Montaña

316 35 13
                                    

Irene estaba en la cocina poniendo las últimas cosas en la bolsa cuando llegó Tamara.

-¿Quieres ayuda, amor? - Dijo Tamara.

-No es necesario, ya terminé.

-¿Vamos entonces?

-Vámonos. – besó a Tamara.

Subieron al coche y salieron.

-Amor, ¿de verdad fue una buena idea irse antes de que los niños se despertaran? - Preguntó Irene.

-Amor, ya hablamos de esto. Si tuviéramos que esperar, terminarían retrasándonos o dejaríamos de ir.

-Sí tienes razón. - dijo Irene y miró por la ventana.

-Amor, no seas así. - Tamara tomó la mano de Irene - Son solo dos días. Estarán bien.

-Sé que lo harán. Pero, es que...

-¿Qué?

-Me siento irresponsable al dejar a mis hijos e estar a solas con mi esposa.

-Exactamente, esposa. - dijo Tamara - No estás haciendo nada malo, amor. Estamos casadas, tenemos derecho.

-Pero, habíamos acordado que el viaje sería solo cuando Ruth tuviera tres años.

-Amor, tenemos que estar solas un rato. ¿Recuerdas lo que dijo la terapeuta?

-Que necesitamos fortalecer nuestra relación como pareja para mantener el matrimonio y ayudar a nuestros hijos.

-Pues entonces. Eso es lo que estamos haciendo. Eso es para ellos también, piensa así.

-Está bien, me voy a relajar.

-Ven aquí y dame un beso. - Tamara tomó a Irene de la mano - Te amo.

-Te amo. – Besó a Tamara - Ahora presta atención a la carretera.

Cuando llegaron a casa, guardaron todo y salieron al patio para admirar el paisaje.

-Qué delicioso lugar. - dijo Irene, abrazando a Tamara por detrás - Me encantó.

-Sabía que te gustaría, mi amor. - Tamara tomó las manos de Irene - Ya es nuestra.

-¿Cómo es eso: "nuestra"? - Preguntó Irene.

-Nuestra. - sacó una llave de su bolsillo y se la entregó a Irene - Podemos venir cuando queramos.

-Amor - Irene hizo que Tamara se volviera hacia ella - ¿Qué significa esto?

-¿No puedo darle un regalo a mi esposa? - besó a Irene - Tu regalo anticipado de Navidad.

-Amor, dijiste que lo alquilabas. Incluso firmé el...

-Sí, firmaste el contrato de compra. Es todo suyo.

-¿Me engañaste, amor? - palmeó a Tamara - No lo creo.

-Te engañé, por una gran razón. - se rió Tamara - ¿Te vas a enfadar por esto?

-No. - besó a Tamara - No puedo estar enojada contigo. Es uno de los mejores regalos que he ganado. Gracias, amor.

-De nada, vida mía. - besó a Irene - Pensé que te gustaría tener un rincón propio para escribir tu libro.

-Es perfecto, vida. - besó a Tamara - Pero hoy no quiero estar sola aquí.

-¿Estás segura? - se rió Tamara - Si quieres me iré.

- No te atrevas a hacer esto. - besó a Tamara - Te mimaré, porque esto es lo que te mereces.

-¿Podemos empezar esta sesión de mimos entonces? - besó a Irene - Lo necesito.

Fly con vos (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora