-¿Mariposas?-pregunta Gorou dejando la cuchara de sopa en el aire-¿No te gustan?-
-¿Por que te sorprende tanto?-
-Bueno, creí que no eran algo que pudiera no gustarle a la gente-esta vez sí lleva la cuchara hasta su boca y come.
Todos los días viene a la hora de la comida y me hace comer sopa o alguna cosa que él prepare en mi cocina, por primera vez en mucho tiempo tengo la alacena llena de cosas que no son sobres de té y azúcar.
Azumi volvió tiempo después y aunque parecía incómoda habló un poco conmigo, estamos bien otra vez.
-¿Hay algo que no te guste a ti?-
-Cebolla-dice nervioso
-Bueno, eso es obvio, la cebolla es venenosa para los perros ¿Sabías?-
-Lo se-
-¿Entonces hay otra cosa que no sea por un odio natural?-
Se queda pensativo de forma adorable y no puedo evitar sonreírle.
-El agua muy caliente-
-¿Como?-
-Bueno, no me gusta bañarme con agua muy caliente, siempre evito las aguas termales o saunas también-se le ve nervioso y eso me parece aún más tierno.
-No creo que sea razón para sentir pena-le digo acabando con mi plato de sopa y levantándome de la mesa-¿Cameras más?-
-No, descuida-responde y mira el reloj de mi pared-¿Quieres hacer algo más? Aun tengo tiempo-
-¿Seguro? Ya está oscureciendo-dijo observando la ventana
-Bueno, si salimos ahora nos aseguramos de que no habrá mariposas interrumpiendo el paseo-
Mi piel se eriza al sentirlo tan cerca de mí, sus manos toman las mías y hacen que deje los platos en el fregadero.
-Humm, ¿Quieres ver mi taller?-preguntó algo nerviosa y él aceptó.
Salimos de la casa y caminamos por la arena hasta el taller, de camino observo la tumba de mi madre y me alegra ver la cantidad de flores que recibe ahora.
Azumi se encarga de limpiarla a veces cuando yo me encierro en el taller por días y se lo agradezco mucho. De reojo veo a Gorou hacer una reverencia.
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Después de mostrar respetos a su madre sigo a Lourdes hasta el taller que está detrás de su casa, es una estructura de piedra sólida con una puerta de acero muy pesada y enorme en la entrada. Ella dice que la piedra mantiene el taller frío incluso después de haber estado fundiendo metales o soldando cosas, no tiene ventanas y hay un pequeño ventilador en el techo que permite que entre aire de afuera.
Lourdes abre la puerta sin mucho esfuerzo y me hace pasar. Es la primera vez que entro, solo había visto el edificio por fuera y escuchado cosas de parte de Azumi.
Está todo desordenado, hay viejos estantes llenos de joyería sin terminar y tambos de madera enormes de los que sobresalen piezas de metal peligrosamente filosas. Más adentro se ve un fogón mediano rodeado de una lámina protectora con vasijas de especiales para fundición, a un lado veo guantes de cuero y lo que supongo es un delantal de hombre muy gastado.
-Perdona, este lugar no es para recibir invitados- Me dice ella mientras avanzamos por el lugar que efectivamente es muy frío. Ojala tuviera algo más cubierto encima
-Es interesante, nunca habia visto donde trabajas-
-Bueno, como ves al principio tengo todo lo que son materiales y el horno, detrás de esa puerta de madera guardo los metales preciosos y algunas herramientas-
Me giro y veo la puerta de madera que dice.
-Tienes todo bien guardado-le digo y ella asiente.
-¿Ves aquella caja fuerte?-señala una esquina-Ahí están las joyas con las que aun no trabajo-Y aquí, en mi espacio personal-
Al final del largo edificio se ve una mesa de trabajo con papeles amontonados, hay un caballete y algunos soportes, una enorme lupa y pinzas finas y aterradoras. Además de la mesa y una silla descolorida hay una pequeña mesa de madera con algunas tazas sucias y restos de café tirado.
-Se siente tu esencia-digo riendo y ella me da un codazo
-Lo tomaré como halago-
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Historias de Teyvat
RomanceSerie de relatos romanticos cortos. Acompañame a leer sobre las distintas chicas de Teyvat que forman parte de esta linda historia.