritada.
—No es nada—digo yo intentando desviar la atención, además de que no estaba preparada para que notase mi estado de ánimo, llevo así un mes y no se había dado cuenta.
—Llevas tiempo como ausente—menciona Stelle.
—Si—agrega Sabrina. Ya estaba de regreso con nosotras tras haber ejecutado el plan.
—No es nada, lo juro—insisto yo.

Seguimos caminando por el pasillo y Layla vuelve a abrir la boca.

—¿Vieron el nuevo uniforme de Mía ya que tiene que pagar todo lo que se robó de la escuela? Se ve tan ridícula. Tiene que limpiar ahora—ella se ríe como si de un buen chiste se tratase, por otro lado Sabrina y Stelle ríen solo un poco como por compromiso, pero mi silencio vuelve a delatarme—. Venga, dinos que te pasa.

Yo respiro profundo y nos detenemos un poco antes de llegar a la escalera principal de la escuela.

—Pasa que estoy cansada.
—¿De qué?—dice ella como si mi queja fuera en vano.
—De ti. Y de todo esto. ¿Te parece divertido que por nuestra culpa Mía esté pagando los platos rotos?
—Baja la voz—dice en tono de amenaza a lo que yo volteo mis ojos de forma notoria, pero le hago caso. Por suerte con toda la gente que hay alrededor pasamos desapercibidas nosotras y nuestra discusión—. Y realmente me da igual, haberle quitado esa aura de perfección que llevaba encima me da bastante felicidad. Además es solo una mala cosa, para un bien mayor, ese dinero va a ir para una buena causa, por si lo quieres mirar así—dice eso último en un tono más bajo y se queda en silencio unos segundos antes de continuar—¿Desde cuándo te importa Mía?
—Desde siempre, he pensado que tú forma de tratarla es muy cruel. He estado mal desde hace un puto mes, porque la culpabilidad de lo mal que lo está pasando Mía me come viva. No soy capaz de dormir más de dos horas seguidas. Pero como todo gira entorno a ti, y a tu continúo odio y envidia a Mía, claro que no te diste cuenta.

Ella se ríe de forma sarcástica. Observó cómo me mira y está claramente enfadada y probablemente dolida por lo que le estoy diciendo, pero sinceramente estoy ya harta. Sabrina y Stelle sólo observan desde lejos. Esto es algo que he aguantado durante muchísimo tiempo y no espero callarme ahora.

—No seas ridícula, no le tendría envidia a una niña cómo esa. ¿Y sabes algo? Hice lo que hice por un motivo y tu lo sabes, irnos de este puto infierno.
—Y por eso mismo nos usas a nosotras tres ¿No? Porque hasta donde yo sé la llave no la tomaste tu, mandaste a ella a hacerlo—señalo a Sabrina, esperando que no se haya ofendido—. Tu no abriste la caja fuerte—doy una pausa para tragar, tratar de calmarme para que el temblor de mis manos no se note y organizar mis ideas. Suspiro antes de comenzar—. Pasa que estoy cansada de ti. Y no sabes cuánto me arrepiento de haberme ido contigo y no con Mía.
—¿Y ahora qué?—dice con claro enojo—¿Nos abandonas?

Yo asiento.

—Es claro que yo nunca quise marcharme Layla. Pero tenía tanto miedo de decirte que no quería ser parte del plan que te seguí la corriente. No quiero irme de aquí, a diferencia de ti, aunque te resulte difícil de creer, aquí soy feliz, y tengo una oportunidad de ser alguien en la vida. Así que sí —digo como conclusión —, no formaré parte de tu plan. Si lo que te preocupa es que pasará con el dinero que está de mi parte te lo devolveré. Y no te preocupes que mi boca estará cerrada. Te deseo todo el bien del mundo.

Ella me observa con odio y yo a ella de la misma forma, pero no me dice nada. Yo tomo la decisión de irme por lo que comienzo a caminar a la escalera.

Siento como una mano me coge el brazo y al voltearme es Layla.

—Vete con todo y Mía al infierno—y con eso yo libero su mano de mi brazo con una sacudida y yo sin darme cuenta cuando me doy la vuelta, ella me da un empujón con algo de rencor.

Lo que yo no sabía era lo mucho que ese empujón, me haría perder el equilibrio y caer escalera abajo, y rodando como una rueda hasta llegar abajo. Todas mis cosas habían quedado regadas por el camino.

Cuando llego abajo toda la gente ahoga como un grito y se empiezan a acercar y a formar un círculo a mi alrededor viendo como me retuerzo de dolor.

Un fuerte dolor punzante y constante empieza a latir en mi brazo derecho, y yo me quejo con dolor.

Veo como de entre el círculo sale Layla y con una cara muy asustada. Se arrodilla frente a mi y cuando me va a tocar, con todo mi dolor intento que no lo haga. Y me susurra: perdóname, perdóname, perdóname.
Repite esto a forma de súplica, supongo que habrá llegado a la conclusión que se excedió esta vez.

No le hago mucho caso, pues el brazo me duele más de lo que podría contar. Es un dolor continuo desde el hombro hasta los dedos. Sin contar el dolor en el tobillo.

Las profesoras no tardan en llegar y ver el espectáculo. Layla se va con la muchedumbre que espantan y mandan a clase y las profesoras se acercan a ayudarme.

×××××

Holaaa!!! Lili aquí 🌷
Sus peticiones son órdenes y aquí les voy a traer un pequeño maratón de tres capítulos!!
Gracias por comentar y darle apoyo a la historia, mucha gente comenta pero yo soy muy mala guardando secretos, así que no quiero desvelar nada importante y prefiero no contestar jsjsjsja, así que no los ignoro, solo intento no desvelar nada.

Es un mini maratón porque ustedes se lo merecen, pero como imaginarán la historia está llegando a su fin y no quedan muchos capítulos.

¿Layla se pasó? ¿Jane tomó la decisión correcta al salirse del plan?

Espero estén disfrutando y no paren de leer!!!

Pequeñas lecciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora