Doble felicidad

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Tamara dormía tan tranquilamente que Irene la estuvo admirando un rato y se sobresaltó cuando Ruth llegó a la habitación.

-¡Mamá!

-Hija, no grites. - Irene se levantó de la cama - Mama Tam está durmiendo.

-Lo siento, mamá.

-Lo sientes, mi amor. - la recogió - ¿Qué quieres? Gritó a mamá ¿por qué?

-Alex no quiere prestarme su carrito.

-Voy a hablar con él.

Irene fue a la sala de estar.

-Hijo, ¿por qué no le prestas el cochecito a tu hermana?

-Ella no quiso prestarme su muñeca, mamá.

-Vosotros dos, prestad atención... - les miró bastante serio - Los hermanos tienen que compartirlo todo. Tienen que jugar juntos, sin peleas. Si se pelean por juguetes, los esconderé todos. ¿Me escuchas?

-Si mamá. - respondió Alex.

-Si mamá. - respondió Ruth.

-Entonces cambia los juguetes. - los dos estaban un poco aprensivos - Ahora, yo estoy ordenando.

Hicieron el cambio.

-Muy bien. Ahora voy a ver si mamá Tam se despertó, porque hoy vamos a dar un paseo. Te esperan una sorpresa.

-¿Sorpresa, mamá? ¿Qué es?

-Sorpresa es sorpresa, chico inteligente. - Irene apretó la mejilla de Alex - Pero solo podrán saber si se portan bien.

-De acuerdo mamá. - Dijo Alex.

-Estaré callada, mamá. - Dijo Ruth.

-Quiero ver.

Regresó a su habitación.

-Buenas tardes amor. - Dijo Tamara.

-¡Buenas tardes, hermosa mamá! - besó a Tamara - ¿Cómo te sientes?

-Demasiado perezosa para levantarse de esa cama. - Tamara se estiró - No creo que alguna vez me haya sentido tan somnolienta en mi vida.

-Mi bebé somnolienta. - besó a Tamara - Después del examen duermes más.

-Amor, ¿crees que realmente deberíamos decirle a todo el mundo hoy?

-Claro que sí amor. ¿Por qué no?

-No sé. Tengo miedo de la reacción de los niños.

-Amor, les encantará. - Pasó la mano sobre el vientre de Tamara - Dime, ¿quién no querrá a estas dos personitas?

-Amor, no me hagas esto. - Tamara empezó a llorar.

-Lo siento cariño. - dijo Irene y le dio a Tamara un beso en la frente - me olvido que estás sensible.

-Nunca lloré tanto.

-Es normal, amor. - acarició el rostro de Tamara - Solo que no quiero que llores de tristeza, ¿de acuerdo?

-¿Cómo voy a estar triste con todo este cariño? - tomó la mano de Irene y le dio un beso - Estoy muy feliz a tu lado.

-¿Ahora es mi turno de llorar? Me haces feliz, amor.

-Guapa. – Besó a Irene - Así no saldremos de casa hoy. Déjame levantarme.

Después de que todos estuvieron listos, subieron al auto y salieron. Irene conducía tan concentrada que Tamara no podía soportarlo y dijo:

Fly con vos (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora