Maratón 3/7
Entro en el salón de clase y me siento detrás de Stelle. A lo que ella se voltea rápidamente. Aprovechando que la profesora de que la profesora de cuarta hora venga y que Layla en el cambio de clase ha tenido que ir al baño.—No vino—dice ella inmediatamente observando a su alrededor.
—Lo sé, ella nunca falta—agrego yo.Hablábamos de Mía. Es lunes y ella no apareció. Que no hable con Mía en el instituto porque no quiero ningún enfrentamiento con Layla, no significa que no me importe.
Y el poco tiempo que llevo aquí, me ha hecho unirme tanto a ella y conocerla bastante bien como para saber que ella jamás faltaría a un día de instituto a menos que sea algo muy extraordinario. Lo cual nunca pasa.
—¿Eric te dijo algo?—le pregunto a Stelle.
—No, nada. Imagino que Chase a ti tampoco.
—¿Que murmuran que no me cuentan?—dice Layla sentándose a una mesa a nuestro lado.Stelle me mira y yo a ella. Y dudamos si decirle la verdad o no.
—¿Y entonces?—presiona ella—¿No piensan decirme nada?
—Solo comentábamos que Mía no vino hoy a clase—dice finalmente Stelle.Layla bufa.
Ya sé por dónde va todo esto...—dice la voz de mi cabeza.
—¿Y a ustedes que les importa?—dice ella brusca.
—Solo lo comentábamos—digo tratando de calmarla.
—Ni que fuera su amiga, además, así no habrá nadie molesta hoy en clase—vuelve a bufar y nuestra conversación es cortada cuando entra la profesora de biología—. Si es insoportable...—murmura acomodándose en su silla.Yo aparto la mirada y voy buscando los deberes que había mandado la profesora, que empieza a pedir por filas.
Me enfada que diga esos comentarios, pero porque no muevo mis labios y digo algo ¿Por qué? Lo intento. De verdad me gustaría decirle todo lo que pienso acerca de ella y que ella se dé cuenta que ella no es ningún ángel.
××××××
—Tu profesora de violín me acaba de cancelar la clase, le ha surgido una emergencia familiar—me comenta Chase mientras me lleva al instituto. Yo le miró, mientras él me observa por el espejo retrovisor.
—¿Qué le ha pasado?—pregunto sacando tema de conversación.
—Su hijo se ha doblado el tobillo en su práctica de fútbol—dice sin más.
—Pues si vuelves hablar con ella, déjale saber que espero que se mejore—le digo y él me sonríe.El trayecto sigue en silencio hasta que se estaciona enfrente del instituto para dejarme.
—Que tengas un bonito día—me dice—, recuerda que hoy llegaré un poquito más tarde, que tengo una reunión con un posible vendedor—yo asiento—. Por cierto, si ves a Mía, habla con ella, sé que estuvo enferma todo el fin de semana.
—¿Qué?—digo preocupada.
—No sé más cielo, iba a hablar con Gilbert el fin de semana acerca de este vendedor, y no pudimos porque me dijo eso.
—Hablaré con ella—le digo.Tras despedirnos, cojo mi mochila y me bajo del auto.
¿Enferma? Yo pensé que Mía era inmortal.
Apenas entro en el centro la veo en el mismo banco de siempre luciendo como siempre, está sentada, leyendo, con su impecable uniforme, y sus rizos pelirrojos cayendo por sus hombros.
Ella levanta la mirada y al verme me sonríe.
Yo sin dudarlo me acerco a ella y le doy un abrazo.
—¿Y eso por qué fue?—dice feliz.
—Hiciste falta ayer.
—Ya bueno, he estado algo enferma pero ya estoy bien.Yo estoy apunto de decir algo hasta que alguien se para a nuestro lado.
—Ah—dice en tono de desprecio y al verla es como no, Layla—. Pensé que hablabas con alguien más importante, vamos.
Yo suspiro y sin más Layla me tira y empezamos a caminar para ir dentro de clase.
—Ya sé que hablas con ella por compromiso a alguien que es nulo en tu vida, pero deberías poner en prioridad a tus amigas—comenta y yo sin mirarla la ignoro—. A la tonta de Sadie cada vez la tienen más mimada, ahora usa chupete y bebe de un biberón, además de usar la sillita esa.
—Pensé que estabas feliz de que Christian no te hiciera caso—comento confusa ,ya que eso fue lo que me dijo ayer.
—Y lo estaba, pero empiezo a preocuparme por ella, parece gustarle.
—¿Y a ti que?—le digo yo.
—Lleva poco con él y parece disfrutar, yo llevo más tiempo que ella y sigo odiandolo con mi alma.Cuando entramos Stelle ya está sentada en su sitio de siempre haciendo un par de anotaciones en su cuaderno.
Nos sentamos alrededor de ella y ella sigue aún anotando.
—¿Hola?—dice Layla como indignada.
Yo volteo mis ojos y trato de no hacerle caso.
Ella se voltea a verle.
—Se me han olvidado los deberes otra vez—se vuelve a voltear.
Layla bufa.
—Ni que fueran tan difíciles, Stelle.
—Déjala, Layla, a todos se nos complica algo—le digo yo y aunque me mira mal no continúa.La profesora no tarda en llegar y así iniciamos lo que sería otro día largo y aburrido.
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Holi! Espero les haya gustado este capítulo! Y nos vemos mañana amorcitos :)
Xoxo
Lili 🦋✨
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Pequeñas lecciones.
ChickLitSeis chicas. Una escuela. Cinco chicos. Reglas que seguir. Muchas describen este mundo como un infierno o un paraíso. Y tendrán muchas lecciones por aprender. Nota: Hello :) Antes de que te pongas a leer, vengo a aclarar ciertos aspectos de la histo...