Entrelazadas

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Los tres se quedaron en la cama y durmieron algunas horas. Cuando Ruth lloró, Irene fue a amamantarla y Tamara se sentó a su lado en el sofá.

-No tenías que levantarte, amor. - dijo Irene

-Pero me encanta ese momento. - abrazó a Irene - Yo también lo extrañé.

-Pronto podrás sentir un poco de esta experiencia. - besó a Tamara - Mamá Tam.

-Si todo va bien, sí. ¿Qué día te darán la respuesta?

-Me llamaron ayer.

-¿Y no dijiste nada?

-Lo digo ahora. Pasé la prueba.

-Felicidades mi amor. - besó a Irene - Sabía que podía hacerlo.

-Gracias amor. Sin su apoyo, no hubiera aceptado la invitación.

-Te mereces todo. - besó a Irene - Tenemos que celebrarlo.

-¿Cómo estoy pensando?

-De todas las formas posibles. - susurró al oído de Irene - Solo estoy esperando que estemos solas.

-Amooor... No digas eso.

-¿Madres? - Dijo Alex.

-Hola, hijo. - Dijo Tamara, poniéndose de pie y riéndose de la cara asustada de Irene.

-¿Ya es de noche?

-Todavía no, hijo. ¿Por qué?

-Porque la abuela dijo que me llevaría a su casa por la noche.

-¿Es cierto? - Miró a Irene, con una cara dudosa.

-No sé de nada. - dijo Irene.

-Después hablaremos con la abuela, hijo. - dijo Tamara - ¿Quieres ver qué te trajo mami?

-¡Quiero! - Saltó sobre el regazo de Tamara.

-Hay muchos regalos. - Dijo Tamara, tomando la maleta - Cada uno de un país al que mamá fue.

-Gracias mamá. - abrazó a Tamara.

-De nada. Puede abrir.

-¡Mamá, mira! - le mostró a Irene.

-¿Ganaste todo esto?

-¡Sí, todo mío! - se volvió hacia Tamara - Mami, ¿y Ruth? ¿Ella no ganará?

-Sí Sí. Lo traje para ella también.

-Pero ella no puede abrirlo.

-Es cierto. Es bueno que ella tenga un hermano. ¿Puedes abrirlo para ella?

-Puedo. Yo sé.

-¡Eres muy inteligente! - besó su mejilla - ¡Lindo!

Después de abrir todos los regalos, salió corriendo para mostrar a María y Fernando lo que había ganado. Tamara e Irene bajaron con Ruth.

-¿Puedo llevar a mi nieta un poco?- Preguntó Fernando.

-Claro que sí. - Dijo Irene, entregando a Ruth. - Ve con el abuelo, cariño.

Tamara e Irene fueron a hablar con María.

-Mamá, Alex dijo que le invitaste a quedar en tu casa. – dijo Irene.

- Sí, lo hice.

-No me dijiste nada.

-Subiste después del almuerzo, no había tiempo para hablar.

-Fui a cambiar el pañal de Ruth, nos acostamos un poco, llegó Alex y terminamos durmiendo. - dijo Tamara, abrazando a Irene.

-Me imaginaba cómo se sientes, así que invité a Alex a irse a casa. Difícil de tener tiempo para la intimidad, ¿verdad?

Fly con vos (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora