Rosa Pastel

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-Thoma-

-¿Si señor?-

-¿Has hablado con la señorita Ginebra?-

-Claro, éramos vecinos cuando vivía en Mondstadt-

Eso me sorprende al oírlo, claro que sabia que venia de Mondstadt pero no que había sido cercana a Thoma

-¿De verdad?-

-Si, en aquel entonces usaba el cabello largo, era una chica acomodada por lo que siempre podías verla cerca de los hermanos Ragnvindr, aun así se juntaba conmigo a jugar de vez en cuando-

-Ya veo-

-Se que vino a Inazuma a abrir su tienda por que en casa no la dejaban tener un trabajo por su cuenta ¿Cómo podría la señorita hacer algo así? Jajajaja, casi puedo oír a su madre hablando-

-¿Sabes si tuvo algún romance?-

Thoma detiene su trabajo y me mira con una sonrisa burlona

-No lo se, quiza, tal vez ¿Como saberlo?-

-Que forma tan horrible de responder-me quejo

-Es muy divertido verlo perder la cabeza por una chica señor y más por Ginebra-

-¿Que tiene de malo Ginebra?-

-Nada, ella tiene todo lo bueno es mi amiga querida pero no creí que al joven Kamisato le gustaran las chicas fuertes-

Se va de la habitación aun riendo y yo me siento indignado.

Se va de la habitación aun riendo y yo me siento indignado

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La junta de la comisión es larga, aburrida.

Cuando salgo ya está anocheciendo y me planteo si ir a Ritou o no.

Al final volví a la hacienda, estaba cansado y no llevaba ningún sirviente conmigo, mientras subía la ladera alguien apareció por otro de los caminos conectados.

Me detengo para apreciarla y es que de verdad es momento de hacerlo.

Está usando un vestido rosa pálido, es suelto de arriba pero la falda más ajustada me permite apreciar algo que su ropa habitual nunca me dejaba hacer.

En un principio no me muevo, me gustaria conocerla mejor pero ella siempre pone una barrera, creí que si actuaba de forma coqueta y la veía con frecuencia podría llegar a algo pero después de hablar con Thoma puedo darme cuenta de mi error ¿No es esta la forma de seducir que tienen los chicos de mi estatus social? Tan seguros de que no pueden rechazarse creemos que nada de lo hagamos o digamos puede fallar.

Ginebra creció rodeada de ese tipo de chicos, solo ella sabe cuántos habrán tratado de coquetearle de esa forma y seguramente me ve igual que a ellos.

Cuando vuelvo a avanzar ella ya está en la entrada siendo recibida por mi hermana, me gusta ver a Ayaka tan feliz de tener compañía.

Cuando entró las dejó estar solas y pasó de largo a trabajar en los permisos faltantes de algunos mercaderes de Ritou. Asi vivo, salgo y entro de la hacienda y solo trabajo ¿No merece Ginebra alguien que pueda darle más atención? Sacudo mi cabeza tratando de pensar en otra cosa. Los papeles en la mesa parecen infinitos.

Debe ser casi de madrugada cuando por fin salgo al jardín, deseaba estirarme y eso hacía cuando escuche la voz de Thoma debajo de un cerezo.

-Pude comunicarme con Kaeya hace unos días-

-Cuenta, cuenta-mis oídos se alertan cuando me doy cuenta de que Ginebra está con él

-Parece que Diluc ha encontrado una buena chica-

-Que lindo ¿Es bonita? ¿Sabes su nombre?-

-No realmente, simplemente es una sospecha de Kaeya, dice que su hermano actúa extraño, parece un enamorado-

-No puedo imaginar a Diluc enamorado ¿Será Jean?-

-Lo dudo, la última vez que la vi ella... Bueno, digamos que pasa mucho tiempo en la biblioteca-

Ambos ríen de forma cómplice y mi corazón se encoge un poco

-Kaeya dice que sería bueno que fueras a verlos pronto, te echan de menos y tu madre incluso dijo que quería enviarte un regalo con la siguiente carta de Kaeya-

Ginebra suspira de forma pesada

-De todos extraño más a Kaeya-Thoma se queja-A ti te extraria más pero como estas aqui conmigo no cuenta-

-Cruel-responde Thoma y coincido totalmente con él

-Quizá... Vere si puedo cerrar la tienda a fin de mes para ir-

-O Kaeya podría venir, yo también quiero verlo-

-Le escribiré una carta entonces-

Después de algunas palabras Thoma se despide y le desea buenas noches, Ginebra se queda sentada en el suelo y la veo abrazar la carta con cariño.

-¿Estabas espiando?-pregunta de repente

-Salí a caminar-

-Ya veo, creí que tenías más tiempo aquí-

-No, acabo de llegar-me cuesta mentirle pero es mejor que quedar como un fisgón

-¿Quieres sentarte conmigo?-

Me acerco y me siento a su lado veo que tiene algunos pétalos de cerezo en el cabello y quiero quitarlos pero no me deja

-Ayaka me los puso cuando jugábamos, me gusta como quedan-

-Entiendo-

Después de un silencio abrumador ella vuelve a hablar

-¿Has pensado en casarte?-

-¿Tú lo has hecho?-

-Solo un tonto responde una pregunta con otra ¿Sabias?-

-Es que fue una pregunta muy repentina, disculpa-

-Esta bien. Yo si lo he pensado-

-¿De verdad?-

-Si, me gustaría tener compañía, no solo amigos a quien visitar, quiero alguien que esté a mi lado y no me deje sola, alguien que quiera saber de mi día y que yo pueda preguntarle el suyo... Quizá exagero-

No se que responderle, decirle algo como -Aquí me tienes- ¿No sería muy intrusivo?

-Pero puedes hacer eso con tus amigos-

-Pero no puedo besarlos, bueno, quizá pueda besar a Thoma pero creo que no soy su tipo-responde riendo

-¿Solo quieres casarte para besar a alguien?-

-Puede ser, no lo sabes pero en el fondo soy muy caprichosa-ella se quita un pétalo del cabello para ponerlo en el mio-Si tan sólo fueras más agresivo-

-¿Disculpa?-

-No es nada-Ginebra se levanta y puedo ver que su humor cambió drásticamente-Ire a dormir, deberías hacer lo mismo-

Y se fue dejándome con las palabras pegadas a los labios.

Historias de TeyvatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora