Al principio, Irene pensó que Tamara no quería, pero, dos segundos después, se dio cuenta de que Tamara no solo respondió al beso, sino que se llevó las manos a la cara y la acarició, tal como lo hizo hace años. Se besaron durante mucho tiempo, hasta que Irene decidió separarse, más por precaución que por voluntad. Abrió los ojos lentamente y vio que Tamara todavía estaba un poco aturdida por lo que había sucedido.
-Lo siento, no sé lo que me dio. - dijo Irene
-También no sé por qué lo hice.
- Hasta luego.
-Sí. Programemos hablar sobre la serie.
-Dame tu número... Para acordar la conversación, por supuesto.
-Sí, obviamente. Olvidé ese detalle. Dígame su número y lo escribiré y le enviaré un mensaje.
-Bien. Luego escríbelo.
-Listo. Hablamos. Adiós - Tamara salió del auto.
-¡Tamara! - Gritó Irene.
-¿Si? - Tamara regresó y se detuvo junto al auto nuevamente.
-Es que... fue genial verte de nuevo. - dijo Irene, avergonzada.
-También disfruté verte. - Miró a Irene a los ojos y sonrió - Mucho.
-Bueno, ahora me voy.
-Adiós.
-Adiós.
Irene enciende el auto y comenzó a arrancar. Tamara tomó valor y gritó:
-¡Irene!
-¿Qué? - Preguntó Irene, deteniendo el auto de inmediato.
-¿Quieres subir? - Dijo Tamara, analizando cómo cambió la cara de Irene.
-¿Puedo?
-Por supuesto. De esa manera podemos hablar mejor.
-Todo bien. Entonces detendré el auto.
-Puedes ponerlo en el garaje del edificio. Le pido al portero que lo abra.
-Si no es un problema para ti.
-Claro que no. - Tamara dijo eso y subió al auto.
Después de estacionar el auto, Tamara salió y esperó a Irene. Caminaron hacia el ascensor en silencio. Cuando entraron, Tamara no pudo evitarlo. Tomó a Irene, la empujó contra la pared del ascensor y la besó. Cuando el elevador llegó al piso, caminaron hacia la puerta del piso sin poder dejar de besarse. Tamara luchó para abrir la puerta y entraron, cayendo en el sofá, entre besos y caricias.
En este momento, nada más importaba y se amaron como si todavía fueran novias, sin vergüenza, sin medios, dejando de lado la incomodidad inicial de lo reencuentro. Además del sonido de los besos, solo los latidos de los corazones y los gemidos de placer se podían escuchar dentro de esas paredes. No se necesitaban palabras, los cuerpos hablaban y se entendían como si fueran uno. Aún respirando rápido, se besaron de nuevo. Luego se quedaran abrazadas, hasta que se recuperaron.
-Irene... Hace mucho tiempo que no me sentía tan bien.
-Sí, tampoco recuerdo la última vez que me sentí tan intensa.
-Tal vez sea una impresión, pero creo que nuestros cuerpos todavía se ajustan como solían hacerlo.
-Estoy segura de que sí. Es natural, fuimos formadas la una para la otra.
-Te amo desde entonces hasta hoy. - Dijo Tamara.
-Te amo, como si el tiempo se hubiera detenido. - dijo Irene
Se besaron de nuevo.
-¿Vamos a la cama? Es más cómoda.
-¿Me estás invitando a dormir contigo?
-Bueno, podemos dormir, sí. Pero, hay otras cosas que podemos hacer en la cama.
-¡Idiota!
Tamara se levantó y le echó una mano a Irene para que se levantara. Fueron al dormitorio.
-Qué frío hace aquí. - dijo Irene.
-Tienes dos opciones: saca una sudadera del armario o ven a dormir conmigo.
-Creo que preferiré el segundo.
Las dos se rieron y se acostaron en la cama, abrazándose.
-Es mucho mejor ahora. - dijo Irene
-¿Si? ¿Nada más falta?
-Bueno, podría mejorar un poco.
-¿Cómo?
-Así. - besó Tamara.
-Tengo la impresión de que, dentro de poco, ni siquiera necesitaremos esas mantas.
-Es correcto.
Se besaron y se quedaron abrazadas.
-¿Todavía tienes frío? - Preguntó Tamara.
-Definitivamente ya no tengo frío.
-Yo tampoco tengo frío, pero quiero mantenerte caliente toda la noche.
-También quiero que me caliente toda la noche. - besó Tamara.
Hicieron el amor varias veces esa noche, hasta que el cansancio golpeó y luego durmieron abrazándose hasta el día siguiente.

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Fly con vos (Español)
Fiksi PenggemarComencé a escribir este Fic en un vuelo, por lo que literalmente apareció en las nubes. Este es un gran recordatorio para nunca perder la esperanza. Como dice la propia Tamara: si sucede algo malo, conviértalo en algo bueno. Entonces, ¡soñemos!