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Christian.

—Venga Sadie deja que te peine, tienes el cabello hecho un desastre.

Sadie refunfuña y se aleja de mi. No hemos tenido una buena mañana. Sadie al parecer no durmió bien y tiene un humor de perros y no quiere nada conmigo, ni con nadie.

La pobre está con los ojos llorosos y aún con el pijama dando vueltas por toda la habitación sin mi permiso alejándose de mi.

—¿Quieres ver Robin Hood? Te encanta esa peli.
—¡No!—dice fuerte y creo que jamás le había escuchado hablar tan fuerte.

Cuándo por fin después de perseguirla, por al menos 12 minutos, la logro tener en brazos, ella se retuerce e intenta bajarse de mis brazos.

Y temía que este día llegase. No todos los días son buenos, y hay que aprender a lidiar con ellos. Así que, yo en vez de enfadarme, tomo aire e intento calmarla en mis brazos acunandola de lado a lado y dándole suaves golpes en el pecho, además de tararearle una canción suave.

Ella sigue llorando pero ya no se mueve. Sólo tiene apoyada su cabeza en mi hombro y llora y se queja. Yo decido desistir del tema del pelo y me siento en la mesedora con ella en brazos y tras acomodarla y que apoyase su cara en mi pecho sigo cantándole.

Ella al poco tiempo se queda dormida y a pesar de que cayó como un tronco, no me voy. Decido quedarme y pensar. Entre esas cosas es que Sadie ha pasado por mucho. Y sé que piensa muchas cosas, que nunca dice y que antes o después se hacen notar, pero ella no dice nada. Sigue tan hermética como el primer día.

Es abierta en mucho aspectos, y hay que admitir que me deja hacer muchas cosas por ella, y ciertas cosas que hacemos juntos le hacen feliz y me lo demuestra. Pero, en ciertas cosas, es imposible sacarle una palabra. Y he pensado que todo va relacionado con su cumpleaños dentro de cuatro días. Lleva este humor desde que le dije que haríamos una fiesta.

Y sinceramente no sé qué hacer con esa información. Cancelar la fiesta es una idea que me pasa por la cabeza, pero la elimino rápidamente. No solamente porque ya compramos todo, sino porque ella se lo merece, además le pensaba presentar a varias familias que tienen una vida parecida a la nuestra.

Mis pensamientos se ven interrumpidos cuando Mary, el ama de llaves, me llama desesperada desde el piso de abajo. Dejo suavemente a Sadie en la cuna y bajo corriendo aora encontrarme la cocina inundada de agua.

—Señor, yo fui a hacer la compra y al volver me consigo con este panorama, yo eh...—me dice nerviosa
—No te preocupes Mary, llamaré al seguro, nada de esto es tu culpa, vete a casa por favor.

××××

Tres horas después de que el seguro observase el estado de mi casa, me informan que un tubo por debajo del piso se reventó. Y que habría que remodelar la cocina y cambiar el piso. Lo que llevaría semanas. Pienso directamente en Sadie. Ahora si tendría que cancelar la fiesta definitivamente.

Pero se me ocurre algo, y llamo a Gilbert.

Tras saludarle decido ir al grano y contarle lo de la cocina.

—Pues vénganse a dormir a mi casa sin problema, el polvo de las obras no le hacen bien a nadie.

Yo niego rotundamente.

—Solo te pido hacer la fiesta de Sadie en tu casa, ella se lo merece. Dormiremos en hotel mientras tanto.
—Como quieras hermanito—me responde él—en mi casa ustedes tres siempre serán bienvenidos.

Tras hablar un poco más, cuelgo la llamada y de inmediato subo a hacer las maletas con todo lo que podamos necesitar estas semanas y me encargo de llamar a un hotel a ver si aceptan una reservación con urgencia, que por suerte consigo.

××××

Mía

—¿Vas a ir a la fiesta de Sadie?—le pregunto a Sabrina mientras comemos el almuerzo.
—No creo, no me invitó nadie. Mi representante si que va—explica con simpleza.
—Seguro que podrás ir, ya no eres amiga de Layla—digo yo.
—Tal vez. Pero hablaré con mi representante a ver si hay cambios.
—Esperemos que no—dice Olivia en un tono nada usual en ella.

Desde que Sabrina se había unido a nuestro grupo, Olivia parecía enojada.

—Olivia, ¿Podemos hablar en privado un segundo?—ella asiente y nos vamos a un lado de la cafetería—¿Se puede saber que te ocurre?
—¿A que te refieres?
—A está actitud tan grosera con Sabrina.
—No me cae bien. Además, te veo muy unida a ella últimamente.

Y allí caigo en cuenta que es que está preocupando por nuestra amistad.

—Estamos algo más juntas porque vamos a la misma clase, pero tú sigues siendo mi mejor amiga. Eso no lo dudes—le digo con un tono cariñoso.
—¿En serio?—yo asiento con una sonrisa. Quiero mucho a Olivia, no pienso dejar de ser su amiga—. Vale. Pues ya que hablamos del tema...—dice en un tono más bajo y yo frunzo el ceño—¿No te parece sospechoso como ahora quiere ser tu amiga después de haberte hecho aquel desplante?

Yo niego.

—No conocía a nadie. No la culpo. Pero tranquila, que ya está más que perdonada, pero yo no olvidó, si esa es tu preocupación.
—No sé... Algo me dice que no es de fiar.
—Livi, sé que haz pasado por cosas y que tú pasado así te lo pedía, pero no creo que nada malo vaya a pasar.
—Sigo sin fiarme ni un pelo de ella, pero si lo que quieres es que la trate mejor, lo intentaré, te lo prometo.

Yo le doy un abrazo y nos vamos a la mesa con Sabrina de nuevo, que ya había acabado de comer.

×××××

Olivia

Al salir de clase recogen de primero a Mía que tenía que irse a clases de piano, y así me quedo yo sola esperando a que alguno de mis papis vengan a por mí.

Hasta que alguien se me pone enfrente: es Sabrina.

—Hola—me dice seca.
—Hola—le respondo de la manera más amable que puedo, pues le hice una promesa a Mia que no pienso romper.
—Ya sé que ni te caigo bien, ni te fijas de mi. Pero la verdad, me importa bastante poco, no quiero ser tu amiga, solo quiero ser amiga de Mía. Y como le digas diciendo cosas, o sembrando dudas que no existen, voy a decirle cosas de ti, que sé.
—¿Qué cosas?—digo firme pero nerviosa.
—De tu pasado.
—Ya lo sabe todo—digo más confiada.
—¿Ah sí? ¿Y toda la escuela sabe lo de tu madre biológica?

Me quedo callada, por lo que lla continua hablando.

—Así que, más te vale quedarte calladita si quieres que está información se mantenga en secreto. Y cuidadito de decirle esto a Mía, también podría ser uno de los motivo por los que toda la escuela se entere de tu pasado trágico y tétrico. Hasta luego, vinieron a por mí.

Yo me quedo petrificada mientras ella se sube en su coche y se va. Al poco tiempo vienen a por mí y nos vamos a casa.

×××××××

Hola amiguitos míos!!!

Espero que estén muy bien, aquí un capítulo algo más largo que espero que no les moleste.

Nos vemos la semana que viene, ¿Se esperaban ese giro? ¿Es actitud de Sabrina? ¿Creen que dice la verdad?

Les iba a preguntar si querían que hiciera un Q&A, pueden preguntarme lo que sea de la historia y de mi vida :)

Lili 💖

Pequeñas lecciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora