Presión

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Cuando llego a casa ella está dormida en la cama, ver algo tan simple como su ropa colgada al lado de la mía me da paz.

Como un poco de carne seca antes de bañarme y cepillarme los dientes.

Me vendo las heridas recientes y me recuesto a su lado. Automáticamente Helga se gira sobre ella para abrazarme y yo sostengo su mano en mi pecho.

-¿Cómo estuvo tú día?- le pregunto y ella solo me gruñe así que la dejó estar.


Nuevamente daba vueltas por el mercado preguntando por el fruto verde y nadie sabía darme razones de él, no sabían de lo que hablaba y me ofrecían uvas, aceitunas y tomatillos.

Buscaba con ansias la deliciosa fruta pero no me atrevía a acercarme al gremio de aventureros, me sentía cobarde y avergonzado, como si temiera que alguien se enterara de lo que hacía, era la primera vez que pasaba eso.

Todos los días procuraba volver al mismo lugar en el Alto Sutej pero ella no aparecía y así hasta que finalmente la vi llegar.

De nuevo cargaba una bolsa con ella y cuando se sentó en la misma piedra creí que era el momento indicado para acercarme pero ella comenzó a llorar sentada, lloraba desde lo más profundo de su pecho y me pregunte que podría haberla lastimado tanto.

Tardó en calmarse, se veía frustrada y casi con rabia se limpio las lagrimas.

-Estoy dándolo todo ¿No es suficiente?-decía sin parar.

Cuando se calmó yo ya no sabia que hacer, debía de haberme ido en cuanto empezó a llorar, si me acercaba ahora no sabía que debía decir, algo tan desconocido como los nervios me lleno el pecho y sentí náuseas ¿Que era todo esto?

-Oye-cuando me hablaba sentí miedo-Oye ¿Estás bien?-

-No estaba espiándote-dije tratando de parecer tranquilo

-¿Qué? No, es que te ves nervioso-

Tratando de evitar la respuesta a eso señaló su bolsa

-Aquella cosa verde que me dejaste la otra vez ¿Que era?-

-¿Cosa verde?-pregunta

-La cosa con espinas-

-Oh una tuna-después de eso me mira ansiosa-¿Tenía espinas? Lo siento de verdad, las pele mal, incluso yo acabe espinada-

-¿Por qué lo hiciste?-le pregunto acercándome más a ella

-Bueno, crei que tenias hambre-


Sujeto sus piernas con fuerza mientras beso el interior de ellas, Helga gime mi nombre mientras sujeta mi cabeza contra su cuerpo.

-Cyno-suena como un suspiro y se que está cerca de terminar.

Su cuerpo se levanta pero no la suelto hasta beber todo de ella, se queda jadeando mientras le beso las piernas y subo por su vientre, a su vez ella cruza sus piernas detrás de mí como si me atrapara haciéndome entender que aquello no ha sido suficiente para complacerla.

Mis manos se apoderan de su cuerpo mientras muerdo su cuello, nuevamente comienza a gemir con fuerza.

-Tan bella-susurro en su oído-No tengo suficiente de ti Helga-

La tomó con fuerza temiendo no poder resistir la presión que su cuerpo me aplica pero no puedo decepcionarla.

Mi cuerpo se enciende mientras sus piernas me empujan a lo más hondo de su interior, nuestros cuerpos desnudos se rozan en la oscuridad y mis labios buscan los suyos con desesperación.

No me detengo hasta terminar en ella e incluso me niego a dejar de besarla.

-Cyno-

-¿Mmmm?-

-¿Podemos hacerlo otra vez?-

Historias de TeyvatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora