Compromiso

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En el otro día, por la mañana, Tamara se despertó abrazando a Irene. Recordó que tendría un día ajetreado, pero solo tener a Irene con ella hizo que todo fuera más liviano. Acarició su cuerpo, dejándole algunos besos y luego la besó en la boca.

-Buen día, amor. - dijo Irene con los ojos cerrados y con voz somnolienta.

-Buenos días mi vida. - besó a Irene.

-¿Puedo dormir solo cinco minutos más? – abrazó a Tamara.

-Puedes, amor. - Besó la frente de Irene.

Irene durmió y, poco después, se despertó asustada.

-Amor, ¿cómo me dejaste hacer eso?

-¿Eso qué, amor? - Preguntó Tamara.

-Dormir más.

-¿Qué hay de malo en eso, Irene?

-Estamos desnudas. ¿Y si Alex entra aquí y nos ve?

-Me invento una excusa. - se rió Tamara - ¿Me vas a decir que no te gusta estar así?

-Al contrario, me gusta demasiado. - besó a Tamara - Con solo recordar lo que hicimos esta noche, me pone caliente.

-Y casi nos olvidamos de cerrar la puerta. - besó a Irene - ¿Ves? Podría haber sido peor.

-Ni siquiera bromees. No creo que tendría el valor de volver a hacer el amor si él lo hubiera visto.

-¡Exagerada! – Besó a Irene - Podrías quedarte solo una noche sin. O ni siquiera eso.

-Exagerada eres tú. ¿Crees que no puedo resistir a tus encantos?

-¿Puedes hacerlo? - Tamara la miró sonriendo.

-No. – Besó a Tamara - Vámonos antes de que pierda la cabeza.

-¡Guapa! - besó a Irene.

Se vistieron y fueron al cuarto de los niños.

-Buenos días, mamás.

-¡Buenos días hijo! - Dijo Tamara.

-Buenos días, gatito. - dijo Irene.

-¿Voy a ir a la playa de nuevo hoy? - Preguntó Alex.

-Sí. - dijo Tamara - Pero, solo con mamá Irene y Gaia porque tengo que ir a trabajar.

-Qué lástima, mamá. - Alex abrazó a Tamara - Quería que jugaras conmigo.

-Mañana juego todo lo que quieras, ¿vale? - Tamara le dio un beso en la mejilla - lo prometo.

-Amor, ve con Alex a desayunar. - dijo Irene - Cuando Ruth despierte te encontraré allí.

Tamara vistió a Alex y salió de la habitación con él. Pasó por la habitación de Gaia y llamó a la puerta, pero ella no la abrió. Fue al restaurante y la llamó, pero ella no respondió. Cuando llegó Irene, Tamara dijo:

-Amor, ¿sabes dónde está Gaia?

-No. ¿No está en la habitación?

-Llamé a la puerta y no se abrió, la llamé y ella no respondió.

-Qué raro. Quizás esté en la ducha.

-¿Le dijiste que iba a necesitar ayuda esta mañana?

-Sí. Pasé todas las horas a ella.

-Desde ayer por la mañana no le he visto la cara. Se tomó el día libre muy en serio, ni siquiera dijo hola.

-Cálmate, Tam. Ella aparecerá, no te preocupes.

Fly con vos (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora