El día del viaje, Tamara estaba cerrando la maleta cuando llegó Irene.
-Tú y tu terquedad, amor. - dijo Irene - ¿De verdad no quieres ayuda?
-No. Ya terminé. - Besó a Irene - ¿Lista para ir?
-Creo que sí. Ni siquiera sé a dónde voy.
-Ansiosa. - besó Irene - En el aeropuerto te enteras.
-Vale.
-¿Has llamado a tu madre ya?
-Llamé. Pero quiere que vuelva a llamar cuando lleguemos, no sabemos dónde.
-Guapa. - se rió Tamara - ¿No te lo dijo entonces?
-¿Decir qué? - Irene se detuvo - Espera... ¿Ella lo sabe?
-Ella sabe. Preferí decirle para que no se preocupe tanto. Ella no puede tener emociones fuertes, como dijo el médico.
-Me gusta tanto la forma en que cuidas a mi madre. - besó a Tamara - Gracias.
-Tengo cuidado como si fuera mía y de la misma manera que me gustaría que cuidaran a mi madre cuando sea mayor.
-Va a ser. Le daremos todo el consuelo. Pero, todavía lleva tiempo, tu madre es joven.
-Ni tanto. Míranos. Con este juego ya llegamos a los 40.
-Y me siento muy bien. ¿Tú no?
-Sí. Me siento genial.
-Eso es lo que importa.
-Vámonos antes de perder el vuelo.
-No puedo perder el vuelo que va no sé a dónde.
-Tú sabrás.
Cuando llegaron al aeropuerto, Irene no podía creer el nombre del lugar que Tamara estaba vigilando.
-Amor, ¿no crees que exageraste un poquito en este regalo?
-No. Te lo mereces, nos lo merecemos.
-¿Una semana en este paraíso?
-Sólo nosotras dos. – Besó a Irene - Sin que nadie nos moleste.
-Es un sueño.
-Eso se hará realidad en unas horas. - se levantó y le dio una mano a Irene - ¿Lista para escapar conmigo a nuestra isla?
-Lista.
Subieron al avión. Tamara se sentó junto a la ventana e Irene al lado. Al cabo de un rato, Tamara se dio cuenta de que Irene estaba sudando y estaba pálida.
-Respira, amor. - dijo Tamara - Parece que nunca voló.
- Cada vez es diferente. Tengo miedo.
-Relájate. - le dio la mano a Irene - Estoy aquí.
Después de un rato, Irene soltó la mano de Tamara y se puso de pie, yendo al baño. Tamara esperó un rato, pero como Irene no volvía, decidió ir a buscarla. Vio que el baño estaba cerrado y no había ni rastro de Irene, por lo que llamó a la puerta.
-Irene, ¿estás ahí?
Irene no respondió y empezó a preocuparse. La azafata vio a Tamara y dijo:
-Esto está ocupado, ¿puedes ir al otro, por favor?
-¿Puedes decirme quién entró en esto? Es solo que mi esposa se levantó y aún no ha regresado.
-Era una señora rubia de ojos azules.
-Entonces por favor abre esa puerta. - respondió Tamara, nerviosa.
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Fly con vos (Español)
FanfictionComencé a escribir este Fic en un vuelo, por lo que literalmente apareció en las nubes. Este es un gran recordatorio para nunca perder la esperanza. Como dice la propia Tamara: si sucede algo malo, conviértalo en algo bueno. Entonces, ¡soñemos!