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Narra: desconocid@

Maratón 7/7

       —¿¡Eres tonta!? O simplemente, ¿¡Te haces!?—me grita ella—. Ahora que lo pienso, fue buena idea haberte sacado del colegio. Ahí no pintabas nada. Eres muy tonta como para ahí—una lágrima corre por mi mejilla y no puedo creer que siga siendo tan cruel—. Ahora deja de llorar, y ve a hacerme un buen sándwich—me da un empujón devolviéndome a la cocina.

  ¿A esa es a la mujer que yo llamo madre?

  Ya quisiera responder que no. Pero temo que si. Cómo quisiera que mi padre estuviera aquí. Él era el único que me defendía, pero obviamente consiguió un lugar mejor que esta pocilga a la que llamo casa.

  Cuando ella por fin queda conforme con su sándwich, se queda viendo la televisión y yo decido irme a mi habitación. Al menos, mi padre pudo comprarme una cama antes de irse, o si no la diabla que tengo por madre me haría dormir en el jardín.

  ¿Y si me voy? Muy muy lejos, en donde nadie me grite, y pueda estar en paz. Trabajaré de lo que sea, pero nada puede ser peor que esto.

  La decisión estaba hecha. Mañana por la mañana haría mi mochila con un par de mudas de ropa, un poco de dinero que le tomaré a mamá y un par de latas de comida y cosas útiles que encuentre por casa. Así cuando mamá vuelva de su trabajo, lo encontrará a nadie y yo seré libre como un pequeño pajarito.

  Y así ejecuté mi plan. Por la mañana mi mamá me despertó con ese cariño que le caracteriza (dándome un empujón que casi hace que caiga de la cama), y tras pedirme a gritos que le hiciera algo de comer que ella debía verse bien para ir a trabajar. Le prepare un par de huevos con tostadas, tratando de pasar lo más desapercibida posible en mi actitud.

  Después de todo, no quería levantar sospechas.

  Así que cuando ella comió, me ordeno lo que supuestamente debería hacer cuando ella no esté, y con su dicha amenaza en caso de que no hiciera nada de la forma que ella quería, se fue.

  Sería hoy su última amenaza y no lo sabía.

  Hice la mochila. Y coloqué dentro de un libro una foto mía y de papá. Él era al único humano al que me alegraría ver.

  Tenía pensado solo coger un par de billetes que me alcanzarán para irme en bus, pero terminé por agarrar todos y cada uno de los billetes.

  Esta señora me ha hecho la vida imposible desde que empecé a caminar. Es hora de que empiece a pagar por sus actos.

  Sentiría un poco de remordimiento, pero si ella no lo siente tras haberme torturado todos estos años, yo tampoco tendría porque sentirlo.

  Buscaría un buen hogar, uno en el que pudiera volver a estudiar. La tonta de mi madre decidió sacarme ya que yo levantaba muchas sospechas al respecto de todo lo que ella me hacía en casa. Así que, me obligó a limpiar todos los desastres que hacía y obedecerle en todo. Y ya estaba harta.

  Y ya que siempre le mentía a servicios sociales acerca de su crianza y me obligaba a mí también a decir que todo estaba bien o me encerraria en el sótano sin comer, solo me quedaba fingir, así que la única ayuda que podría tener, me la quito también esto es lo último que me queda para empezar a vivir.

  Y así sin más, decidí salir de casa. Adiós hija de la gran puta, ahora ve a ver a quién le pides que te prepare tu tonto sándwich con la suficiente mostaza.

  Mientras me montaba en el bus, no sentía nada de miedo. Creo que eso ya lo había pasado con mi madre.

  Y después de un par de horas en él, y que el conductor me informara que esta sería la última parada y la más lejana, i al menos por hoy, por lo que decido bajarme.

  Todo esta oscuro y la estación está vacía. Ahora sí sentía miedo. Mi madre ya debió de llegar a casa hace mucho y darse cuenta que yo, su dinero y muchas pertenencias valiosas y no valiosas ya no estaban en casa. Y eso significaba que ya no había vuelta atrás.

  Pedí algo de comer en la cafetería, y al terminar salí  y me senté en el bordillo de la calle a pensar. Podría esperar aquí hasta mañana y montarme en el siguiente bus, e ir más lejos aún. Mientras más lejos, mejor.

  Las calles estaban solas y eso me aterraba, pero seguía pensando que esto era lo mejor.

  Hasta que empiezo a notar un par de movimientos raros detrás de mí, y cuando quiero irme ya es demasiado tarde. Alguien me toma y tras no poder quitar mi caras el trapo caigo en sus brazos inconsciente.

××××××

Hola! SOY HORRIBLE HACIENDO MARATONES, LO SÉ.

No lo hice a propósito. La verdad es que, por eso actualizo los fines de semana, ya que entre semana se me complica por la escuela, y aunque esta semana en teoría la debía de tener libre porque era la entrega de notas, mis profesores no me lo hicieron fácil y mandaban trabajos para subir la nota,  bla bla bla...

Pero aquí les subo todos los capítulos que les debía y ya volvemos a la programación normal.

Quería agradecer por tanto apoyo, estamos a nada de llegar a los 2k, y estoy feliz de que mucha gente se una a esta pequeña familia. Muchas gracias por escoger pequeñas lecciones para leer.

En fin, les dejo a continuación el siguiente capítulo que no tiene nada que ver pero me gustaría que lo leyeran para hacer amigos :)

Xoxo
Lili 🦋✨

Pequeñas lecciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora