Devastadas

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El otro día, por la mañana, Irene y Tamara iban a grabar cuando recibieron una llamada.

-Si Puedes hablar. ¿Qué? ¿Dónde? Bien, gracias por hacérmelo saber. Nos vamos ahora.

-¿Qué es amor?

-Irene, siéntate aquí.

-Ih... he visto que no es algo bueno. - se sentó en el sofá - Puedes hablar.

-Era del refugio. - Los ojos de Irene se abrieron - Alex...

-¿Qué le pasó a mi hijo? - gritó Irene, levantándose.

-Calma amor. - Tamara abrazó a Irene, tratando de calmarla.

-Habla, Tam. - Irene comenzó a llorar - ¡Por favor!

-Respira, amor. - sentó Irene en el sofá y tomó sus manos - Te lo diré. Pero trata de controlarte.

-¿Cómo me controlaré? Algo le sucedió a mi hijo y no me dices qué es.

-Ni siquiera he hablado y ya has cambiado. - abrazó a Irene - Cálmate, por favor. - Ella le acarició el pello mientras hablaba con cuidado - Alex está en el hospital - dijo con voz ahogada, mientras Irene lloraba descontroladamente en su hombro - Todavía no saben qué es y nos pidieron que fuéramos allí.

-¿Y por qué me hiciste perder tiempo? - dijo Irene, tratando de liberarse de los brazos de Tamara - ¡Vamos ahora!

-Irene- dijo Tamara llorando y tratando de abrazarla - escúchame, por favor.

-¿¡Escucha qué!? ¡Suéltame! ¡Si no lo haces, lo haré!

-¡No te dejaré ir así! - gritó Tamara, haciendo que Irene se sobresaltara y la mirara - ¡Solo ve cuando estés más tranquila!

-Disculpa, amor. - abrazó Tamara, llorando - Tienes razón.

-Lo siento, no debería haberte dicho eso... - dijo Tamara llorando.

Lloraron abrazadas por un rato, hasta que Tamara dijo:

-¿Me perdonas amor? - hizo que Irene la mirara - No quería gritarte.

-No tienes que pedirme perdón, amor. - besó Tamara - También perdí el control.

-Perdí la cabeza, estoy muy nerviosa. Yo nunca hice eso. Me siento terrible.

-Bebé, grité también, las dos estamos nerviosas. Ven, tomemos un tranquilizante. - Se levantó y le extendió la mano a Tamara - De esa manera no podemos ir a ver a nuestro hijo.

-Eso es lo que intentaba decirte. - dijo Tamara, levantándose.

-Yo sé amor. No tienes la culpa, ¿de acuerdo? – Besó Tamara - Te perdono. ¿Me perdonas por ser una gilipollas también?

-Yo ti perdono, amor. - besó a Irene - Siempre. Y no eres una gilipollas. Es un poco cabeza dura a veces.

-Si soy. - besó Tamara - Ahora vamos, nuestro hijo nos necesita.

Tomaron el tranquilizante y fueron al hospital. En el camino, le dijeron a la producción que no podían grabar. Cuando llegaron al hospital, fueron directamente a la habitación de Alex que estaba con la directora. Ella se fue y dejó a las dos con él.

-Hola, pequeño. - dijo Irene

-Hola tías. Quiero salir de aquí.

-Oh, mi amor - dijo Tamara - Necesitas ser muy fuerte para poder irte, ¿de acuerdo?

-Estoy fuerte, tía. Al igual que Superman.

-Es si. Estará bien rápidamente.

El doctor entró en la habitación.

Fly con vos (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora