Historias de Teyvat

Un trato

Paso un día entero mas para que ella por fin se mantuviera despierta y comiera por su cuenta. 

Y antes de responder mis preguntas me ofreció un trato esa misma mañana.

-Trabajare en tu funeraria y hare los quehaceres de la casa, a cambio te daré respuestas-

-Es una chica directa-menciono Paimon detrás de mi. El viajero y ella se quedaron cuidándola junto conmigo al final, por miedo de que la matara con mi negligencia.

-Creo que Mondstad seria un lugar mas ideal, las hermanas de la inglesa podrían sanarte-aseguro Aether

-No, quiero quedarme con Rex Lapis-firme como roca se planto delante de mi extendiendo su mano-Entiendo que mi información no vale una vida aquí, pero vale un mes, si pasado ese mes decides que mis servicios no lo valen me iré a Mondstad-

Me sentía intrigado por su seguridad, el conocimiento que tenia y lo desconocida que ella resultaba incluso para el viajero, la resolución de sus palabras me decía que su tiempo inconsciente no lo tuvo en vano.

Tome su mano y cerré el trato

-Un mes y después tendrás que irte-

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Finalmente mis pies estaban en piso seguro y eso me alivio, con los conocimientos de este hombre y el acceso a su biblioteca podría saber como llegue aquí, e incluso si me despedía en un mes podría seguir mi búsqueda en Mondstad.

Suspire aliviada y los inste a sentarse en la mesa conmigo. Ahí les conté una historia bien preparada, dije todos mis conocimientos que había adquirido gracias al juego sin mencionar una palabra del juego claro, me excuse con el asunto de mi falta de recuerdos y que los poco que guardaba estaban escasos.

Parecían satisfechos después de una preguntas de las cuales solo pude responder la mitad y una vez que se fue Aether con la promesa de volver en unos días Rex Lapis me llevo con el a la funeraria que estaba en el piso de abajo.

-Aun sigo impresionado con como puedes saber tanto de nosotros y de otras personas que conocemos-dijo mientras bajábamos las escaleras-Atenderás a las personas que llegan y espero seas mejor que yo dando consuelo, sobre las tareas de la casa solo te atenderás a ti misma-

Asentí mostrándome gustosa y me senté detrás del mostrador.