Mordida

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El murmullo precedente a un alboroto mayor me despertó, aún estaba oscuro fuera de las ventanas pero había ruido en la planta alta. Nerviosa me paré de golpe y corrí temiendo que algo le estuviera pasando a Miel; cuando llegue al final de las escaleras vi a Zhongli tratando de sostener en sus brazos a Xiao mientras le pedía a Miel que no saliera de su habitación bajo ningún motivo

-Pero ¿Y Nikki?-preguntaba con su voz temblorosa al otro lado de la puerta

-Ella...-alcanzo a decir Zhongli antes de que Xiao se desplomara al suelo, pude ver el rastro de humo negro emanando de su piel, se veia debil y extasiado a la vez... Karma y lo estaba matando lentamente.

Corrí hacia ellos decidida, mi madre alguna vez había curado a personas corrompidas por Karma negativo de diversos espíritus y yo había aprendido que hacer en las situaciones más extremas. Xiao podía tener cientos de años encima pero mi cuerpo podía resistir cualquier cantidad de materia corrosiva.

-¡Aniketos espera!- Zhongli se percató demasiado tarde de mi proximidad y empujándolo a un lado puse mis manos sobre el pecho ensangrentado de Xiao, recite el mantra de mi madre tan claro y fuerte como pude y sentí como el Karma entraba a mi cuerpo dolorosamente.

-¿¡Aniketos!? ¡Aniketos! ¡¡Zhongli!!-los gritos de Miel me quitaron la concentración un momento pero eso bastó para que su esposo me pusiera las manos encima y tratará de alejarme del cuerpo del cazador de demonios

-¡No, espera, puedo ayudarlo!-exclamé safándome de su agarre y volviendo a lo mio pero esta vez el Karma era demasiado espeso para ser extraído de la forma en la que lo estaba haciendo... Tenía dos opciones o me alejaba de ahí antes de que fuera yo quien muriera o extraia el Karma directamente... Sin pensarlo bien acerqué mis labios a la herida en el pecho de Xiao y bebí su sangre aguantando las ganas de vomitar mientras tragaba. Finalmente el Karma negativo bajó y pude detenerme, aunque quería no podía escupir la sangre y tuve que tragar esos últimos sorbos igual.

-Lo salvaste-dijo Zhongli mientras revisaba los signos vitales de su amigo-Te lo agradecere eternamente-

Miel salió de su cuarto y corrió para abrazarme mientras sollozaba

-Eres una tonta ¿Como se te ocurre hacer eso en un momento tan peligroso?-

-Tenía todo bajo control, ¿No ves que las cosas salieron bien Miel?-

-Aniketos tiene razón Miel-Zhongli levantó el cuerpo de Xiao del suelo-Lo dejare en el sillón de la planta baja, ustedes quédense juntas aquí arriba-

-No, déjame estar con él, no se si saque todo el Karma negativo pero si vuelve a ponerse grave lo mejor es yo esté tan cerca de él como para poder actuar en cuestión de segundos-

-No, Nikki no te arriegues más-me pidió Miel

-Puede que tengas razón pero sigue siendo peligroso-

-Yo estare bien, tu amigo es el que me preocupa, ademas Miel te necesita ya que de seguro se llevó un gran susto-

Con eso bastó para que me dejaran quedarme con él, solo que en vez del sillón nos metieron a una habitación vacía en el segundo piso.

-No hay cama ni sillones pero les tendí con varias cobijas muy gruesas, así no sentirán el suelo duro-me dijo Miel antes de irse-Buenas noches Nikki-

-Buenas noches Miel-

Mire molesta la cama improvisas ¿Solo una? Dije que debía estar cerca pero no me referia a dormir a su lado directamente; Mientras pensaba Xiao se quejó entre sueños, parecía estar pasándola mal, vi la venda enrojecida de su pecho y me senté a su lado en el suelo.

-Descansa, yo haré guardia por ti-

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Sentía la piel tirante e hirviendo, no recordaba que hacía antes de perder la cordura. Cuando abrí los ojos estaba en el pasillo de la casa de Rex Lapis y oía a su mujer decir un nombre desconocido para mi, después volví a desmayarme ¿No sabía Rex Lapis lo peligroso que había sido llevarme a su hogar?

Cuando sentí que finalmente había llegado mi hora el tiempo se detuvo, un dolor inexplicable se esparció en mi pecho pero segundos despues se convirtio en un fresco alivio, el Karma abandonaba mi cuerpo, sentí como me envolvían las sombras del sueño y me deje llevar solo no quería dar más problemas.

-Hey cazador ¿Estás despierto?-

Una voz desconocida pero relajante me llamaba de algún lado

-Me acostaré a tu lado, no te molestes conmigo pero no hay más espacio en las mantas que junto a ti- El calor de otro cuerpo se pego al mio que seguía adolorido, unas manos pequeñas y ásperas se abrieron paso entre las mantas hasta mi brazo y lo envolvieron con sus dedos-Asi podre darme cuenta si la temperatura de tu cuerpo cambia drásticamente-

Quise moverme pero no podía, realmente me dolía todo, estaba acabado.

-Eres tú-susurre cuando logre mirar en la oscuridad a la persona a mi lado, sus ojos dorados y helados se toparon con los míos, su cabello estaba suelto y despeinado, me sonrió... apretando mi brazo fuertemente.

Su cuerpo entero temblaba y ya no estaba tan cálida como al principio.

-Ya pasara, no los alertes o se van a preocupar-me dijo tratando de mantener su sonrisa-Lo tengo bajo control-

-¿Es el Karma?-me voltee hacia ella preocupado ¿Lo había absorbido para salvarme? No podía hacer mucho así que la rodeé con mis brazos tratando de darle calor-Debe dolerte mucho, puedes morder para no desmayarte ni gritar-

Sentí su aliento en mi hombro seguido de unos dientes haciendo presión, acaricie su cabello y reforcé mi agarre cuando su mordida me dio molestias.

Después de unos segundos su cuerpo dejó de temblar y me soltó

-Perdoname-

-No, está bien, me salvaste primero-

No me respondió, la moví un poco pero solo me bufo molesta... ¿Ahora se dormiría así como así?

-Oye, dime tu nombre-

-Aniketos Morozova-respondió entre sueños

-Yo soy Xiao-

-Lo se-dijo soñolienta-Ahora me debes la vida pequeño acosador-

-¿A quién llamas acosador?- pregunte incomodo pero esta vez no hubo respuesta.

Historias de TeyvatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora