Pequeñas lecciones.

26

  Me bajo del coche de Eric tras despedirme de él y me dirijo al patio.

  Debo mencionar que desde que le dije a Eric, papi, parece un Eric nuevo. Aunque me da mucho corte aún decirle esa palabra, debo admitir que también causó un cambio en mi, me hace sentir más unida a él.

  Ya en el patio me siento debajo del árbol sola. Me parece raro que Layla no haya llegado, Christian la suele dejar bastante temprano siempre.

  Poco tardo en ver a Jane que se baja del auto de Chase y acercarse a mi.

  Se acerca con una sonrisa lo que me hace saber que ella también tiene algo que contar.

       —Hola—dice ella sentándose a mi lado.
       —¿Y esa sonrisa?—le digo pícara.

  Ella se ríe bajito.

       —Pues verás, ayer tuve un momento con Chase...—se sonroja—... Sabes que nunca hemos tenido una relación muy unida—asiento—, pues ayer me sorprendió y armamos un mueble.

  Yo borro mi sonrisa de mi cara. Siendo honesta me esperaba algo muy distinto.

       —¿Un mueble?—digo sin creerlo.
       —¡Si!—dice animada—. Pensó en mí, al ver que tenía todo tirado en la habitación, y lo armamos juntos. Y no fue nada incómodo, me contaba cosas el trabajo, y yo del instituto, reíamos, y luego...—se calla dando unas risitas.

  Ahora mi sonrisa vuelve. Tal vez para mí sea una ridiculez, pero para Jane, esto significa un avance significativo en su relación y debo alegrarme por ella. Entiendo lo difícil que es tratar de ir aceptando dónde estás, y llevarte bien con tu secuestrador.

       —¿Luego que?—le insisto al ver que se calla. Ella vuelve a reírse.
       —Pues me ayudó a poner las cosas en las repisas de la estantería, cenamos y nos pusimos a ver una película en la sala, y al parecer me quedé dormida y hoy desperté no en mi cama, ¡Si no en la de él!—dice emocionada y yo aplaudo por ella.

  No piensen mal, solo se duerme. Pero eso es un gran paso. Cuando alguno de ellos te deja dormir en su cama, es ya la muestra de que están más que cómodos y felices contigo, y que ellos ya te ven feliz, o al menos intentando aceptándolo.

  Yo también me puse feliz, Mía también, y ahora Jane. Layla nunca ha dormido en la cama de Christian, o al menos eso nos dijo, ya que Christian sabe que lo afixiaria con la almohada.

  Fuera de bromas, Christian y Layla tienen una relación complicada y creo que por eso él decide mantenerse a raya con Layla, y lo entiendo, es una mujer complicada.

  Después de felicitarla, decido contar lo mío algo nerviosa.

       —Yo...—digo nerviosa. Esto no se lo contaría a Layla, ni de coña, me mataría.
       —¿Qué hiciste pillina?—dice divertida.
       —Llamé a Eric papi—suelto de la nada esperando una cara de decepción, o alguna crítica pero lo que sale de la tímida Jane me sorprende: Un gritito emocionado, seguido de un abrazo.
       —¡Eso es genial! ¿Cómo se lo tomó él?—pregunta soltandome.
       —Ha estado como de mejor ánimo, le cayó muy bien que le dijera así, pero creo que no tengo el valor para llamarle así de nuevo—confieso.

  Jane me da una cara de indignación.

       —¿Por qué?—dice en el mismo modo.
       —Me da algo de corte—digo con vergüenza.
       —¡Hazlo! Ya rompiste esa barrera, arriésgate, ya ves que a él le gustó, y si te hace tener una mejor relación con él, hazlo.

  Pienso que tiene mucha razón y decido hacerle caso. Si yo me siento bien diciéndole así, y a él le gusta, no veo porque no.

  Cuando estoy a punto de decirle algo más, suena la campana y entramos a clase. Estoy sorprendida de que Layla no haya llegado aún, siempre es la primera en llegar.

  Nos sentamos en nuestros sitios a esperar la clase, que empezará dentro de poco, y así vemos entrar a una Layla furiosa por la puerta de clase.

  Jane y yo intercambiamos miradas de que se avecina un drama y nada más al sentarse en su sitio delante de mí, se voltea a hablar con nosotras.

       —No adivinarán nunca que hizo Christian—dice yendo al grano. ¿Y los buenos días?

  Tanto Stelle como yo levantamos los hombros y ella bufa.

       —Contrató una niñera para la tonta de Sadie y para mí—dice indignada.
       —¿Y cuál es el problema?—dice Jane. Gracias por preguntar Jane, yo tampoco le veía nada de malo.
       —¿Qué cual es el problema?—dice en el mismo tono—Soy bastante mayor para tener niñera, por si no lo habías notado, y lo bastante mayor como para que alguien me cuide—vuelve a gruñir como por quinta vez desde que se sentó—. Y además de eso, llego tarde a clase porque la tonta niñera iba a llegar hoy y me estaba presentando a mi, como a la tonta esa.

  Cuando se distrae sacando su libreta y el libro de ciencias naturales, yo volteo mis ojos. Siempre es así.

      —En fin—se vuelve a voltear aparentemente más tranquila—¿Van a ir a la fiesta de Hugo?—pregunta.
       —Si—dice Jane—. Es otra fiesta de presentación, ya veremos de qué se trata.
       —Tal vez otra persona vaya a vivir con Layla—digo como broma para aligerar el ambiente incómodo que trajo Layla al contar de una forma irritante su historia.

  Me gustaría sentir lástima por ella, entiendo que no le gusta, pero es difícil cuando hace estás cosas irritantes.

  Jane se ríe de mí broma mientras que Layla me dedica una sonrisa burlona y sarcástica. ¿Ven a lo que me refiero? Su actitud...

  Ella se nota que quiere decirme algo, pero cuando la profesora hace acto de presencia, ella se voltea y empieza la clase.

××××××

  Cuando sale mi nombre de los parlantes, yo tomo mi mochila y me levanto de debajo del árbol y camino lo más rápido que puedo a la rotonda en donde el auto de Eric me espera.

  Abro la puerta y me subo saludándole.

       —Hola papi—y a través del espejo retrovisor soy capaz de ver como le brillan los ojos con ese apodo.
       —Hola princesa, ¿Qué tal todo hoy?

××××××

Hola! ¿Qué tal están? Yo es que estoy flipando!!!! Tenemos 3k. 3K!!!!

Por eso subo este capítulo un lunes, porque estoy super feliz y emocionada :')

Muchas gracias, no saben lo agradecida que estoy con cada uno de ustedes que leen y votan en mi historia, muchísimas gracias!!!

Espero les haya gustado este capítulo, y nos vemos el sábado!

Xoxo

Lili 🦋✨